ESFUERZO. TRAS UNA INFANCIA DURA, SE FORMÓ EN ESTUDIANTES, SALTÓ A EUROPA, BRILLÓ EN BRASIL Y LLEGA A UN GRANDE DEL MUNDO
Marcos Rojo la peleó desde chico y hoy la vida le sonríe. Premio a no desistir jamás
Informe por Nicolas Nardini
El fútbol suele entregar historias dignas de ser guionadas para tener un reflejo en la pantalla grande. Una de ellas es la de Marcos Rojo , el platense que desde ayer es formalmente jugador del primer equipo del Manchester United
, uno de los clubes más grandes del planeta y el más rico del mundo
desde hace más de una década. Los obstáculos que el joven defensor
formado en Estudiantes superó a lo largo de su vida para vivir este
momento de ensueño son dignos de una secuencia cinematográfica.
“hijo´e tigre”
El
flamante refuerzo de los “Diablos Rojos”, hoy casado con Eugenia y papá
de Morena, una pequeñita de 2 años, es hijo de Marcos “Titi” Rojo, un
histórico volante de la Liga Amateur Platense, y Carina Arellano. Tiene
cuatro hermanos, tres mujeres y un varón.
Fue criado en el seno
de una familia humilde, en el barrio El Triunfo de nuestra ciudad y
hasta que ganó sus primeros pesos en Estudiantes, todos vivieron en una
casa de madera. Con los primeros premios ganados en el Pincha, cumplió
el sueño de comprarle una casa a sus viejos, que le habían dado todo.
Marcos
Rojo padre (simplemente “Titi” para el mundo del fútbol de los barrios)
fue un gran volante de creación en la Liga Amateur. Pasó una vida
defendiendo los colores de El Cruce, populoso club de Ringuelet, con el
que se dio el gusto de ser campeón en 1997.
Hay infinitas leyendas de los viejos clásicos con Los Tolosanos: “era difícil marcar a Titi, un tipo alto y a la vez con gran dominio de pelota” , le cuenta a este diario Ricki Gorchs, histórico capitán de Los Tolosanos, eterno rival “canario”.
Aquella
pasión por el fútbol, el de los barrios, el del amor a la camiseta,
papá Rojo se la inculcó también a sus hijos. Hoy Franco, el hermano del
jugador de la Selección, sigue la tradición liguista y defiende los
colores de Nueva Alianza .
los primeros pasos
Mientras mamá y papá hacían muchos esfuerzos para que a sus hijos no les faltara nada: “mis viejos vendían churros y bolas de fraile en la calle, fue difícil nuestra infancia”
, le dijo Marcos ayer a “Un buen momento”, el hoy jugador de la Premier
League, posiblemente la mejor liga del mundo, daba sus primeros pasos
en el fútbol infantil de San Martín de Tolosa .
“Fue
siempre un chico respetuoso, callado y educado. Adentro de la cancha
marcaba una diferencia impresionante, todos los años venían a buscarlo
de Estudiantes, pero el sueño de él era terminar todo el ciclo infantil
en el club y lo cumplió” , le dijo a este diario Daniel Vila , presidente de San Martín de Tolosa, donde el flamante refuerzo del United fue dirigido por Carlos Segovia , uno de sus primeros formadores.
“Tenía
tanto cariño por el club que en su primer año de cancha de once en
Estudiantes, cuando no le tocaba jugar, venía a jugar para nosotros el
juvenil para no perder ritmo” , cerró el “Loro” Vila.
Fue el paso previo hasta recalar en el Pincha, donde recibió los elementos para convertirse en un serio proyecto de jugador.
formacion pincha
Llegó
a Estudiantes con edad de pre-novena e hizo todas las divisiones
juveniles hasta afianzarse en primer con Alejandro Sabella.
“Desde
enero de 2003 aquel chiquito de familia humilde, tenía una meta, un
objetivo. Muy introvertido, de pocas palabras pero muy compañero. Dentro
del rectángulo de juego, su temperamento y su calidad técnica
comenzaban a destacarse” , le cuenta a este diario Diego Ferella , el primer preparador físico que Rojo tuvo en las inferiores albirrojas.
“Presente en cada una de las sesiones diarias, nunca faltó a
entrenarse. Apoyado por su familia y por familias de sus compañeros, fue
haciéndose cada vez más fuerte y más hombre. Polifuncional por
izquierda, central, marcador de punta y volante, sumado a sus
condiciones físicas, fueron el combo perfecto para seguir creciendo
futbolísticamente y pensar en cumplir ese sueño” , agregó el profe Ferella, en parte de un jugoso texto que le envió a este diario.
El
resto de la historia es bastante más conocida. Se afianzó en primera de
la mano de Sabella, fue campeón de América con solo 19 años y con 21,
tras dar la vuelta con el Pincha a nivel local, lo compró el Spartak de
Moscú.
Luego de dos años en Rusia, fue transferido al Sporting
Lisboa y tras crecer en la entidad lusa y realizar un Mundial fantástico
con la Selección, se generó el “fenómeno Rojo”. Varios grandes de
Europa pugnaron por él, hasta que el Manchester United lo fichó en 20
millones de euros.
Una historia de lucha y pasión. El premio a no desistir jamás en búsqueda de un sueño. Un sueño que se hizo realidad.
www.eldia.com.ar
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