Estudiantes, como en el clásico, aguantaba el partido. Pero anoche no tuvo final feliz: Vélez le empató en el final. Fue 1-1 con gusto agridulce
Video del gol
La palabra de Rulli
COMENTARIO
Por MARTIN CABRERA
Por MARTIN CABRERA

En
la previa del partido el empate cotizaba en alza. Lo firmaban los
hinchas y lo miraban con expectativa los jugadores. No estaba mal
después de ganar el clásico, como visitante y contra un equipo como
Vélez que pinta para animador. Pero el 1-1 final dejó gusto agridulce,
como esas películas que prometen más de lo que concretan. Porque
Estudiantes se estaba llevando un triunfo enorme, para alcanzar a Colón
en la punta, hasta que a los 43 minutos del segundo tiempo Jorge Correa,
con un zapatazo frontal (la única manera de penetrar la muralla
albirroja), estableció el empate.
Seguro que con el correr de los
días la igualdad será respetada. Cuando bajen los decibeles, el plantel
valorará mucho el punto que se trajo de Liniers, que lo deja a sólo dos
puntos de Colón, que le permite estirar a cinco los partidos sin
derrotas y que, contra todos los pronósticos, lo deja como el equipo con
mejor rendimiento jugando fuera de casa: 8 puntos en cinco partidos,
uno más que el Sabalero y Belgrano.
De todos modos la mejor
imagen que se llevó Estudiantes de Liniers fue su sostenido crecimiento.
Tal vez no haya deslumbrado y ni siquiera haya merecido ganar, pero
volvió a mostrarse como un equipo sólido, que sabe lo que quiere, que
maneja los tiempos, que incomoda, ataca y defiende, que se mete atrás y
hace tiempo, que tiene jugadores rápidos y exquisitos... Por ahora sólo
le está costando cerrar los partidos, pero ya le estaríamos pidiendo
mucho a un equipo que, sin dudas, está por encima de la media del fútbol
argentino. No es poco.

Pero
todo cambió en el complemento. Al minuto, en una contra de tres toques,
Estudiantes llegó al gol. Román Martínez escapó por el medio, abrió a
la derecha para Mauricio Rosales que desbordó y mandó un centro al
segundo palo, por donde ingresó Guido Carrillo. Cuarto gol del
delantero, para enmudecer a los velezanos y para empezar a soñar con
otra victoria resonante.
A partir de ahí se vio el mismo partido
que el domingo pasado. Estudiantes se retrasó y le dejó la iniciativa al
local, que tuvo un tiro en el travesaño de Lucas Pratto, un remate
cruzado de Mauro Zárate que Gerónimo Rulli mandó al córner y poco más.
Vélez jugó en campo Pincha y amenazó, aunque recién pudo lastimar a los
43 minutos, cuando Coquito Correa buscó el atajo que ningún otro
compañero había visto: el tiro desde afuera del área. Golazo para
vulnerar a un Rulli cada vez más grande.
Se le podrá criticar a
Pellegrino la falta de audacia para liquidar el partido. Error. El
equipo tuvo un par de contra en los pies de Auzqui y no pudo. Así como
el domingo le salió redondo y celebró el triunfo, anoche se le escapó
sobre el final para dejarle un gusto agridulce. Fue empate, merecido,
para seguir sumando y quedarse agazapado.
www.eldia.com.ar
No hay comentarios:
Publicar un comentario