REACCION TARDIA. CUANDO EL EQUIPO DECAYÓ, VIVAS FALLÓ DEMORANDO LOS CAMBIOS
Ascacibar asoma como un gran “patrón” del medio. Marchioni hoy es más que Gil, y Solari le da claridad al traslado en tres cuartos de cancha
Estudiantes cayó en el debut pero dejó señales positivas
Por MARTIN MENDINUETA
La derrota fue un golpe que, evaluado con
inteligencia y aprovechado como generador de buenas decisiones, podrá
capitalizar a corto plazo. Al nuevo Estudiantes (sólo Desábato, Schunke,
Auzqui y Gastón Fernández estuvieron en cancha como representantes de
la vieja matriz) todavía le falta un “golpe de horno” para alcanzar su
madurez. Ganó partidos, disfrutó elogios y sumó confianza durante los
amistosos de pretemporada, pero ahora es otra cosa. Por los puntos, la
presión se multiplica, los errores lastiman seriamente y la
responsabilidad es muy grande.
Después de un primer tiempo bueno, con movilidad
y clara intención ofensiva, Lanús le tomó la mano hasta mostrarlo casi
impotente. La merma en el rendimiento fue evidente y por eso no se
entiende cómo Nelson Vivas demoró tanto en realizar modificaciones.
Recién a los 37 minutos del complemento sacó a Carlos Auzqui para ubicar
en la línea ofensiva a Rodrigo Bueno. Seguramente el uruguayo
necesitaba más tiempo en cancha para acomodarse al ritmo de la pulseada,
aunque es cierto que su aporte fue insignificante.
El ingreso de Juan Cavallaro por Facundo Sánchez
tampoco llegó en el momento indicado. La apuesta era tan lógica como
necesaria, pero por lo menos veinte minutos antes. Justamente allí es
donde debe trabajar duro; en generar variantes para tener a mano y
aplicar cuando el rival crezca en su producción.
Augusto Solari se mostró como el más lúcido para llevar la pelota
Durante la primera etapa, Augusto Solari se mostró
como el más lúcido para llevar la pelota, pasando de mediocampista a
delantero a medida que aceleraba hacia el área rival. Esa fue una brisa
de frescura y atrevimiento que entusiasmó a la gran cantidad de gente
que acompañó al equipo en esta localía ficticia que todavía no terminó.
Comparado con Ezequiel Cerutti, el ex River es mucho menos delantero y
más volante. Si consigue asociarse más y mejor con “La Gata”, con
Sánchez, que mostró criterio para recorrer la banda derecha, y termina
sus desplazamientos verticales pisando el área, será una pieza clave. En
esto último quizás pueda acompañar a Viatri, que hasta ahora se luce
cuando “limpia” la jugada de espaldas a los zagueros, pero todavía no
consigue pesar en el área, como nueve referencial.
Solari llegó hace poco y ya demostró que la pelota
“no le quema”. Es el refuerzo que mejor jugó. Su posición (es un ocho
adelantado) le cae justa a sus condiciones.
LOS PIBES DEL MEDIO
Era un partido muy difícil y especialmente para
la dupla de volantes centrales que Vivas decidió ubicar apostando fuerte
a los jóvenes formados en el club. Estuvieron bien, no defraudaron y la
gente volvió a La Plata hablando de ellos con orgullo. El “Rusito” y
Marchioni cortaron y jugaron en una zona donde Jorge Almirón puso
hombres con experiencia y oficio. Topándose permanentemente con el
“Bicho” Aguirre, el paraguayo Ayala y Román Martínez, los juveniles
supieron estar a la altura de las circunstancias.
Ascacíbar tiene condiciones como para
transformarse en el “patrón” del círculo central. Corre, mete, raspa y
en el juego corto sabe hacerlo a un toque. Erró algunos pases y en el
primer tiempo perdió una pelota que le sirvió a Ayala para sacar el
remate que rebotó en el palo izquierdo de Agustín Rossi.
Julián Marchioni ya demostró que está dispuesto a
cualquier sacrificio para jugar en la Primera de Estudiantes cuando,
siendo mediocampista, aceptó pasar a jugar como zaguero en la reserva
que dirigía Vivas. Con la misma disciplina para acatar lo que le piden,
sacó un aprobado tanto en la contención como en el momento de sumarse a
la gestación del juego. Ejecutó bien la pelota detenida y hasta se animó
a probar al arco desde la media distancia. Se lo nota un “obrero”
versátil, con ganas de no dejar pasar ninguna oportunidad que se le
presente. Ascacibar y Marchioni ya son dos jugadores absolutamente
integrados al plantel principal albirrojo. Puede parecer algo obvio y no
lo es. Durante varios pasajes, los hinchas aplaudieron a los dos. Eso
no estuvo preparado, brotó naturalmente desde la tribuna y fue un premio
merecido.
El empate hubiera sido un marco más dulce para
todo Estudiantes, pero Desábato perdió claramente con Braghieri y Román
Martínez, justo él, manchó definitivamente una presentación que tenía
estampada la silueta de la corrección.
AQUELLAS TROMPADAS...
El descontrol y la inconcebible furia de hace
diez días en Mar del Plata hizo que Andújar y Damonte vieran el debut
desde afuera. Seguramente, el arrepentimiento de ambos irá creciendo a
medida que pasen los partidos donde no puedan estar. Futbolísticamente
se extrañó más al arquero, pero lo importante es que todos hayan
aprendido del error cometido.
Hay un nuevo Estudiantes. Esta derrota no lo daña. Sólo le marca los puntos que cuerpo técnico y jugadores deben mejorar
www.eldia.com.ar
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