Estudiantes le ganó a All Boys de visitante 1-0. No tuvo el brillo de la semana pasada, pero sí orden, oportunismo y concentración
TODO EL BANCO DE SUPLENTES
ABRAZANDO A GUIDO CARRILLO,
AUTOR DEL GOL DEL TRIUNFO
DE ESTUDIANTES SOBRE ALL BOYS
Comentario Por Martín Cabrera
El
partido de ayer, probablemente, el año pasado lo perdía... Esta frase,
fría y distante a simple vista, debería ser el mejor elogio para
Estudiantes, que ayer le ganó un encuentro determinante a All Boys por
1-0, con un gol de Guido Carrillo en el segundo tiempo, para seguir
sumando y, por sobre todas las cosas, para ratificar una evolución en el
rendimiento colectivo.
El Pincha no brilló. No tuvo ni la mitad
de las situaciones de gol del partido contra Arsenal. Es más, le costó
llegar hasta el arco de Nicolás Cambiasso. Pero fue inteligente, nunca
se desarmó, raspó cuando tuvo que hacerlo, jugó las pocas veces que pudo
y la metió en una de las pocas claras de la tarde.
La postal del
partido fue clara: Estudiantes está dejando de ser aquel equipo
inocente que perdía partidos por error, o que se quedaba con las manos
vacías por no saber patear al arco. Lejos está de ser un equipo formado,
pero al menos en los primeros dos partidos del año dejó en claro que
juega a otra cosa.
En el primer tiempo tuvo la iniciativa y
algunas chances como para destrabar el cerrojo Albo. Verón, que no
estuvo muy fino en los pases, fue salida siempre. Apostó por el sector
derecho donde intentó formar sociedad con Leonardo Jara, Carlos Auzqui y
el otro Jara. Sólo una vez los del mismo apellido la tocaron para que
el lateral, desde afuera, rematara fuerte y cerca del palo de Cambiasso.
Pero la más clara llegó con una subida de Joaquín Correa, quien
por la izquierda trianguló con Carrillo para rematar muy fuerte a las
manos del arquero.
Eso sí, tuvo varias pelotas parada a su favor que no supo resolverlas. La Brujita no fue el de siempre y el equipo lo sufrió.
En
la parte final el partido se planteó todavía más áspero. El Pincha con
la iniciativa y All Boys agazapado esperando un error para facturar. Era
el típico partido del que hacía el gol ganaba. Y lo hizo el equipo de
camiseta roja y blanca.
La conquista no llegó ni por un pase de
Verón, ni por una apilada de Correa. Tampoco por una subida de los
laterales. El gol llegó por un lateral de Ernesto Goñi, al área, para
que entre Desábato y Schunke desafiaran a Cambiasso, y para que Guido
Carrillo, en el lugar indicado, definiera cruzado como indica al manual.
Lo que parecía encaminarse para una victoria segura se detuvo en
la estación sufrimiento. Carlos Auzqui, increíble, cometió una falta
sin sentido en ataque y recibió la segunda amarilla. A partir de ahí, a
falta de 20 minutos, el partido cambió.
All Boys, con más ganas
que otra cosa, complicó con centros cruzados, que obligaron a los
centrales, pero principalmente a Gerónimo Rulli, a esforzarse para
mantener el cero.
Así se terminó el partido, un partido de
graduación. Los chicos van madurando y eso quedó claro. Pero también fue
madurando, o mejor dicho entendiendo lo que es nuestro fútbol, Mauricio
Pellegrino, que acertó con el planteo táctico y con los cambios. Ganó
el Pincha, no fue una maravilla, pero dio otro paso hacia adelante. Y es
uno de los punteros...
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