jueves, 9 de diciembre de 2010
Un aguante Monumental
Una multitud acompañó al equipo de Sabella a River. Los miles de hinchas albirrojos celebraron la goleada ante los Millonarios y ya piensan en el cierre del torneo, este domingo, ante Arsenal
La parcialidad de Estudiantes volvió a poner en evidencia su fervor, amor por los colores y ese sentimiento que no se explica y a veces no tiene razón de ser. Los casi seis mil hinchas platenses coparon el sector alto del Monumental y desde allí acompañaron con sus cantos, y un aliento que se hizo sentir a lo largo del partido. El cierre fue tan emotivo como el partido y varios, con los ojos cargados de lágrimas, despidieron a los gladiadores de Sabella, quienes dieron una muestra más, de su ganas por cerrar el año de la mejor forma.
"Vamos vamos Pincharraata que esta tarde tenemos que ganaaar...Vamos vamos Pincharraata que esta tarde tenemos que ganaaar", así comenzó el partido y así de rápido respondió el equipo en el Monumental, primero con el pelotazo en el poste de la Gata y luego el cabezazo del Chavo que infló la red del arco de Carrizo, desató una estampida en la tribuna alta del estadio de River. Miles de gargantas enrojecieron con el primer tanto.
Sufrieron cada avance de los Millonarios y festejaban cada tiro libre, cada córner, hasta que el Chapu metió esa asistencia maradoniana para que Maxi le sirviera el gol a Matías Sánchez, para explotar definitivamente y romper una vez más las gargantas deshechas de tanto cantar. Los hinchas presentían que no se les podía escapar. ¡¡¡Estudiaaa, Estudiaaa!!!, bajó del sector visitante, al igual que el ¡¡¡Dale, dale, dale, Le, Leooón, dale le, León!!!.
Claro que toda la atención no estaba sólo en Núñez, sino que muchos con sus radio encendidas, palpitaban lo que sucedía en el estadio de Vélez.
Con la goleada consumada por los tantos de Rojo y Mercado, y el toque albirrojo en el medio, bajó el ¡¡¡Ole, ole!!! de la tribuna exultante, que revoleaba lo que tenía, a modo de tributo, por encima de sus cabezas.
¡Ole, olé, olé, ole ole ole olá, cada día te quiero más, soooy Pincharrata, vamos Pincharrata, vamos a ganaaar!.
Pese a que Verón no estuvo en cancha, sus hinchas enfervorizados lo recordaron mientras descendían felices del sector alto del estadio. ¡Ole, ole, ole, olá, Bruja, Bruja!
La despedida fue Monumental, los jugadores apiñados en el centro del campo y sus manos levantadas despedían a los miles de platenses que seguían locos de contento por la gran actuación del equipo.
Diario El Día
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