domingo, 2 de agosto de 2015

La justicia en el marcador no ocultó la falta de ideas arriba

REPETITIVO Y SIN VARIANTES. EL EQUIPO NO TUVO FRESCURA EN LA ZONA OFENSIVA

Ante un adversario que apeló al juego brusco, sufrió más de la cuenta

Por NICOLAS NARDINI - ANALISIS

Que Estudiantes fue más que Nueva Chicago y ganó de manera inobjetable no hay ninguna duda. Contó con las mejores situaciones de gol ante un adversario que, jaqueado por la expulsión, jugó durante casi una hora sin cruzar la mitad de la cancha con el balón dominado.
Ahora bien, tan cierto como aquello es que el equipo de Gabriel Milito sigue sin encontrar fluidez en el juego y se repite, muchas veces, en un juego de toque intrascendente que, lejos de producir situaciones riesgosas para su oponente, muchas veces le facilita el trabajo por lo anunciado y reiterado de los movimientos del balón.
Las rupturas por los laterales se produjeron, en la mayoría de las ocasiones, más por arrestos individuales que por triangulaciones o asociaciones. Así, se notó la soledad de los hombres de punta que, al levantar la cabeza, se encontraron en reiteradas oportunidades sin un compañero con quien dialogar futbolísticamente.

¿Y QUIEN MARCA LOS TIEMPOS?

Resultó difícil dilucidar quién marcó los tiempos en el juego de Estudiantes. Las pausas, cuando se produjeron, fueron muy largas y, cuando el equipo aceleró, no lo hizo en bloque. Ergo, los delanteros quedaron desconectados y le hicieron la vida más fácil al rústico fondo de Nueva Chicago.
La posesión de la pelota, cuando se torna monótona, se convierte en un elemento inocuo. Contar con el manejo del esférico si el destino no produce daño sobre el arco rival, deja este rubro del juego como algo insípido, no determinante.
Ni siquiera la superioridad numérica ante un rival que es el peor equipo del campeonato produjo una supremacía clara.
La cara positiva de la tarde-noche del estadio Ciudad de La Plata para el Pincha la entregó la producción de Diego Mendoza. El punta, aún carente de abastecimiento, se las ingenió para llevar peligro sobre la valla del conjunto de Mataderos. Además del gol de tiro penal, estrelló una pelota en el palo y exigió, con sus movimientos, a los zagueros del equipo visitante. Esto, en el marco de las salidas de Carrillo y Vera de la nómina de personal albirrojo, no deja de ser un factor de relevancia en el corto y el mediano plazo. Quizás, estemos en presencia de un proceso similar al de Carrillo tras la venta de Zapata al Nápoli. El tiempo dirá si le da el piné.
 
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