miércoles, 7 de marzo de 2018

Braña tenía miedo de volver al club y ahora los hinchas sienten temor de que pueda irse


El “CHAPU” NO TIENE CONTRAS. Todo Estudiantes lo adora
Es el mejor mediocampista central que tiene la Superliga. Que levante la mano el que no lo quiera de compañero. Encima, es humilde

Braña tenía miedo de volver al club y ahora los hinchas sienten temor de que pueda irse
El Chapu Braña dio una lección de fútbol ante olimpo

Por MARTÍN MENDINUETA
@firmamendinueta

Fue el 10 de Diciembre de 2015 cuando, en diálogo con “El Equipo Deportivo” de FM “La Redonda”, dijo tal cual lo que sentía: “Prácticamente tengo la decisión tomada de no volver. Ya estoy grande y prefiero que se queden con la imagen de lo que fui”.
Aquella declaración les produjo tristeza a muchos hinchas de Estudiantes, pero hubo otros que, sin dejar de quererlo y valorarlo, creyeron que hacía bien en preservarse. En aquella entrevista en pleno mediodía Rodrigo Braña confesó más: “Ya voy a cumplir 37 años; dí todo y el club me dió todo. Soy grande y tengo miedo de perder el cariño de la gente, quiero que me recuerden por lo que dejé”. Sentía un temor puntual: “Yo sé cómo es el fútbol, los años pasan para todos. Hoy jugás dos o tres partidos mal y te dicen que volviste por ser amigo de la ‘Bruja’ o del ‘Flaco’ Alayes y no quiero que eso pase”.
El tema es que volvió. A mediados de Junio de 2016 y con esos 37 almanaques que tantas dudas le provocaban, igual regresó al único club que compite con Quilmes por el cariño del “Chapu”. Y menos mal que lo convencieron.
Hoy, cuando el Estudiantes dirigido por Lucas Bernardi va encontrando un nivel de eficacia que le permite ambicionar seriamente un lujar fijo entre los cinco primeros de la tabla de la Superliga, Braña es el motor indispensable del mediocampo. Así de simple y de contundente. Es el conductor del equipo porque no sólo está para correr, presionar y tratar de robar la pelota, marca el ritmo con su manejo pulcro y porque tiene buen pase; pero esencialmente porque sabe cuándo y de qué manera iniciar el circuito de juego.
El último lunes, sin haber rendido en un nivel brillante (de hecho quedó comprometido con la mejor llegada que construyó Olimpo durante el primer tiempo) fue el más claro de la cancha, siendo el garante del primer pase y quien mejor manejó las entregas a distancia. La gente esperaba que entrara en acción para aplaudirlo. No lo quieren, lo adoran.
Camino a las cuatro décadas, no sólo no le gritan que juega por ser amigo de Verón, sino que además es el mejor mediocampista central del fútbol argentino. Petiso, de piernas muy fuertes y con un temperamento brutal que antes lo hizo destacarse también en el hóckey y ahora en el golf (tiene cuatro de hándicap), el oriundo de Berazategui es el típico gladiador que todos quieren tener como compañero.
Braña es bueno técnicamente, intuitivo y pícaro para manejarse cuando “la sopa se pone espesa”, pero lo mejor que tiene es que nunca pierde el apetito por la victoria. Vive con hambre de gloria. El “Chapu” quiere ganar siempre y eso lo convierte en un rival que alcanza la categoría de INSOPORTABLE.
NÚMEROS MUY BUENOS Y UN NIVEL QUE CRECE
Estudiantes ganó con justicia, pero le faltó adosar poder de fuego a ese predominio natural que estableció en las acciones desde el primer minuto. Si Olimpo hubiera anotado (tuvo una con Lentini, otra con Villarruel y la del segundo tiempo que sacó Andújar con su brazo derecho) el dolor hubiera sido grande y habría escuchado críticas que hoy quedan minimizadas detrás del triunfo.
Sus números son muy buenos y el nivel de rendimiento genera optimismo, aunque necesita bastante más de sus mediocampistas ofensivos. “Tití” asoma de vez en cuando y Giménez, que esta vez descansó, todavía no es la usina generadora que este equipo necesita.
Párrafo aparte para Juan Otero. Se está convirtiendo en artillero. El colombiano le da vida a cada ataque. Encara siempre, es veloz y no lo tumban fácil. La dupla que hace con Lucas Melano tiene el copyright del director técnico. Bernardi cambió la manera de buscar el gol y ese binomio es el mejor aporte que hasta el momento le ha dado desde la pizarra a este “León” que todavía busca su identidad definitiva.

El mejor refuerzo de los últimos años

Rodrigo Braña es el jugador más querido y respetado por los hinchas. No quedaron dudas el último partido, cuando todo el estadio explotó en una ovación que se escuchó de La Plata a Quilmes. Es que el Chapu, de alguna manera, está tallado de pies a cabeza por el ADN albirrojo.
Corredor, metedor como pocos y con un pase efectivo. Llegó como un cinco de marca y en poco más de una década se convirtió en un jugador completo, que a los 39 años (hoy los cumple) es por lejos el mejor jugador del plantel. Contra Olimpo, a todos sus atributos mencionados le agregó otro: lanzamientos cruzados al pie del compañero. Parecido a los de la Brujita Verón, de quien más aprendió en la década que jugó la camiseta de Estudiantes.

Pasaron casi 30 mercados desde que llegó y los dirigentes nunca hicieron una compra mejor

Pasaron casi 30 mercados de pases desde que está en el Pincha y los dirigentes nunca hicieron una compra mejor que la suya. No generó los millones de dólares de Mauro Boselli, Duván Zapata o los que aportaron los chicos de la cantera. Pero Rodrigo Braña fue -y lo será por mucho tiempo- el mejor refuerzo de Estudiantes.
Llegó a Estudiantes en enero de 2005. El técnico era Mostaza Merlo pero no fue quien lo pidió. Es más, cuando lo vio en el Country le avisó que no lo iba a tener mucho en cuenta porque en ese momento el plantel tenía a Adrián Bastía, Kalule Meléndez y Pelusita Cardozo, que andaban muy bien. ¿Para qué otro volante central? Jugaba en Quilmes, tenía 25 años, había hecho inferiores en Independiente y de un fugaz paso por el fútbol español. Merlo no fue el único que lo resistió.
Ese volante central, de baja estatura y poco conocido en su arribo, jugó su primer partido en el Pincha en un amistoso de verano en 57 y 1. Entró en el segundo tiempo y ya dejó su sello. Con el correr de las semanas se fue ganando un lugar. Fue titular con Merlo, pero también con Jorge Burruchaga, Diego Simeone, Alejandro Sabella y Nelson Vivas. “Alejandro fue el mejor técnico que tuve en mi carrera”, dijo hace poco.
Su pase se hizo un poco por la buena relación entre los clubes y por el acuerdo para utilizar el estadio más adelante. Julio Alegre era el presidente y Eduardo Abadie y Osvaldo Lombardi manejaban el departamento de fútbol. Costó 250 mil dólares el 50% de su ficha (¡en diez cuotas!). ¿Y el restante porcentaje? “Era de una empresa que gerenciaba Quilmes que después se fue y quedó todo en la nada, ni siquiera reclamaron esa otra mitad”, declaró alguna vez el jugador en el medio partidario Animals. Sí, el mejor refuerzo de los últimos años no costó casi nada.
“Un día de semana llegaron Braña y Meizner a la Sede. Me llamó Julio (Alegre) y le redactamos un contrato. Vinieron sin representantes ni nada. Se hizo en un rato y es verdad que Merlo no lo había pedido”, recordó Francisco Da Giau, ex secretario general del Pincha, para aportar otro dato de esta compra, de las más importante de los últimos años.
Semanas atrás en una entrevista con este medio se le preguntaba por el secreto de esta vigencia. Confesó que una parte es genética y que otro porcentaje es haber sabido conocer su cuerpo. “No soy un fanático de los cuidados”, contó. Y tiene razón, porque Braña come asado, pizza y una milanesa como todos nosotros. Pero sabe cómo, cuándo y dónde. “La nueva preparación física nos alargó la carrera a muchos”, dijo en la entrevista, recordando que antes eran más agresivos los entrenamientos. Evidentemente es otro de los progresos del fútbol.
“Braña es, junto con Miguel Russo y Carlos Pachamé, de los mejores números 5 que pasaron por Estudiantes”, aportó el ex presidente Abadie.
Del último tiempo, sin lugar a dudas, es el mejor de todos. La mejor inversión de Estudiantes se llama Rodrigo Braña.

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