Estudiantes igualó 1-1 con Belgrano por no saber definir una de las tantas situaciones que tuvo en el final y por un error en defensa
LEANDRO DESABATO LE GANO EL DUELO AL PICANTE PEREYRA.
EL CHAVO FUE UNO DE LOS PUNTOS ALTOS DEL EQUIPO
COMENTARIO Por CESAR VEIGA
Así, Estudiantes dejó escapar
un triunfo importantísimo, clave... No sólo que rompía una larga racha
sin ganar en Córdoba, sino que le permitía hacerlo después de tres
fechas, para llegar a la punta del torneo Final.
En el primer
tiempo jugó un poco mejor el dueño de casa, que con ese estilo cansino y
aburrido merodeó el área y esperó al primer error Pincha para intentar
vulnerar a un Gerónimo Rulli realmente muy atento.
Sólo en los
primeros diez minutos, cuando lo arrinconó. Luego, Estudiantes se
convirtió en un equipo demasiado largo, sin ideas y resolviendo muy mal
los avances por las puntas. Ni Patito Rodríguez, ni Carlos Auzqui
tuvieron buenos partidos por las bandas. Y el equipo lo sufrió.
En
ese período Belgrano no fue una maravilla. Lejos de eso, pero al menos
el que dejó una sensación de estar más cerca del gol que Estudiantes.
Las
cosas empezaron a cambiar en la parte final. El ingreso de Joaquín
Correa por un embarullado Rodríguez fue determinante. Con clase se hizo
dueño del balón y con astucia empezó a generar peligro. Primero fue eje
de faltas sobre la izquierda, y luego como lanzador de pases profundos.
Por
la primera vía llegó el gol de Román Martínez. Centro desde la
izquierda para que Carlos Auzqui la baje de cabeza al centro del área y
para que el ex Tigre le pegue un derechazo, pique mediante, para
vulnerar a Juan Carlos Olave.
NO SUPO Y NO PUDO DEFINIRLO
Pero la más
clara fue la chance que desperdició Alvaro Klusener. Corrió diez metros
para quedar con Olave, que salió rápido y lo atoró. El delantero definió
al cuerpo y dejó en la garganta un festejo que cerraba el partido. Fue
la imagen que precedió a la jugada del empate de Belgrano.
Cuando
todavía no se había borrado de la mente el gol errado por Klusener
llegó la corajeada de Pereyra por la izquierda de la defensa y la tonta
mano, desde el piso, de Jonatan Silva.
A instancias del asistente
Damián Espinoza el árbitro Juan Pablo Pompei cobró penal, que el
Picante transformó en gol. Iban 42 minutos del segundo tiempo y todo el
castigo para un equipo que, por ingenuo, no supo cómo traerse los tres
puntos desde Córdoba.
Aun así, y con toda la bronca a cuestas, el
propio Silva tuvo un remate desde afuera del área que pudo hacer
justicia después de su error. Pero Olave, otra vez, estuvo muy atento. Y
muy atento estuvo Pompei para dar por terminado el partido.
Estudiantes
se trajo un punto de Córdoba. En la previa el punto era valioso, pero
por la forma en la que se dio el partido, el punto parece ser un
castigo. Un castigo porque este equipo luce visiblemente más armado que
el del año pasado. Y los tres puntos lo hubiesen dejado en la cima de la
tabla.
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