“MUERTO EL PERRO”, ¿SE ACABÓ LA RABIA?
El canto que unió a
muchos “...es el equipo del Narigón” fue directo a los oídos del
presidente Verón. ¿Por qué no escuchar a los hinchas?
El equipo en el último
partido del ciclo bernardi. El Dt ya no está, ahora la cd no tiene
margen para volver a equivocarse
El
fútbol tiene, entre tantos atractivos difíciles de empardar, un
lenguaje tan poético como implacable. El último domingo, el momento en
que miles de hinchas albirrojos comenzaron a cantar, espontáneamente,
“borombombón, borombombón, es el equipo del Narigón”, significó, sin
insulto ni otro agravio mediante, uno de los más claros mensajes que le
han enviado al gobierno del club en años. El otro, claro, tiene que ver
con la demorada finalización del nuevo estadio.
Hartos de
la propuesta futbolística de Lucas Bernardi, dijeron todo en pocas
palabras, valiéndose de una histórica y querida rima de tiempos muy
felices.
Hoy, cuando el entrenador rosarino está embalando sus
pertenencias para salir de la ciudad, y la comisión directiva hace saber
que le gustaría reemplazarlo con Sebastián Beccacece, joven ayudante
técnico de Jorge Sampaoli y responsable de la Selección Argentina Sub
20, el grueso de los fanáticos pinchas vuelven a pedirle a Sebastián
Verón que regrese a los orígenes y le de la oportunidad a un DT “criado
en la casa”.
FALLAS DE ORIGEN
Aconsejado
por Agustín Alayes, el presidente apostó fuerte por un conductor de
grupo que no había triunfado en ningún club. Los modernos métodos de
trabajo que iba a implementar, más su fuerte impronta, sedujeron a quien
toma las decisiones más importantes en el club. Por Bernardi,
contrataron a Gastón Giménez (hasta el momento no ha rendido ni por
asomo en relación al dinero que se invirtió por su ficha). Y por
identificarse plenamente con la propuesta del flamante tutor del grupo
aceptaron la rescisión contractual que pidió Israel Damonte. Bernardi no
consideraba pieza importante al platinado mediocampista que hoy triunfa
en Huracán. El tiene su gusto. Pero lo curioso es que el gobierno de
Estudiantes, de acuerdo a su manera de actuar, terminó coincidiendo con
la mirada, el diagnóstico y la evaluación del hombre al que echó (ojo,
en muy buenos términos) hace menos de cuarenta y ocho horas.
Tanto
les gustaba Bernardi, que terminaron sacándose de encima a un jugador
de gran utilidad y que, además, representa a la perfección la
idiosincrasia “Pincharrata”. Esos errores se pagan caro. Ahora le
pidieron la renuncia a Bernardi y Damonte seguirá corriendo rivales con
la camiseta del “Globito”.
CUATRO REFUERZOS
Hasta
el momento, el balance de todo lo incorporado durante el último mercado
de pases es muy malo. Giménez (1.550.000 dólares por el 50% de su pase)
es el que más cerca está de ganarse un lugar a fines de mayo cuando el
equipo intentará vencer por dos goles a Nacional de Uruguay para
clasificar a los octavos de final de la Copa Libertadores de América.
Jacob
Murillo jugó muy poco y en un pobre nivel. Andrés Escobar también
participó poco y tampoco se mostró de gran manera. Y el mismo concepto
le cabe a Fabián Noguera. Hoy es el cuarto zaguero del plantel. Sin
contar a Matías Laba (llegó lesionado) y a otros juveniles considerados
como “apuestas a futuro”.
Ninguno de los que llegaron sumó
jerarquía, ni se convirtió en figura indiscutida, ni gestó ovaciones de
la tribuna. ¿Quién los eligió? ¿Qué virtudes tuvieron en cuenta a la
hora de ir a buscarlos?
NO ESTARÍA MAL ESUCHAR AL HINCHA
Hay
que volver a elegir director técnico. Los dirigentes quieren a
Beccecece y los hinchas piden a gritos alguno formado en el club. Otra
vez no hay coincidencia de gustos. ¿Tan grave sería escuchar a los que
pagan la cuota de socios y el abono a una platea?
Sebastián Verón,
quien fue un eximio jugador, ganador de pura cepa y campeón con todas
las letras, no está hilvanando tantos aciertos como le ocurrió en su
brillante carrera profesional. En los años que lleva como máxima
autoridad del club han pasado muchos entrenadores. Por eso, queda claro
que Lucas Bernardi no es el único responsable de este presente albirrojo
teñido de mediocridad.
www.eldia.com.ar
No hay comentarios:
Publicar un comentario