domingo, 16 de junio de 2013

El Pincha estuvo en la Luna y San Martín no lo perdonó

Estudiantes, justo en un partido tan importante, mostró la peor versión del ciclo Pellegrino y cayó 2-0, por goles de Luna y Penco

ESTUDIANTES TUVO UNA DESLUCIDA ACTUACION Y CAYO SIN ATENUANTES ANTE SAN MARTIN DE SAN JUAN
ESTUDIANTES TUVO UNA DESLUCIDA ACTUACION 
Y CAYO SIN ATENUANTES ANTE SAN MARTIN DE SAN JUAN

COMENTARIO Por MARTIN CABRERA

Síntesis: San Martín-EstudiantesSAN JUAN (Enviados especiales).- En esta ciudad desde hace una semana que esperaban el partido. Hubo banderazos, declaraciones polémicas, todo un estadio para hinchas locales y música de cuarteto por los parlantes en la previa. También un equipo local con enorme actitud para ganar, lo opuesto a su contrincante. San Martín derrotó 2-0 a Estudiantes con goles de Jorge Luna y Sebastián Penco, y sumó tres puntos vitales en su lucha por no descender. El Pincha le dijo adiós al invicto y, lo que es peor, dejó en San Juan una imagen decididamente deslucida.
Llamó la atención la actitud de Estudiantes. Lento en sus movimientos, distante del arco y con una tenencia de la pelota más vistosa que efectiva. Aun así, con esa modalidad estuvo a punto de llegar al gol. Fue dos veces, primero con un desborde de Duván Zapata por la izquierda y luego, la más clara del partido (inclusive por encima de los goles), en los pies y cabeza de Román Martínez. El ex Tigre llegó por el primer palo, solo, y probó de cabeza y con su pierna derecha. Primero pegó en un palo y luego la tiró afuera. Fue una doble jugada que dejó mudo a todo el público sanjuanino y que aproximó a la visita a un lugar que no estuvo en toda la tarde.
En ese momento, cuando la tribuna local le reclamaba mayor concentración a los suyos, llegó el gol de Jorge Luna. El volante ingresó por el centro y, ante la salida de Germán Ré y Desábato, probó al arco. Parecía una pelota sencilla para Gerónimo Rulli, hasta ayer la figura de Estudiantes. Pero el pibe, que tantas veces se había puesto el traje de héroe, ayer encontró uno y no le quedó bien: el de villano. La pelota se le escurrió por debajo del cuerpo y el 1-0 cambió el partido.
Uno x unoEl equipo albirrojo no estuvo más a la altura. Se despidió del juego aun a falta de una hora para el final. Desaparecieron Román Martínez y Leandro Benítez. Los extremos jugaron en cámara lenta y así todo se derrumbó. No hubo manera de torcer la historia y, al pie de la cordillera de los Andes, Estudiantes se fue muriendo lentamente.
En el complemento Pellegrino mandó al campo a Gastón Fernández. Sacó a su mejor jugador, Gastón Gil Romero y la Gata (¿es el mismo jugador de antes?) dejó todavía más en evidencia que no está en condiciones de jugar. Mal anímicamente y con problemas futbolísticos. Fue una sombra en medio de un equipo que ya estaba totalmente apagado.
Solo una vez tuvo la chance de empatar. Fue a los 32, cuando Jonathan Schunke ganó en un salto en el medio del área para hacerles tapar los ojos a los hinchas del Verde.
Tras cartón, el mismo Schunke calculó mal y Sebastián Penco, el hombre de los goles importantes facturó el 2-0 con un potente remate cruzado al segundo palo de Rulli, que nada pudo hacer.
Así se fue el partido, con el “ole, ole” de los hinchas locales para un equipo que sumó un nuevo triunfo para sentirse muy cerca de seguir en Primera. Sin ser fantástico ni lujoso, inclusive sin esforzarse demasiado, logró el cuarto triunfo consecutivo para dejar, después de mucho tiempo, la zona de descenso.
Estudiantes emprendió el regreso con bronca, pero con más preocupación. ¿Qué pasó con este equipo que había hecho un culto de la prolijidad? Ayer no fue ordenado y fue muy light para afrontar una parada por demás complicada. Tendrá que aguantar el triunfo ante Lanús y dejar una mejor imagen ante Belgrano. De lo contrario, el sabor agridulce quedará todo el receso.

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