Otro partido perdido y una campaña que preocupa
OTRA CAIDA DE ESTUDIANTES, COMO LA DE DUVAN ZAPATA EN LA FOTO. EL PINCHA SE QUEDO UNA VEZ MAS SOBRE EL FINAL Y LO PAGO MUY CARO
COMENTARIO
Por MARTIN CABRERA
Pasan
las fechas, los rivales y los técnicos. Pero en Estudiantes lo que no
pasa es la malaria. Anoche, por la 10ma fecha del torneo Final, volvió a
perder sobre el final, estiró a 11 los partidos sin ganar y sigue en el
fondo de la tabla con sólo 4 puntos, una cosecha que avergüenza a
dirigentes y jugadores por igual. A los hinchas, en cambio, les
preocupa. Por MARTIN CABRERA
La derrota, una nueva en este torneo, llegó como de costumbre: en el final y cuando nada ni nadie podía imaginarlo. Anoche no fue el arquero, ni un juvenil quien se equivocó en el fondo. El mayor responsable del gol de Quilmes fue Leandro Desábato, quien entregó mal una pelota que antes había perdido en forma increíble Carlos Auzqui para que Martín Cauteruccio definiera a un palo del arquero Gerónimo Rulli. Sin palabras para explicar la mala suerte de un equipo, que pierde cuando juega mal, cuando juega regular y cuando los rivales no hacen nada para superarlo.
Lo mejor de este nuevo Estudiantes, que tuvo a Mauricio Pellegrino por primera vez en el banco de suplentes, se vio en el primer tiempo. Un equipo ordenado, simple y sin sobresaltos en el medio. Sin ser nada del otro mundo, le alcanzó para sacar un aprobado. Muy bien Gastón Gil Romero y una defensa correcta en todo sentido.
De todos modos, en ese primer tiempo las opciones de gol fueron, en concordancia con el partido, repartidas para unos y otros.
El local tuvo dos, un remate desde afuera del área de Fernando Elizari que pasó cerca (antes Mansilla le había metido un terrible caño a Gelabert) y el gol anulado a Cristian Lema, quien a instancias de Silvio Trucco se apoyó en Duván Zapata.
Por el lado de Estudiantes, lo mejor fue una jugada combinada entre Gelabert, la Gata Fernández y Maxi Núñez, que terminó con éste último rematando sobre el cuerpo de Emanuel Tríppodi, que salió muy rápido para atorar. La otra chance -relativamente- clara fue un cabezazo de Desábato (buen centro de pelota parada del Pampa Gelabert), que el arquero Cervecero desvió al córner cuando parecía que podía superar su defensa.
Pero en el complemento, como una película que se repite todas las fechas, el castillo empezó a desvanecerse. El Pincha le regaló la pelota al rival, casi resignó su versión ofensiva y así quedó a merced de que un error lo dejara con las manos vacías.
Si el gol Cervecero no llegó antes fue pura responsabilidad de Quilmes, que fue excesivamente amarrete y pareció conformarse con el empate cuando lo que necesitaba como el agua eran los tres puntos. De Felippe nunca dio señales de querer ganar el partido y esperó hasta el final para meter los cambios, casi como conociendo las falencias de su rival.
El gol del triunfo llegó casi a continuación de la jugada más clara de Estudiantes. Un buen pase de Gelabert para Auzqui quien, de primera, remató al palo izquierdo de Tríppodi. Iban 38 minutos y si no había podido en esa… Tras cartón, una pelota perdida en el medio por el propio Auzqui (pudo ser héroe y fue demonio), el error de Desábato y una historia conocida, que se hace insoportablemente repetida en este equipo y que está conduciendo a un oscuro callejón que por ahora pocos protagonistas quienes lo ven. Estudiantes tiene sólo 4 puntos, juega muy mal, se equivoca feo en los finales de cada partido y si no empieza a sumar puntos, el año que viene su permanencia en Primera va a estar en duda.
www.eldia.com.ar
No hay comentarios:
Publicar un comentario