viernes, 19 de febrero de 2016

No tuvo ideas ni rebeldía y casi pierde un partido increíble

ESTUDIANTES EMPATO 1-1 CON TIGRE. LEANDRO DESÁBATO, CERCA DEL FINAL, LE PUSO UN POCO JUSTICIA AL PARTIDO

El Pincha jugó mal. Desnudó su carencia en el juego y la falta de variantes en su plantel profesional

Por MARTIN CABRERA
COMENTARIO

Estudiantes fue la imagen de un equipo nublado y sin ideas. Fue un equipo frágil y poco inteligente. Y fue un equipo que salvó su ropa en el final, porque el 1-1 ante Tigre, al menos, no lo castiga tanto como hubiera sido una derrota ante un rival claramente inferior que jugó desde los 18 minutos con un jugador menos.
Con este empate el equipo de Nelson Vivas lentamente empieza a alejarse de los puestos de vanguardia, a pesar de que el torneo recién empieza. Pero sumar cuatro puntos sobre 9, con el arranque que le marcó el fixture, no estaba en los planes. Pero mucho menos se sospechaba la falta de variantes en ofensiva para destrabar partidos cuando las defensas rivales se cierran atrás. Claro, sin delanteros se le hará mucho más difícil.
En el primer tiempo lo buscó con el freno de mano puesto. De derecha a izquierda, con Augusto Solari, Julián Marchioni, David Barbona y Gastón Fernández como puntas de lanza. Ninguno de los cuatro pudo mover la balanza y con el correr de los minutos el fastidio de los hinchas empezó a crecer de la misma manera que la desesperación del banco de suplentes.
A los 18 minutos el rumbo del partido pareció cambiar, cuando Rodrigo Erramuspe, el central de Tigre, vio la tarjeta roja por una fuerte infracción sobre David Barbona. Tras cartón se lesionó el otro marcador central. Estaba todo encaminado para una victoria, pero no.
En los primeros 45 minutos el Pincha tuvo una sola situación de gol, que no fue clara, fue clarísima. Tras buena jugada colectiva desbordó Barbona por la izquierda y tiró el centro atrás para que la Gata Fernández la mandase al gol. Pero le pegó tan fuerte que la pelota se fue a la tribuna.
¿Y Tigre? Nada de nada. Con once jugadores mostró un esquema cauteloso, con diez directamente se metió adentro de su área. Apostó a que Lucas Wilchez aguantase la pelota y pudiese descargar en los puntas. Nunca lo logró.
En el complemento Nelson Vivas quiso patear el tablero. Afuera los dos laterales, que se chocaban con los extremos, y adentro Facundo Quintana y Juan Cavallaro. El primero le dio un poco de mayor movilidad a la ofensiva, pero el otro se ahogó en la mitad de cancha.
Es que Cavallaro, la Gata y Barbona jugaron de lo mismo. Fue un concierto de volantes y ninguno le encontró la mano al partido, a pesar de alternarse el rol de conductor. Pases laterales, centros débiles o a cualquier parte y tibios arrebatos desde afuera del área. Pasaban los minutos y Estudiantes no podía romper las dos líneas de cuatro hombres de su rival.
En esa cruzada, para la cual sumó gente pero no estructura, se expuso a alguna contra de Tigre, ya que empezó a defender con Jonatan Schunke, Leandro Desábato y Julián Marchioni, que dejó el mediocampo para ser un tercer defensor. Hasta que en el primer y único intento de la visita Sebastián Rincón dejó un surco, burló a Schunke y le dejó el gol servido a Federico González, que con un derechazo anuló la reacción del debutante Daniel Sappa. Gol de Tigre y baldazo de agua fría.
Entonces ahí, en el peor momento del equipo, el capitán Desábato dio la cara y se hizo cargo. Se fue con la lanza como en los viejos tiempos y empezó a empujar a un equipo light y carente de ideas. Se paró en el corazón del área y como el número 9 que no tiene el plantel las pidió todas. Una que tuvo, a los 32 minutos del complemento, fue gol (floja reacción de García).
Tras cartón el Pincha lo arrinconó. Con el poco resto físico que le quedaba fue un poco más agresivo. Lo tuvo dos veces el pibe Facundo Quintana, otro debut, primero en el travesaño y luego a las manos del arquero.
Estudiantes, bajo el sofocante sol de Sarandí, apostó sus últimos pesos en pos de una victoria que puede decirse mereció, pero de la que estuvo lejos. Es más, cuando la visita se puso en ventaja muchos dudaron de que pueda revertir el resultado. Fue un empate 1-1 con sabor a poco. Mejor dicho dejó el sabor a un equipo en formación, juvenil, inocente y sin delanteros de área. Otra vez el mismo error que sobre la marcha tendrá que corregir si quiere ser protagonista.
 
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