El triunfo le permitió llegar a los 26 puntos para poder cerrar un torneo digno. Si hasta tiene chances... Pero su fútbol no contagia
PATRICIO RODRIGUEZ AMAGO,
SE HIZO UN HUECO Y CONSIGUIO SACAR EL CENTRO.
ESTUDIANTES DERROTO 1-0 A COLON
Analisis Por Martín Cabrera
Si
en el fútbol lo único que sirve es ganar, Estudiantes tiene motivos
para celebrar: a falta de dos fechas llegó a los 26 puntos, está cerca
de cumplir su objetivo de superar las 28 unidades, suma 15 partidos sin
perder como local, tiene la valla menos vencida del torneo y, de yapa,
quedó a cinco puntos del líder San Lorenzo, al que visitará la próxima
fecha en el Nueva Gasómetro. No está tan mal si se lo compara con el
torneo del semestre pasado.
Pero su fútbol no convence ni
contagia. Débil en ofensiva, impreciso en los pases, desbordado en el
medio y hasta con algunos (pocos) desacoples en defensa, una línea que
mejoró mucho en el último tramo del torneo, es cierto. Ayer el equipo
jugó un partido para el olvido, de los peores en mucho tiempo. Y de esa
manera sigue generando un manto de dudas con respecto al rumbo de un
plantel con jugadores como para aspirar a más.
¿Por qué juega
mal? Ayer claramente porque no fue preciso en el traslado. Si hasta
Verón, de los mejores en ese aspecto, dilapidó no menos de diez pelotas.
Partiendo de ahí, un equipo que basa todo en la tenencia, si está
impreciso no funciona.
En otros partidos, algunos de ellos con
derrota final, Estudiantes manejó mejor la pelota, pero chocó contra sus
otras carencias que no logra mejorar: la sorpresa y la definición.
Ayer,
Guido Carrillo volvió a mostrar que el esquema le está haciendo daño.
Pide a gritos una modificación, una ayuda, algo... El equipo nunca logró
disimular la salida de Duván Zapata. Peor que eso, involucionó
claramente, con Carrillo, Jara o quien jugase.
Para colmo, contra
Colón, al técnico se le mancaron dos conejitos que en otros partido
sacaron de la galera algunas soluciones. Por las bandas, Carlos Auzqui y
Patito Rodríguez no marcaron ni desbordaron. Tampoco aportaron los
pibes Rosales y Auzqui. Los pibes...
“Si no entendés el juego no
tenés proyección. Hay que poner el cerebro en remojo, charlar y
trabjar”, dijo Verón tras el triunfo. Teléfono para los juveniles.
Más
allá de eso no hubo un jugador que no reconociera el mal rendimiento.
También el técnico, que con su estilo parco y sereno dijo que habían
fallado en la precisión.
Estudiantes no juega bien. Pocos
partidos lo hizo. Aunque ningún rival lo superó, tampoco superó
claramente a ninguno de los que venció. Está en la mitad, ni desastre ni
fenómeno, ni frío ni caliente, ni grande ni chico, ni chicha ni
limonada. Y eso preocupa.
Pero ayer ganó. El gol lo consiguió con
una fórmula que parecía estar archivada: centro y gol del Chavo
Desábato. Con eso, de la mano de dos experimentados, y algo de la suerte
que le fue esquiva en otros partidos (Olimpo, Belgrano...), se llevó
los tres puntos. Fundamental para escaparle a la zona roja y soñar con
cerrar el torneo dignamente. Pero que no parece alcanzar para que el
balance de fin de año sea del todo positivo. Porque, por ahora, está
mejor en la tabla que en el rendimiento.
Casi ocho meses
El actual DT asumió el 5 de abril cuando el equipo estaba muy complicado. Para este torneo trajo refuerzos de jerarquía, pero no funcionaron, del mismo modo que los juveniles
El actual DT asumió el 5 de abril cuando el equipo estaba muy complicado. Para este torneo trajo refuerzos de jerarquía, pero no funcionaron, del mismo modo que los juveniles
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