martes, 9 de febrero de 2016

Pese al traspié, hubo buenas señales de los debutantes

EL PIBE ASCACIBAR MOSTRO PERSONALIDAD. ESTUVO ENTRE LOS PUNTOS ALTOS

A Diarte no le pesó la responsabilidad y Viatri y Solari fueron de mayor a menor

Solari lucha con Aguirre. En el primer tiempo el ex River tuvo un gran trabajo por la banda derecha
Solari el ex River tuvo un gran trabajo por la banda derecha

Por NICOLAS NARDINI
ANALISIS

El mal sabor de boca que dejó el debut para Estudiantes por la derrota en condición de local, contrastó con las señales positivas que brindaron todos los hombres a los que les tocó debutar en el equipo que conduce Nelson Vivas.
Con algunos puntos más altos que otros, los jugadores jóvenes que llegaron a primera desde el semillero y los que tuvieron su primera vez de albirrojos porque vinieron como refuerzos, alcanzaron el aprobado.
Facundo Sánchez se plantó con firmeza en el sector derecho de la defensa y pasó al ataque con criterio. Para ello, cada vez que se animó a incursionar en el plano ofensivo, contó con aceitados relevos que le permitieron al equipo no perder el equilibrio. En el complemento sintió mucho el desgaste y la tensión de su primer encuentro de albirrojo, se acalambró y tuvo que ser reemplazado.
Lucas Diarte no tenía de movida una tarea fácil, ya que por su sector se paró Pablo Mouche, uno de los refuerzos más importantes que conseguió el Granate. No obstante, tuvo tuvo un trabajo más que interesante, a partir de su concentración y su orden para tomar las marcas y, al mismo tiempo, pasar al ataque cuando el trámite lo ameritaba. Se animó bastante para manejar la pelota, pero el cansancio le llevó a caer en algunas imprecisiones en el capítulo final.
CON FIRMEZA Y CONVICCION
Santiago Ascacibar mostró, al igual que en los torneos de verano, que no le pesa en absoluto la responsabilidad de jugar en Primera. Entre el desparpajo y el desenfado, el joven mediocampista no escatimó pierna firme, aunque por momentos esa intención de jugar “al límite” le fue contraproducente, puesto que quedó condicionado por una tarjeta amarilla -por una acción fuerte- en el primer tiempo. Es una promesa con proyección, aunque con muchas cosas por pulir como, por ejemplo, su predisposición a la fricción. Aprobado en personalidad. Es un diamante en bruto, con mucho terreno para crecer.
Augusto Solari fue de mayor a menor. Empezó con mucha influencia en el juego, siendo profundo por la banda y marcando la diferencia en el uno contra uno. Cuando estuvo en ese nivel, fue una de las armas de desequilibrio del equipo. En el complemento bajó ostensiblemente su rendimiento. Lanús hizo algunos ajustes sobre su sector y, además, el ex River lució un tanto desgastado en lo físico. Ya se lo vio sin explosión y le costó mucho marcar la diferencia en el mano a mano.
APORTO MUCHO JUEGO, PERO PESO POCO EN EL AREA
El análisis de Lucas Viatri puede resultar un tanto contradictorio. Porque un mismo aspecto del juego puede despertar, al unísono, elogios y críticas ¿Cómo es esto? Bastante simple: el ex Boca aportó mucho para el armado de juego del equipo, su capacidad para asociarse de espaldas al arco contrario es una marca registrada en su carrera. Sin embargo, esos mismos movimientos lo llevaron, en grandes pasajes del trámite, a quedar demasiado lejos del área contraria, razón por la cual Estudiantes careció de peso ofensivo y el equipo quedó muchas veces desprovisto de una necesaria referencia de ataque.
Así como resulta loable el aporte de Viatri en las asociaciones de juego entre cuartos de campo, esa tendencia a bajar casi hasta la mitad de la cancha lo aleja del sector donde el Pincha más lo necesita, que es entre los centrales rivales.
Sobre el final, también tuvieron sus primeros minutos oficiales en el club Gonzalo Bueno y Juan Cavallaro , aunque con poco tiempo para gravitar en el juego. El oriental tuvo algunos minutos más, pero no alcanzó a pesar en el partido y el ex San Lorenzo apenas consiguió entrar en acción.

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