NOCHE PARA EL OLVIDO. PERDIÓ 2-1 CONTRA RACING Y SE DESPIDIÓ DE LA LIGUILLA PRE LIBERTADORES
Jugó un mal partido y recién en los últimos diez minutos se animó a atacar
Leandro Desábato trató de salir del fondo con presión.
Por MARTIN CABRERA
COMENTARIO
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Otra vez Estudiantes no
dio la talla. Como a lo largo de todo el año, falló en un partido clave
ante un rival superior. Perdió 2-1 contra Racing y de esta manera se
despidió de la Liguilla Pre Libertadores, el objetivo que tenía el
plantel para cerrar el 2015 con una sonrisa.
El equipo que dirige Gabriel Milito profundizó en
Avellaneda los problemas y limitaciones que mostró durante todo el
campeonato: ganarle a un rival superior en individualidades y juego. Sin
ser una maravilla, la Academia tuvo mayor actitud para quedarse con el
partido y recién cuando sobre el final llegó el descuento de Diego
Mendoza el resultado estuvo en duda.
El Pincha regaló 80 minutos. Apático y sin ideas,
vio en el campo cómo cada pelota propia terminaba en la nada y ante una
pérdida su rival lo lastimaba, principalmente por las bandas. Sólo
apretó los dientes y justificó su posición final en la tabla cuando con
el 1-2 merodeó el empate con un par de centros al área. No lo mereció,
pero al menos le sirvió para dejar otra imagen.
En el primer tiempo los dos equipos se estudiaron.
El Pincha abusó de la tenencia y la lateralización de la pelota. Pero no
tuvo un conductor, por la llamativa ausencia de Gastón Fernández, que
no apareció en toda la noche, ni siquiera cuando en el complemento
retrocedió unos metros.
Racing no fue arrollador, pero al menos tuvo en la
banda izquierda de su ataque, de la mano de Marcos Acuña, un abanderado
para atacar y lastimar. Y vaya si lo hizo: de una pelota recuperada por
él llegó la contra y el remate desde afuera del área, de derecha, para
poner el 1-0, inesperado para ese entonces.
Con la desventaja Estudiantes intentó reaccionar
pero sin armas y con pocas ideas. Lento, tibio y lejos del arco. Así el
gol fue una misión imposible desde lo estratégico. Y una realidad para
todos los que vieron el partido. Carlos Auzqui jugó muy solo, los
conductores no prosperaron nunca en el mano a mano y por los laterales
jamás llegó una solución sino más bien problemas.
A los 15 minutos del segundo tiempo, cuando el
Pincha estaba para el cachetazo y con diez hombres por la expulsión de
Leonardo Jara, llegó el segundo gol de Racing y la sentencia del
partido. Fue un cabezazo de Luciano Lollo luego de que la pelota fuera
de un lado a otro, sin que los defensores pudieran hacer algo. Por el
segundo palo el ex Belgrano la mandó al fondo del arco.
Así parecía que el partido se terminaba. Racing se
floreaba y coqueteaba con una goleada. Pero el partido tuvo un quiebre:
la increíble expulsión de Diego Milito (Néstor Pitana, de mal arbitraje,
interpretó mala intención en una jugada intrascendente). Fue un empujón
para que los de rojo y blanco reaccionaran.
Entonces la lateralización fue a la papelera.
Pelotas cruzadas, algo de coraje y un gol a los 37 minutos que dejó mudo
al Cilindro. Porque en los diez minutos finales llovieron algunos
centros que pudieron terminar en un premio impensado tiempo atrás por
los jugadores de Estudiantes.
En definitiva el partido se terminó con el triunfo
de Racing. Y no hubo nada para discutir. Nada. En el fondo quedará el
reproche de por qué tardó tanto el Pincha en animarse a jugar, una
imagen que se repitió a lo largo de todo el año.
AHORA, POR UN LUGAR EN LA SUDAMERICANA
Afuera de la Liguilla Pre Libertadores, a
Estudiantes ahora le quedará el sueño de la Sudamericana. Con los
triunfos de Colón y Aldosivi, si Banfield le gana su partido a
Argentinos Juniors tendrá que medirse con el Tiburón, primero en Mar del
Plata y luego en Buenos Aires. Ahora, si gana el Bicho su rival será el
Sabalero.
www.eldia.com.ar
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