FENOMENO. LA INMINENTE VENTA DE LEONARDO JARA OBLIGA A UNA MIRADA SOBRE EL PASADO RECIENTE DE ESTUDIANTES
Entre junio de 2014 y ahora, cinco jugadores fueron vendidos. La cosecha, envidiable: 30 millones de dólares
Estudiantes está a punto
de anunciar oficialmente la venta de Leonardo Jara a Boca en una suma
cercana a los 2,5 millones de dólares por el 80% de su ficha. Será un
capítulo más de un ciclo muy productivo que le aportó al Club 30
millones de dólares en apenas un año y medio.
Entre junio de 2014 y la actualidad las dos
Comisiones Directivas que pasaron por el Club se beneficiaron con una
riqueza futbolística que no abunda en el fútbol argentino. La necesidad
hizo que se vendieran cinco jugadores en tan poco tiempo. Pero el dato
objetivo de la cosecha debe ser o estar cerca de un récord.
La decisión de apostar años atrás por el fútbol
juvenil, luego de llegar a lo más alto de América, fue de lo más
acertado institucionalmente. Y mucho más valioso fue plantar en cancha
un equipo con jugadores de la cantera. Hoy los beneficios están a la
vista de todos.
Jara, lo mismo que Gerónimo Rulli, Jonathan Silva,
Guido Carrillo y Joaquín Correa se formaron en el laboratorio del
Country. Llegaron desde diferentes lugares al comienzo de la década del
2000 y hoy le devuelven al Club muchos millones de dólares. El proceso
soñado por cualquier Club, avalado también por una marca que
indudablemente cotiza bien alto a sus jugadores.
En el inicio de 2014, el equipo titular estaba conformado por un 80% de jugadores nacidos en Inferiores
Este proyecto, que tuvo a Claudio Vivas como primer
responsable formativo, contó a lo largo del camino con hombres de la
casa como Oscar Malbernat, Carlos Pachamé, Guillermo Tramma y Sergio
Gurrieri, entre muchísimos otros. Y una persona fundamental: Mauricio
Pellegrino. Fue el actual técnico de Independiente el que les dio
continuidad y forma de equipo a este puñado de jóvenes.
De esa camada dorada, formada por jugadores nacidos
entre 1991 y 1994, al Pincha todavía le quedan Gastón Gil Romero
(pretendido por River), Carlos Auzqui (¿lo quiere Liga de Quito?) y
Mauricio Rosales. Y algunos más. Pero los que fueron vendidos ya
aportaron mucho más de lo que se podían imaginar aquellos que iniciaron
el proceso.
OBLIGADO A PRODUCIR DE NUEVO
Detrás de los flashes y los brindis por la venta
sincronizada de cinco futbolistas de la cantera en apenas 18 meses está
la otra cara de la moneda: la abuela se quedó sin joyas para seguir
vendiendo.
Salvo los futbolistas citados que están en las
gateras para tomarse un avión, hoy por hoy no aparecen jugadores que
puedan despertar el interés de club importantes del fútbol local o
internacional. Por eso, llegó la hora de empezar a darle rodaje a
algunos juveniles o el futuro no será tan promisorio como ahora lo es el
presente.
De la categoría 1995 sólo Elías Umeres llegó a debutar en Primera. Pero retrocedió muchos casilleros.
Un año más grandes son Emiliano Ozuna y los goleadores de Cuarta y Reserva: Nahuel Luna y Facundo Quintana.
Pero las miradas están puestas en los ‘97. De ese
grupo algunos tocaron Primera y otros están esperando el llamado. Lucas
Rodríguez, Santiago Ascacíbar, Carlo Lattanzio, Bautista Cascini, Damián
Adín y Ezequiel Miranda, entre otros.
Ellos deberán ser el obligado recambio de un Club
que está obligado a hacerle lugar a sus juveniles para seguir
disfrutando como hasta ahora.
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