domingo, 3 de marzo de 2013

La falta de jerarquía lo privó de un triunfo seguro


Estudiantes le ganaba bien a Colón 3-1 a falta de siete minutos. Se relajó y terminó empatando 3-3

COMENTARIO Por MARTIN CABRERA

SANTA FE (Enviados especiales).- Explicar cómo se le escapó el triunfo a Estudiantes es tan difícil como entender a Colón, un equipo arrodillado y con los ojos cerrados, que sin merecerlo ni proponérselo pudo llegar al 3-3 final. En realidad, explicarlo puede ser muy sencillo: dos equipos plagados de defectos, uno con una alarmante falta de entrega y otro con escasa jerarquía para manejar un partido que lo tenía servido en bandeja, calentito y listo para comérselo.

Por eso Estudiantes se volvió con un punto de su visita al Cementerio de los Elefantes. A priori, una cosecha más que apetecible teniendo en cuenta su flojo comienzo y el supuesto poderío del rival. Pero si el lector se enterara que a falta de siete minutos ganaba 3-1 y que con el resultado 3-2 tuvo una chance inmejorable de anotar el cuarto, seguro que el balance no puede ser otra cosa que negativo. Y la imagen de los jugadores agarrándose la cabeza lo demuestra. Y ni que hablar la salida de Leandro Desábato de los vestuarios, casi llorando y mordiéndose la lengua para no hablar y tener que arrepentirse el resto de la semana.

La tarde arrancó con flores para el Pincha. Marcos Gelabert, estratega y cerebro en su verdadero puesto de número cinco, vía aérea, le puso una pelota precisa a Maxi Núñez, que se aprovechó de la mala salida de Andrés Bailo para poner el 1-0 , cuando el reloj apenas marcaba tres minutos.

Siguió el carnaval Pincha. A los 11 minutos, cuando los locales no salían de su asombro, llegó el segundo. Una combinación entre Núñez, Zapata (exquisita asistencia) y Martínez le permitió a Román, con un potente derechazo, poner 2-0 al momento que el estadio se convertía en una caldera.

Parecía que era fiesta, que el equipo de Diego Cagna iba a poder enterrar los fantasmas, pero no. Sin quererlo y mediante centros cruzados que complicaron a Agustín Silva (a esta altura una pesadilla), Emanuel Gigliotti puso el 1-2 que pareció devolverle la respiración a Colón.

Pero no. En el segundo tiempo, cuando parecía que el Sabalero se lo podía llevar por delante, apareció la jerarquía de Martínez, la entrega de Núñez, el corazón de Gelabert y la solvencia de Jonathan Schunke para sacar pecho a pesar de empezar a notarse los primeros síntomas de cansancio.

Hasta que a los 16 minutos el defensor Alcoba le cometió un claro penal a Zapata, que el propio colombiano transformó en gol: 3-1.

¿Ahora sí partido terminado? No. Colón, insultado por su gente, sin alma ni juego, desde el piso, se encontró con el gol de Curuchet desde afuera del área, nueva falla de Silva (calculó mal al arrojarse contra su palo) para poner el 2-3 y dar un signo de vida.

Aun así, a falta de cinco minutos, otra vez el Pincha tuvo el partido en bandeja. De contra, el Chino Benítez le dejó servido el gol al pibe Jara. Solo frente al arquero, cuando parecía que le rompía el arco, se la quiso picar y… La tomó el arquero, jugó rápido y en la jugada siguiente un tiro libre de Bernardello se coló por el segundo palo del Gori e hizo delirar a gran parte del pueblo Sabalero (algunos ya se habían ido). Iban 46 minutos y ya poco quedaba en juego. Enorme premio para el local y tremendo cachetazo para un Estudiantes que se fue de Santa Fe con más bronca que en una derrota. Equipo juvenil, falta de jerarquía y débil respuesta física, un combo letal que explica cómo no pudo ganar el primer partido del año.

No hay comentarios: