miércoles, 10 de febrero de 2016

Pese a todo lo que debe mejorar, mostró destellos que entusiasman

REACCION TARDIA. CUANDO EL EQUIPO DECAYÓ, VIVAS FALLÓ DEMORANDO LOS CAMBIOS

Ascacibar asoma como un gran “patrón” del medio. Marchioni hoy es más que Gil, y Solari le da claridad al traslado en tres cuartos de cancha

Estudiantes cayó en el debut pero dejó señales positivas en el análisis global de su juego, más allá del resultado
Estudiantes cayó en el debut pero dejó señales positivas 

Por MARTIN MENDINUETA

La derrota fue un golpe que, evaluado con inteligencia y aprovechado como generador de buenas decisiones, podrá capitalizar a corto plazo. Al nuevo Estudiantes (sólo Desábato, Schunke, Auzqui y Gastón Fernández estuvieron en cancha como representantes de la vieja matriz) todavía le falta un “golpe de horno” para alcanzar su madurez. Ganó partidos, disfrutó elogios y sumó confianza durante los amistosos de pretemporada, pero ahora es otra cosa. Por los puntos, la presión se multiplica, los errores lastiman seriamente y la responsabilidad es muy grande.
Después de un primer tiempo bueno, con movilidad y clara intención ofensiva, Lanús le tomó la mano hasta mostrarlo casi impotente. La merma en el rendimiento fue evidente y por eso no se entiende cómo Nelson Vivas demoró tanto en realizar modificaciones. Recién a los 37 minutos del complemento sacó a Carlos Auzqui para ubicar en la línea ofensiva a Rodrigo Bueno. Seguramente el uruguayo necesitaba más tiempo en cancha para acomodarse al ritmo de la pulseada, aunque es cierto que su aporte fue insignificante.
El ingreso de Juan Cavallaro por Facundo Sánchez tampoco llegó en el momento indicado. La apuesta era tan lógica como necesaria, pero por lo menos veinte minutos antes. Justamente allí es donde debe trabajar duro; en generar variantes para tener a mano y aplicar cuando el rival crezca en su producción.
Augusto Solari se mostró como el más lúcido para llevar la pelota
Durante la primera etapa, Augusto Solari se mostró como el más lúcido para llevar la pelota, pasando de mediocampista a delantero a medida que aceleraba hacia el área rival. Esa fue una brisa de frescura y atrevimiento que entusiasmó a la gran cantidad de gente que acompañó al equipo en esta localía ficticia que todavía no terminó. Comparado con Ezequiel Cerutti, el ex River es mucho menos delantero y más volante. Si consigue asociarse más y mejor con “La Gata”, con Sánchez, que mostró criterio para recorrer la banda derecha, y termina sus desplazamientos verticales pisando el área, será una pieza clave. En esto último quizás pueda acompañar a Viatri, que hasta ahora se luce cuando “limpia” la jugada de espaldas a los zagueros, pero todavía no consigue pesar en el área, como nueve referencial.
Solari llegó hace poco y ya demostró que la pelota “no le quema”. Es el refuerzo que mejor jugó. Su posición (es un ocho adelantado) le cae justa a sus condiciones.
LOS PIBES DEL MEDIO
Era un partido muy difícil y especialmente para la dupla de volantes centrales que Vivas decidió ubicar apostando fuerte a los jóvenes formados en el club. Estuvieron bien, no defraudaron y la gente volvió a La Plata hablando de ellos con orgullo. El “Rusito” y Marchioni cortaron y jugaron en una zona donde Jorge Almirón puso hombres con experiencia y oficio. Topándose permanentemente con el “Bicho” Aguirre, el paraguayo Ayala y Román Martínez, los juveniles supieron estar a la altura de las circunstancias.
Ascacíbar tiene condiciones como para transformarse en el “patrón” del círculo central. Corre, mete, raspa y en el juego corto sabe hacerlo a un toque. Erró algunos pases y en el primer tiempo perdió una pelota que le sirvió a Ayala para sacar el remate que rebotó en el palo izquierdo de Agustín Rossi.
Julián Marchioni ya demostró que está dispuesto a cualquier sacrificio para jugar en la Primera de Estudiantes cuando, siendo mediocampista, aceptó pasar a jugar como zaguero en la reserva que dirigía Vivas. Con la misma disciplina para acatar lo que le piden, sacó un aprobado tanto en la contención como en el momento de sumarse a la gestación del juego. Ejecutó bien la pelota detenida y hasta se animó a probar al arco desde la media distancia. Se lo nota un “obrero” versátil, con ganas de no dejar pasar ninguna oportunidad que se le presente. Ascacibar y Marchioni ya son dos jugadores absolutamente integrados al plantel principal albirrojo. Puede parecer algo obvio y no lo es. Durante varios pasajes, los hinchas aplaudieron a los dos. Eso no estuvo preparado, brotó naturalmente desde la tribuna y fue un premio merecido.
El empate hubiera sido un marco más dulce para todo Estudiantes, pero Desábato perdió claramente con Braghieri y Román Martínez, justo él, manchó definitivamente una presentación que tenía estampada la silueta de la corrección.
AQUELLAS TROMPADAS...
El descontrol y la inconcebible furia de hace diez días en Mar del Plata hizo que Andújar y Damonte vieran el debut desde afuera. Seguramente, el arrepentimiento de ambos irá creciendo a medida que pasen los partidos donde no puedan estar. Futbolísticamente se extrañó más al arquero, pero lo importante es que todos hayan aprendido del error cometido.
Hay un nuevo Estudiantes. Esta derrota no lo daña. Sólo le marca los puntos que cuerpo técnico y jugadores deben mejorar 

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