Hay marcadas diferencias entre el gobierno de Hugo Moyano y el de Sebastián Verón, y las consecuencias se reflejan en el mercado: el Rojo ya le sacó a Diego Vera hace un año y ahora quiere hacer lo mismo con Jonathan Schunke y Mariano Andújar. ¿Qué hará el Pincha?
A lo largo de la segunda mitad del siglo XX, pero especialmente en la década de los 80, las diferencias entre Independiente y Estudiantes se profundizaron a tal punto que las dos instituciones se jactaron de estar en las antípodas del pensamiento futbolístico, tomando partido en la batalla ideológica entre Bilardo y Menotti.
La definición del Torneo Nacional en junio del 83, por ejemplo, fue uno de los máximos puntos de ebullición que tuvo esta disputa, que ahora parece retomarse en los tiempos que corren con las actuales dirigencias de los dos clubes.
Desde hace un año, por ejemplo, Hugo Moyano viene fastidiando con sus decisiones a Sebastián Verón. Además de pararse en la vereda opuesta a la reforma del fútbol argentino impulsada por el presidente del Pincha junto a Marcelo Tinelli y apoyar la candidatura de Segura en las frustradas elecciones de diciembre, Moyano fue el impulsor de la compra de Diego Vera por expreso pedido de Mauricio Pellegrino.
El camionero se dejó influenciar negativamente por el despechado Longaniza, quien hace algunos meses había sido despedido del Pincha y conocía cuánto cobraban los jugadores.
La estrategia le dio resultado al Rojo, que primero sedujo a Diego Vera con un contrato superior al del Pincha y, con la decisión tomada por parte del jugador, obligó a Verón a tener que negociar un precio por su salida.
La historia se repite ahora con Jonathan Schunke, con la diferencia de que el entrenador “despechado” del Rojo ahora es Gabriel Milito y no el Flaco Pellegrino.
Por expreso pedido del Mariscal, el Rojo se puso en contacto con Martín Guastedisegno, quien hace cuatro años se sintió estafado por Estudiantes cuando Schunke vino de Ferro.
Tal como informó este diario, la embestida de Independiente se inició hace más de un mes, provocando el malestar en el seno de la dirigencia del Pincha.
“Si quieren a Schunke, que nos den a Albertengo”, fue la contestación de un dirigente, redoblando la apuesta.
Lo cierto es que, desde hace 48 horas, el Rojo empezó a llamar insistentemente a Schunke para que defina su futuro. Las gestiones están a cargo del secretario general Héctor Maldonado y Sebastián Verón está al tanto de la situación.
Pero esto no es todo: por si fuera poco, y casi suponiendo cierto empecinamiento, Independiente también empezó a negociar con el Napoli para quedarse con el pase de Andújar, aún sabiendo que para el arquero la única opción para jugar en el fútbol argentino es Estudiantes.
Fastidiado por todo lo que está ocurriendo, el propio Sebastián Verón le habría “frenado el carro” a Moyano en la reunión para darle forma a la Súper Liga y habría sugerido la posibilidad de empezar a declarar en su contra en los medios nacionales. Por esa razón Moyano salió del encuentro en la concesionaria de Alejandro Nadur, el presidente de Huracán, diciendo que “me están presionando a mí que estoy acostumbrado a presionar a la gente”.
Lo cierto es que la relación entre los dos clubes está prácticamente rota.
Como frutilla del postre a esta disputa institucional, Estudiantes acaba de ceder a préstamo a Alvaro Pereira e irá a la carga por Pablo Álvarez, uno de los jugadores pretendidos por Gabriel Milito para jugar en el Rojo.
Como ocurrió hace 22 años, la disputa entre estos dos clubes está al “rojo” vivo...
www.diariohoy.net
Hay marcadas diferencias entre el gobierno de Hugo Moyano y el de Sebastián Verón, y las consecuencias se reflejan en el mercado: el Rojo ya le sacó a Diego Vera hace un año y ahora quiere hacer lo mismo con Jonathan Schunke y Mariano Andújar. ¿Qué hará el Pincha?
A lo largo de la segunda mitad del siglo XX, pero especialmente en la década de los 80, las diferencias entre Independiente y Estudiantes se profundizaron a tal punto que las dos instituciones se jactaron de estar en las antípodas del pensamiento futbolístico, tomando partido en la batalla ideológica entre Bilardo y Menotti.
La definición del Torneo Nacional en junio del 83, por ejemplo, fue uno de los máximos puntos de ebullición que tuvo esta disputa, que ahora parece retomarse en los tiempos que corren con las actuales dirigencias de los dos clubes.
Desde hace un año, por ejemplo, Hugo Moyano viene fastidiando con sus decisiones a Sebastián Verón. Además de pararse en la vereda opuesta a la reforma del fútbol argentino impulsada por el presidente del Pincha junto a Marcelo Tinelli y apoyar la candidatura de Segura en las frustradas elecciones de diciembre, Moyano fue el impulsor de la compra de Diego Vera por expreso pedido de Mauricio Pellegrino.
El camionero se dejó influenciar negativamente por el despechado Longaniza, quien hace algunos meses había sido despedido del Pincha y conocía cuánto cobraban los jugadores.
La estrategia le dio resultado al Rojo, que primero sedujo a Diego Vera con un contrato superior al del Pincha y, con la decisión tomada por parte del jugador, obligó a Verón a tener que negociar un precio por su salida.
La historia se repite ahora con Jonathan Schunke, con la diferencia de que el entrenador “despechado” del Rojo ahora es Gabriel Milito y no el Flaco Pellegrino.
Por expreso pedido del Mariscal, el Rojo se puso en contacto con Martín Guastedisegno, quien hace cuatro años se sintió estafado por Estudiantes cuando Schunke vino de Ferro.
Tal como informó este diario, la embestida de Independiente se inició hace más de un mes, provocando el malestar en el seno de la dirigencia del Pincha.
“Si quieren a Schunke, que nos den a Albertengo”, fue la contestación de un dirigente, redoblando la apuesta.
Lo cierto es que, desde hace 48 horas, el Rojo empezó a llamar insistentemente a Schunke para que defina su futuro. Las gestiones están a cargo del secretario general Héctor Maldonado y Sebastián Verón está al tanto de la situación.
Pero esto no es todo: por si fuera poco, y casi suponiendo cierto empecinamiento, Independiente también empezó a negociar con el Napoli para quedarse con el pase de Andújar, aún sabiendo que para el arquero la única opción para jugar en el fútbol argentino es Estudiantes.
Fastidiado por todo lo que está ocurriendo, el propio Sebastián Verón le habría “frenado el carro” a Moyano en la reunión para darle forma a la Súper Liga y habría sugerido la posibilidad de empezar a declarar en su contra en los medios nacionales. Por esa razón Moyano salió del encuentro en la concesionaria de Alejandro Nadur, el presidente de Huracán, diciendo que “me están presionando a mí que estoy acostumbrado a presionar a la gente”.
Lo cierto es que la relación entre los dos clubes está prácticamente rota.
Como frutilla del postre a esta disputa institucional, Estudiantes acaba de ceder a préstamo a Alvaro Pereira e irá a la carga por Pablo Álvarez, uno de los jugadores pretendidos por Gabriel Milito para jugar en el Rojo.
Como ocurrió hace 22 años, la disputa entre estos dos clubes está al “rojo” vivo...
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