Otra vez la falta de jerarquía castigó al Pincha, que cayó 2-1 en un partido que mereció ganar
LAS CARAS DE LOS JUGADORES DE ESTUDIANTES LO DICEN TODO.
EL PINCHA PERDIO CON GODOY CRUZ EN MENDOZA
COMENTARIO
Por MARTIN CABRERA
Por MARTIN CABRERA
MENDOZA (Enviados especiales).-
Resulta difícil explicar el partido que ayer perdió Estudiantes contra
Godoy Cruz. Difícil porque hizo todos los méritos como para llevarse
otro resultado para La Plata. Claro, también hizo todos los méritos para
ser castigado con otra derrota.
El Pincha fue un equipo prolijo,
con bastante tenencia de pelota y, aunque equivocadamente lateral, con
las riendas del partido en sus manos. En ese contexto generó una decena
de situaciones de gol, que fue desperdiciando una tras otra para
convertir al arquero rival en figura. Ya lo fue Pablo Migliore hace un
mes atrás, luego pasó lo mismo con Mauricio Caranta la semana pasada y
ayer Jorge Carranza, que se fue haciendo gigante ante la inoperancia de
un equipo que ya no puede disimular lo que le cuesta hacer un gol.
Comenzó
en desventaja culpa de un penal que sólo vieron Fernando Echenique y
los hinchas locales. Supuesta mano intencional de Pablo Rosales ante un
avance de Ramis, que el experimentado Jorge Curbelo transformó en gol.
Tantas dudas dejó esa sanción que a continuación el propio Echenique
favoreció en todas las dudosas al equipo que, presumía, había
perjudicado.
A partir de ahí todo fue de Estudiantes. Patricio
Rodríguez, arrancando desde atrás por la izquierda, realizó dos o tres
apiladas que pudieron culminar en gol. También lo tuvo Guido Carrillo,
luego de un error de San Román que salvó el arquero. Pudo hacerlo
Leandro Desábato de cabeza, o Román Martínez con algunos remates desde
afuera. Pero no pudo ninguno de ellos. Y otra vez la falta de fineza en
la puntada final fue determinante.
Aun
así, de tanto ir y de tantas ventajas que dio el Tomba en la última
línea, Santiago Vergini se encontró con una pelota boyando en el punto
del penal, luego de una sucesión de tiros de esquina. De volea, con un
derechazo, la puso arriba y gol, merecido empate para un equipo al que
le quedaban 20 minutos para soñar con algo más que un empate.
Y
pudo ser triunfo. Si bien Godoy Cruz reaccionó un poco, empujado por su
gente, nunca dio la sensación de ser el equipo sólido de las primeras
fechas. Por eso la sorpresa fue mayor cuando a los 39 minutos, con gran
parte de su equipo en el área, el arquero Carranza generó una contra con
el lateral Leandro Grimi, que llevó la pelota de arco a arco. Y cuando
pisaba el vértice derecho del área de Rulli, ensayó un remate que
sorprendió al arquerito, que estaba dos pasos adelante, para el gol de
Godoy Cruz.
Nueva derrota, la tercera en el torneo, que no puede
compararse con aquella fatídica noche en La Paternal, pero que deja bien
en claro que este plantel todavía no está a la altura de pelear el
torneo más allá que ayer, de haber ganado, habría quedado a sólo tres
puntos del líder Newell’s.
Borrón y cuenta nueva. El objetivo de
sumar 28 puntos es cada vez más palpable. Ni fenómeno ni desastre, un
equipo en formación, verde, inocente y con limitaciones. Uno de los
tantos que navegan por el fútbol argentino.
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