jueves, 20 de febrero de 2014

Con Fútbol y corazón sacó adelante un partido caliente

Con fútbol y corazón  

Estudiantes, con el cuchillo entre los dientes, derrotó 2-1 a Lanús para ser el único puntero del torneo Final. Carrillo, los dos goles 

TODO EL FESTEJO, EUFORICO, DE LOS JUGADORES DE ESTUDIANTES LUEGO DE LA SEGUNDA CONQUISTA DE GUIDO CARRILLO, EL GOLEADOR
TODO EL FESTEJO, EUFORICO, 
DE LOS JUGADORES DE ESTUDIANTES 
LUEGO DE LA SEGUNDA CONQUISTA 
DE GUIDO CARRILLO, EL GOLEADOR
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Comentario Por Martín Cabrera
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No quedan dudas que este Estudiantes no se parece demasiado al Estudiantes del año pasado. Por si quedaban dudas, el partido de ayer terminó de consolidar ese pensamiento, con el triunfo 2-1 sobre Lanús, con diez jugadores y contra un rival de jerarquía, que le permitió seguir siendo el único líder el campeonato jugadas tres jornadas.

Mientras estuvieron 11 contra 11, el Pincha fue superior a Lanús. Muy superior. Los primeros 25 minutos mostraron a un equipo enchufado, con Verón como estratega y con un Leonardo Jara intratable por la derecha. Así llegó el gol, una jugada colectiva de primer nivel, que la comenzó Joaquín Correa y tuvo a la Brujita como un actor protagónico, ya que con un pase de primera habilitó al mencionado Jara para que, centro mediante, dejara a Guido Carrillo en posición de gol. El delantero, con destreza, utilizó la pierna que tenía apoyada en el piso para superar a Marchesín y colocar el 1-0.
No se conformó Estudiantes. Siguió muy preciso con la pelota y con enorme entrega para generar peligro en el área rival. Avisó con Pablo Rosales y complicó por arriba. Pero...
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No estaba en los planes de nadie la actitud de Jonatan Silva, que en diez minutos derrumbó un partido que estaba encaminado. Primero pateó lejos una pelota por protestar un fallo. Y luego le hizo una infracción a Araujo. Dos amarillas en el fútbol es letal. Y mucho más para un equipo que va ganando como local.

De repente, como una noche de cristal que se hace añicos, Estudiantes pasó de dominador a dominado. Pierna fuerte de un lado y otro. Tensión. Y un árbitro, Jorge Baliño, que no supo cómo manejar el mal comportamiento interno. Pero la gota que rebalsó el vaso fue el empate Granate, después de que Gerónimo Rulli evitara dos goles seguros. Fue Santiago Silva, desde afuera del área, quien pudo vulnerar al arquero. El problema, el que desató la bronca, fue que llegó a los 50 minutos, cuando el árbitro había adicionado cuatro.
Más polémica y final incierto. A Estudiantes, con un jugador menos, parecía que se le iba a complicar el partido. Pero no fue así. Germán Ré a la izquierda, Rosales de volante otra vez y Leo Jara de todo terreno. Lejos de achicarse, se animó, lo fue a buscar y con un insólito penal de Víctor Ayala se encontró con un penal que le cambió la cara otra vez. Carrillo, fuerte, le pegó a una pelota que ardía. Gol. Otra vez arriba en el marcador con 25 minutos por delante.
No fue que Lanús lo arrollara, pero Estudiantes se fue metiendo atrás lentamente y apostó por contras que llegaron poco. Por eso la angustia y el grito de la gente desde afuera para empujar.
Román Martínez reemplazó a Carrillo, sorpresivo, y Damonte a Verón. Y entonces los últimos diez minutos se jugaron en su campo. Schunke y Desábato ganaron siempre. Rulli tuvo otra actuación destacada. Y Leo Jara, tantas veces criticado, se robó la noche, una noche de fútbol y garra, de pierna fuerte y pasión, casi de Copa Libertadores. Pero fue de torneo local y el triunfo, hablando de copas, dejó a Estudiantes puntero y encaminado para meterse a la Sudamericana.

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