Sebastián fue uno de los periodistas encargados de la cobertura de la
triple fuga acontecida a fines del 2015. Durante su travesía
periodística plasmaba en sus redes sociales su encuentro con varios
pincharratas. La historia de un pibe de Villa Lugano que tiene
inmortalizado a Estudiantes en su alma y en su piel.
Sebastián cubrió en TN todos los aconteceres de la triple fuga de la
prisión de General Alvear, en la que los hermanos Lanatta y Víctor
Schillaci estuvieron prófugos alrededor de 15 días. Siguió el rastro de
los delincuentes a través de Buenos Aires y de la provincia de Santa Fe,
donde finalmente fueron capturados. Durante los días que duró la
cobertura, Sebastián se cruzó a varios hinchas de Estudiantes, y
aprovechó la oportunidad para relucir su fanatismo por la institución
mediante sus redes sociales: se sacó una selfie con cada fanático pincha
con el que se encontraba.
Su abuelo simpatizaba desde joven por el club, transmitió la pasión a
su hijo y él a Sebastián. “Gracias a Dios mi viejo me hizo Pincha,
porque el resto de mi familia es de otro cuadro”, dijo. Oriundo de Villa
Lugano, salir a la calle con la camiseta albirroja no era algo común en
aquel lugar. “Todos los pibes eran de equipos grandes de Capital, pero
salir a la calle con mi camiseta me hacía aferrarme aún más al Pincha.
Lo aliento desde que tengo uso de razón”, contó. “Si veo alguien en
Capital con la camiseta, aunque sea un desconocido, lo saludo
inmediatamente al grito de “Aguante el Pincha carajo””, agregó. Su
padre era fotógrafo en Crónica, y cuando cubría algún partido en La
Plata le traía fotos o algún “souvenir”, que alimentaba más su locura.
El cronista de los noticieros de Todo Noticias tuvo la suerte de
conocer 1 y 57. Fue innumerables veces a los tablones, con su padre o
solo en el tren; aunque la primera vez que concurrió lo hizo para
defender otra camiseta. Sebastián jugó en las inferiores de Platense, y
disputó un partido en la cancha auxiliar del Jorge Hirsch. Aquel día se
la pasó sentado en los tablones de 55.
Por su profesión, que demanda muchísimo tiempo aún en horario no
laboral, se le complica ir al Estadio Único. Al ser de Capital, depende
del transporte público y las horas se duplican. Sin embargo, cuando
puede organizarse va a alentar como en las viejas épocas. Pero es un
privilegiado en ocasiones porque, al ser Director Técnico recibido, su
carnet le permite el ingreso en los estadios visitantes. Es uno de los
pocos pinchas que puede alentar en vivo en rodeo ajeno.
Tiene mil anécdotas relacionadas al Pincha. La más sorprendente, y
llena de locura y pasión, sucedió el pasado sábado. El periodista
concurrió al Estadio para el partido que Estudiantes le ganó a
Argentinos Juniors por 4-1, y cumplió el sueño de tener una fotografía
con su máximo ídolo, Juan Sebastián Verón. En su pantorrilla izquierda,
Sebastián tiene inmortalizado el momento donde el “11” levanta la Copa
Libertadores de América del 2009. Le faltaba un detalle: la firma. El
sábado Verón le autografió el tatuaje, y Sebastián fue desde la cancha
directo a un estudio de tatuajes del centro platense, antes de que la
tinta se borre.
Estudiantes está cada día más cerca de concretar el sueño de volver a
1 y 57. Para Sebastián la vuelta a casa es todo. “Es volver a casa.
Podemos seguir jugando y reventando el Único toda la vida, pero 1 y 57
es como el patio de casa donde jugábamos de chicos. Tiene la historia,
la mística y el pasado que es fundamental para alimentar el futuro”,
afirmó.
“Ser pincha es una forma de ser que siempre da sus frutos. El
sacrificio y la humildad son llamas que nunca se apagaron en el club, a
pesar de ciertos momentos delicados. En mi vida Estudiantes significa
mucho, es una manera de vivir y de encarar la vida. Tengo muy fuerte mi
raíz albirroja, y el sentimiento va más allá de un presente
futbolístico. Estudiantes es un verdadero amor eterno”.
Web Club Estudiantes
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