martes, 3 de abril de 2012

Más que el invicto y la punta, perdió la línea mostrando algo de inocencia


ESTUDIANTES SE LASTIMO ANTE UN BOCA FIEL AL GUSTO DE FALCIONI

La propuesta generosa de ir al ataque terminó siendo un "pecado de candidez". A falta de Riquelme, brilló Chávez

Por MARTÍN MENDINUETA

Escondido, lejos de las cámaras, Julio Falcioni disfrutó la manera en que su Boca facturó un negocio impecable. Así le gusta a él, bien abroquelado atrás y saliendo rápido en cada ataque. Más no puede pedir. Todo le salió redondo. Estudiantes terminó lastimado e impotente frente a esa formación tan disciplinada como punzante a la cual le sobraron figuras.

La legitimidad del ganador no admite objeciones. Boca, sin Riquelme, recuperó, con brillo muy seductor, la identidad colectiva que tanto persigue su director técnico. Esperó replegado, protegiendo a Orión con los grandotes (Schiavi e Insaurralde), para después renovar su capacidad de daño ofensivo haciendo uso perfecto del contragolpe.

El "Pochi" Chávez, que se deglutió las espaldas de Matías Sánchez y de Verón, fue la usina generosa que propició el lucimiento de varios. Santiago Silva volvió a ser terrible y estuvo intratable. En Ledesma sigo viendo a un mediocampista completo con nivel de Selección Argentina. Y en el flaco Somoza, al silencioso equilibrista táctico indispensable para que la estructura no ofrezca grietas.

Hacía rato que a Boca no mostraba un andar tan eficaz. Sin dudas, el estadio Ciudad de La Plata fue testigo de la mejor versión 2012 del último campeón.

MAL ATRAS Y VERON FLOJO

Un gol recibido de segunda jugada en un saque lateral y dos más por perder la pelota de modo evitable, que agarraron al equipo descompensado, describen lo mal que respondió ese "León" que venía haciendo del oficio defensivo su mejor estandarte.

Estudiantes estuvo en partido sólo un tiempo; el primero. Allí atacó bastante bien y hasta pudo marcar un gol. En el complemento se apagó. Su juego fue previsible y hasta la "Brujita" mostró errores llamativos. Con el líder en tan bajo nivel, la esperanza del repunte se desvaneció muy rápido. Mucho más con el cambio de Carrillo por "La Gata" (así le hizo todavía más fácil la tarea a los centrales de Boca).

Apostó ciego a la habilidad de Enzo Pérez para el desequilibrio por izquierda y consiguió casi nada. A los veinte del segundo tiempo Estudiantes ya había perdido.

Ahora, calma. Nadie merece la horca ni un pelotón de fusilamiento. Estudiantes jugó mal, perdió bien y tiene que revisar el libreto para lo que falta del torneo. La histeria nunca es buena consejera. Azconzábal sigue siendo el mismo que la semana pasada, con virtudes y defectos, como todos.

Se fueron la punta y el invicto, pero lo que debe volver rápido es la línea, la identidad de equipo que debería estar a salvo aun en derrotas tan duras como la del último domingo.

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