LA AFA, DE PAPELON EN PAPELON. SUS DIRIGENTES NO ESTÁN A LA ALTURA DE UN DEPORTE QUE NOS LLENÓ DE GRANDEZA
La salida de Martino es un eslabón más dentro de un engranaje que no para de generar vergüenza ajena. Inoperancia, egoísmo y desidia, condimentos de un cóctel venenoso que sigue destruyendo todo a su paso
Por NICOLAS NARDINI
ANALISIS
ANALISIS
Faltan pocas semanas para que se cumplan dos años de la muerte de Julio Humberto Grondona, un dirigente cuestionado y que lejos está de ser ejemplo en muchos aspectos de los manejos de una entidad civil sin fines de lucro. De todas maneras, viendo todo lo que vino después, ya no son pocos los que extrañan, en muchos planos de la gestión, la capacidad de conducción y liderazgo del caudillo de Sarandí que, aún con sus lunares, condujo los destinos de la AFA con un poder de persuasión que hubiera evitado, en estos días, el papelón de no poder conformar una Selección Nacional que represente a la AFA por la negativa de los propios clubes que la componen. Un verdadero zafarrancho pocas veces visto en la rica historia de este deporte en el país: los propios componentes de nuestro fútbol atentan contra un equipo que nos representará en la máxima cita deportiva del mundo.
La renuncia de Martino es una consecuencia. Lo más grave en materia de análisis pasa por las causas de su precipitado adiós. El entrenador se vio en una encrucijada. De repente, se encontró sin jugadores para entrenar, sin abastecimiento alimenticio asegurado para la hipotética concentración de sus futbolistas y, lo que es peor, sin un interlocutor válido ante quien exponer los graves problemas. La virtual acefalía de la entidad de calle Viamonte dejó al entrenador rosarino completamente desguarnecido en medio de una virulenta tormenta. La crisis de representatividad que sufre hoy la AFA dio como resultante que fuera Claudio “Chiqui” Tapia, dirigente de Barracas Central que ganó peso en la “rosca” bajo el amparo de Hugo Moyano, el hombre de peso con quien dialogar. Un directivo sin ninguna experiencia en el plano de competencias internacionales y mucho menos de selecciones nacionales. Así, en charla con un experto en tejer poder ante sus pares del ascenso vernáculo, aunque sin ningún conocimiento ni capacidad para desenvolverse en el marco del cada día más profesional fútbol internacional, Martino confirmó su marcha. Fue el punto final para un ciclo que estuvo a unos pocos penales de ganar dos copas al hilo (como Basile en su tiempo) pero que terminó sin ningún tipo de respaldo institucional y ninguneado por buena parte de la patria futbolera, que parece haberle cargado todo el peso de la gloria que se esfumó hace ya 23 años. En ese lapso, pasaron Passarella, Bielsa, Pekerman, Basile (en su segundo ciclo), Maradona, Batista, Sabella y Martino. Ninguno abrazo la gloria a nivel mayores, pero el castigo por el hartazgo y la repetición de las frustraciones recayó sobre el último. El bombardeo sobre Martino, terminó siendo un escudo protector para los dirigentes. Hizo difusa la visualización de los desaguisados.
Todo hasta ayer, cuando detonó la bomba que parece abrir los ojos de la gente del mundo del fútbol. ¿Se tomará real dimensión del papelón de poner en duda la participación en un Juego Olímpico por mezquindades dirigenciales? ¿Se hubieran animado los clubes, con Grondona en el poder, a negarle los jugadores a la Selección? ¿Con qué autoridad moral e institucional los dirigentes de la AFA litigarán en un futuro la cesión de los futbolistas para la Selección con los clubes grandes de Europa si los propios clubes locales no cumplen con esa regla? Son todos interrogantes que generan preocupación e incertidumbre.
Desde las federaciones más fuertes del mundo, observan con consternación el derrumbe de la estructura de selecciones de la Asociación del Fútbol Argentino. Hasta poco tiempo atrás, este apartado era una isla dentro de los desmanejos del fútbol nacional. Argentina tiene uno de los mejores centros de entrenamiento del mundo, cuenta con un contrato millonario con una de las dos marcas de ropa deportiva más grandes del mundo, tenía entre sus filas al mejor jugador del planeta sin discusión, había llegado a la final de una Copa del Mundo luego de 24 años y lideraba el ranking FIFA de selecciones.
Pero los dirigentes lo hicieron. Lograron que la estructura de selecciones se sumara al marco de sus impresentables manejos. Su impericia puso de mal humor al mejor del mundo que, por primera vez en una carrera alejada de toda polémica, explotó en su perfil de Instagram contra “estos de la AFA que son un desastre”, mientras esperaba el carreteo del avión en Houston con destino a New York.
A Martino y todo su equipo de trabajo no les pagaron el sueldo en los últimos siete meses. Spinosa, titular de Banfield, dijo que culpa de los malos manejos financieros de la AFA “es de Lammens”. Ni siquiera los que estaban del mismo lado en la pelea por la “Superliga” dejaron de sacar los trapitos al sol. Mientras tanto, desde Viamonte siguen sin salir los cheques para pagar los sueldos.
Llegó la renuncia del mejor del mundo (cansado de muchas cosas además de perder finales). Con ella, de no revertirse, pueden caerse en masa los mejores sponsors de la Selección, algo de lo que, por lo visto, todavía no tomaron nota en Viamonte. Sin Messi, Argentina no “corta tickets” ni vende remeras en ningún país del mundo.
Y la frutilla del postre fue la imposibilidad de empezar a trabajar para los Juegos de Río por la “falta de jugadores”. Con todos estos elementos, la renuncia de Martino era tan anunciada como inevitable.
PASO DE COMEDIA
“Se va un gran hombre, un gran profesional”. Las palabras de “Chiqui” Tapia en su cuenta de Twitter sonaron a broma. Despedía, en un tono de congoja, a un entrenador al que en esta AFA que parece estar bajo su tutela hicieron todo lo posible por forzarlo a dar un portazo. Otro papelón. La misma AFA.
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