SUPERÓ 4-2 A NEWELL’S EN LA PLATA, UN PARTIDO QUE LO TUVO COMO AMPLIO DOMINADOR
El equipo de Lucas
Bernardi presionó, atacó y lastimó de mitad de cancha hacia adelante.
Tuvo en Tití Rodríguez y en Juan Otero sus figuras. Lo peor, algunos
desacoples defensivos que pusieron en partido a la visita
Fernando Zuqui celebra su gol, el primero que marca con la camiseta de Estudiantes. El Pincha jugó un gran partido y ganó merecidamente
Estudiantes ganó su partido contra Newell’s
con mucha autoridad. No dejó dudas, ni siquiera cuando algunos errores
defensivos potenciaron a su adversario. Goleó 4-2 y está bien dicho el
verbo golear, porque la diferencia entre un equipo y otro fue más de dos
goles. Mucho más.
El Pincha jugó de menor a mayor. Arrancó un
poco contenido y sufriendo el 4-3-3 inicial. Le llevó unos minutos
tomarle el tiempo al rival, al campo y a sus propios jugadores. Hasta
que engranó, con el fútbol de Lucas Rodríguez, el buen presente del
colombiano Otero y el criterioso manejo de Bautista Cascini en el medio.
Una vez que se subió a la moto, no se bajó más.
El técnico volvió a ganar su pulseada.
Acertó otra vez con el esquema y en la elección de los jugadores, porque
Otero o Melano hoy están mejor que Pavone y la Gata Fernández, por más
pergaminos que tengan los últimos.
Ganó y ganó bien. No debió
sufrir en el segundo tiempo y de haber estado estado más fino de mitad
de cancha hacia adelante hubiese sido un resultado más abultado todavía.
Una gran versión de cara al clásico contra Gimnasia, a jugarse en
apenas seis días.
En el primer tiempo el Pincha apostó por la
presión en el medio para atacar luego, preferentemente, con Lucas
Rodríguez por izquierda. Por allí lo hizo más y mejor, siempre con mucha
rotación, al punto de hacerles pasar a Bruno Bianchi y José San Román
una tarde parecida a la humillación.
Por allí llegó la jugada en
la cual Joaquín Varela le cometió un claro penal a Juan Otero. Se lo
llevó puesto cuando el colombiano había adelantado la pelota tras una
contra iniciada en la izquierda. El mismo jugador lo cambió por gol para
iniciar el camino del triunfo.
En ese primer tiempo se
repartieron un poco más la pelota y si bien Newell’s tuvo en un
desacople defensivo (no se entendieron Diarte y Andújar) y en un tiro
libre de Brian Sarmiento la chance del empate, fue siempre Estudiantes
el mejor de los dos.
La presión generó un par de contragolpes y el
juego asociado lo tuvo a tiro del segundo. Primero se lo perdió Melano
por el segundo palo (por usar su pierna derecha en lugar de su cabeza) y
un minuto después Lucas Rodríguez falló en un cabezazo. El final del
primer tiempo empezaba a mostrar lo que continuaría más adelante: un
equipo muy bien físicamente y con un libreto entendido de memoria,
contra uno perdido en la cancha y mostrando horrores defensivos casi de
principiante.
LO PASÓ POR ARRIBA Y NO DEBIÓ SUFRIR
En
el complemento Estudiantes jugo los mejores 20 minutos del Ciclo
Bernardi. Lucas Rodríguez se disfrazó de Messi para hacer jugar a sus
compañeros. El chiquitín de Florencio Varela la descosió a pura gambeta.
Imparable.
A los 4 minutos Melano le robó la pelota a Varela
(gran presión alta) pero falló en el mano a mano contra Nelson Ibáñez.
Un minuto después Fernando Zuqui no pudo mandar al fondo de la red tras
al centro de Rodríguez, que hizo una apilada por la izquierda.
Lucas Rodríguez fue determinante para el triunfo Pincha: hizo lo que quiso por izquierda
Era
mucho más Estudiantes y si en lugar de fútbol hubiese sido básquet, el
rival pedía minuto. Pero no pudo y tras un centro desde la izquierda el
Chavo Desábato la bajó al medio del área para que Otero (está encendido
con tres goles en dos fechas) marcara el segundo.
Un error
compartido entre Diarte y Andújar le dio la oportunidad a Brian
Sarmiento de descontar, cuando el reloj marcaba los 22 minutos. Parecía
que Newell’s iba a vender cara su derrota, pero en otra ráfaga el equipo
de Bernardi liquidó la historia.
A los 31 Zuqui hizo un golazo
desde afuera del área, jugada que se inició con un caño delicioso de
Tití a San Román, que luego lo corrió unos metros desde atrás hasta que
el volante albirrojo buscó al centro para que el ex Boca decretara el
3-1.
Tras cartón una contra perfecta, con Cascini, la Gata e Iván
Gómez, terminó con Mariano Pavone definiendo de primera dentro del área,
para el 4-1 que a esa altura era lo más justo que podía ocurrir en el
campo. Golazo para hacer estallar a los hinchas, robar sonrisas e
ilusionar con un semestre mejor que el pasado. Premio a la convicción de
un juego que ahora empieza a convencer.
Ni siquiera el nuevo
descuento de Newell’s pudo frenar la alegría desmesurada en las
tribunas. Es que después de siete años el Pincha pudo ganarle a
Newell’s, sumó su segundo al hilo por segunda vez en el torneo, se
encaminó en la tabla de posiciones y llega confiado al partido de la
próxima semana.
La fiesta fue completa para los hinchas, quienes
por primera vez en varios años tuvieron cerca a Alejandro Sabella, el
técnico campeón de la última copa Libertadores. Pachorra dijo presente,
dejando en claro su evolución luego de una dura enfermedad que lo alejó
de las canchas y algo más. Ganó Estudiantes, sonrió Sabella y los
hinchas se sienten más confiados de cara al clásico del próximo sábado
en el Bosque.
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