Esta es la historia de Daniel Serres, un fana Pincha que, cuando nació Juan Sebastián Verón, él y su madre estaban en la misma habitación del hospital
Daniel Serres, hincha y socio de Estudiantes, nació durante el mismo marzo de 1975 que Sebastián Verón. La anécdota no sería muy relevante si no habría una secuencia de “detalles”, como que ambas madres (Cristina, la suya, y Cecilia, la del actual presidente del club Pincha) compartieron pieza y se prestaron ayuda en esas horas en que el niño “estrella” llegaba al mundo, el 9/3/1975, en la misma jornada en que había clásico platense.
El bebé de Cecilia Portella y de Juan Ramón Verón fue traído por los doctores y partera a la misma habitación del Hospital Mater Dei, en la que en esas horas entraba una mujer con urgencias de salud, que en su vientre tendría a un fanático del Pincha. Estaba pugnando por salir Danielito, que ayer le dijo a Hoy “La varita me pasó cerca, estuve a su lado cuando nació, pero Dios no se equivocó... Sebastián convirtió en realidad mis sueños”.
Alrededor de la fecha de nacimiento de la Brujita hay una anécdota popular. La noche del día 8 Cecilia decidió llamar al Country para dar aviso al marido (entonces jugador y figura) que el hijo nacía. El teléfono de la concentración sonaba y por ahí lo atendió el DT Carlos Bilardo, que no dudó en dejar descansando a su “carta de gol” y le prometió mandar al médico del plantel. Por esto, el delantero se enteró del nacimiento de Sebastián a la mañana siguiente, cuando pudo visitarlo tan solos unos minutos.
Lo que vivió la familia Serres es todo un orgullo con que se florea en las charlas el hoy padre de tres hijos, que nacería recién 14 días después (23/3/’75).
“El embarazo de mamá (Cristina Troncatti) corría algún riesgo, no sé que le pasó, creo que sufrió una caída. Pero tiene todo muy presente, y me contó que incluso llegó a estar ahí en la pieza, Juan Ramón. Cuando estaban solas, mi mamá le ayudó a cambiar un pañal de Sebastián y a curarle el ombligo”.
Y tomó más envión, diciendo lleno de orgullo: “¡Capaz que el hecho de compartir ese momento de tan cerca hizo que le transmitiera mis deseos! O al revés, yo percibí un presagio de lo que vino: la historia que cada uno de los pinchas adoptamos como propia.
Daniel soñaba en su infancia con lo que luego hizoaquel ser humano que estaba recién nacido en la cama de al lado, cuando él también estaba por dar a luz.
Por supuesto que va a la cancha, y a sus tres hijos varones los hizo socios al minuto. Con algunas anécdotas no tan comunes: el primero (Patricio) nació en 2003 ¡cuando volvió Bilardo!, en 2005 vino Lautaro, en el mismo mes del centenario, y en 2009 Francisco, cuatro días después de la cuarta Copa Libertadores. “Por si quieren seguir asociando, hay demasiadas cosas en común en este amor...”
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