sábado, 2 de enero de 2016

La “abuela” se queda sin “joyas”

FENOMENO. LA INMINENTE VENTA DE LEONARDO JARA OBLIGA A UNA MIRADA SOBRE EL PASADO RECIENTE DE ESTUDIANTES

Entre junio de 2014 y ahora, cinco jugadores fueron vendidos. La cosecha, envidiable: 30 millones de dólares


En el torneo Final 2014 Estudiantes presentó un equipo armado en su casa. En la foto, 10 de 11 jugadores (salvo Román Martínez) eran de Inferiores

En el torneo Final 2014 Estudiantes presentó un equipo armado en su casa. En la foto, 10 de 11 jugadores (salvo Román Martínez) eran de Inferiores

Estudiantes está a punto de anunciar oficialmente la venta de Leonardo Jara a Boca en una suma cercana a los 2,5 millones de dólares por el 80% de su ficha. Será un capítulo más de un ciclo muy productivo que le aportó al Club 30 millones de dólares en apenas un año y medio.
Entre junio de 2014 y la actualidad las dos Comisiones Directivas que pasaron por el Club se beneficiaron con una riqueza futbolística que no abunda en el fútbol argentino. La necesidad hizo que se vendieran cinco jugadores en tan poco tiempo. Pero el dato objetivo de la cosecha debe ser o estar cerca de un récord.
La decisión de apostar años atrás por el fútbol juvenil, luego de llegar a lo más alto de América, fue de lo más acertado institucionalmente. Y mucho más valioso fue plantar en cancha un equipo con jugadores de la cantera. Hoy los beneficios están a la vista de todos.
Jara, lo mismo que Gerónimo Rulli, Jonathan Silva, Guido Carrillo y Joaquín Correa se formaron en el laboratorio del Country. Llegaron desde diferentes lugares al comienzo de la década del 2000 y hoy le devuelven al Club muchos millones de dólares. El proceso soñado por cualquier Club, avalado también por una marca que indudablemente cotiza bien alto a sus jugadores.
En el inicio de 2014, el equipo titular estaba conformado por un 80% de jugadores nacidos en Inferiores
Este proyecto, que tuvo a Claudio Vivas como primer responsable formativo, contó a lo largo del camino con hombres de la casa como Oscar Malbernat, Carlos Pachamé, Guillermo Tramma y Sergio Gurrieri, entre muchísimos otros. Y una persona fundamental: Mauricio Pellegrino. Fue el actual técnico de Independiente el que les dio continuidad y forma de equipo a este puñado de jóvenes.
De esa camada dorada, formada por jugadores nacidos entre 1991 y 1994, al Pincha todavía le quedan Gastón Gil Romero (pretendido por River), Carlos Auzqui (¿lo quiere Liga de Quito?) y Mauricio Rosales. Y algunos más. Pero los que fueron vendidos ya aportaron mucho más de lo que se podían imaginar aquellos que iniciaron el proceso.
OBLIGADO A PRODUCIR DE NUEVO
Detrás de los flashes y los brindis por la venta sincronizada de cinco futbolistas de la cantera en apenas 18 meses está la otra cara de la moneda: la abuela se quedó sin joyas para seguir vendiendo.
Salvo los futbolistas citados que están en las gateras para tomarse un avión, hoy por hoy no aparecen jugadores que puedan despertar el interés de club importantes del fútbol local o internacional. Por eso, llegó la hora de empezar a darle rodaje a algunos juveniles o el futuro no será tan promisorio como ahora lo es el presente.
De la categoría 1995 sólo Elías Umeres llegó a debutar en Primera. Pero retrocedió muchos casilleros.
Un año más grandes son Emiliano Ozuna y los goleadores de Cuarta y Reserva: Nahuel Luna y Facundo Quintana.
Pero las miradas están puestas en los ‘97. De ese grupo algunos tocaron Primera y otros están esperando el llamado. Lucas Rodríguez, Santiago Ascacíbar, Carlo Lattanzio, Bautista Cascini, Damián Adín y Ezequiel Miranda, entre otros.
Ellos deberán ser el obligado recambio de un Club que está obligado a hacerle lugar a sus juveniles para seguir disfrutando como hasta ahora.

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