Estudiantes fue práctico y efectivo como nunca. Por eso le ganó 2-0 a Colón. Y todavía sueña

SE VIENE LA EJECUCION DEL PENAL DE GUIDO CARRILLO,
QUE TERMINARA EN GOL, EL DELANTERO
VOLVIO A MARCAR Y GANO EL PINCHA
COMENTARIO
Por MARTIN CABRERA
Por MARTIN CABRERA

¿Jugó bien
el Pincha? ¿Generó situaciones de riesgo? ¿Se lució? A todas las
respuestas hay que contestarlas con una sola frase: fue práctico y
simple. Y con eso le alcanzó y le sobró.
Estudiantes jugó con los
dientes apretados como lo indicaba la cancha, su rival y la situación
del torneo. No fue una máquina y salvo en los primeros 10 minutos,
cuando tuvo iniciativa y cierto juego continuado, no se lució como en
otros partidos. Extrañó a un jugador con tenencia, y se limitó a buscar
lastimar con las subidas de sus volantes y laterales.
De esa
manera llegó el primer gol. Pelotazo frontal de Schunke, a priori fácil
para Lucas Landa. Pero el defensor se confió, la cancha le jugó una
pésima pasada y la pelota se le escurrió por debajo de su pierna
izquierda. Franco Jara, encendido como una brasa, no le había quitada la
mirada a la jugada y se hizo un pic nic. Llevó el balón unos metros y,
ante la salida de Germán Montoya, lo fusiló. Así, en el segundo tiro al
arco del Pincha en el partido, convirtió el gol. Premio para un luchador
y, a esa altura el mejor jugador del equipo. Y un castigo para un Colón
que a pesar de necesitar ganar de manera urgente, jamás se animó a
tomar el protagonismo. Porque antes ni después hizo sentir el rigor y
tanto protagonistas como hinchas se perdieron en protestas inútiles al
árbitro Silvio Trucco.
El segundo tiempo se vislumbraba
complicado para la defensa Pincha. Pero otra vez fallaron los
pronósticos, y en el peor momento, cuando el local insinuaba tirar toda
la carrocería encima, llegó la grotesca jugada de Germán Alcoba, quien
dentro del área no tuvo mejor idea que aplicarle una trompada a
Desábato. Primero vio la roja, luego protestó la sanción del penal de
Trucco y en los vestuarios se enteró que Guido Carrillo lo había
convertido por gol. Iban apenas 8 minutos y nada hacía indicar que Colón
pudiese dar el vuelta el partido.

A partir de ahí el
Pincha fue amo y señor. Damonte en el medio manejó cada contra, los
centrales Schunke y Desábato se hicieron impasables y creció un montón
Carlos Auzqui por derecha. Por eso tuvo dos o tres chances claras.
Primero le pifió Franco Jara en el punto del penal, luego se lo perdió
el propio Auzqui y más tarde Montoya le sacó un gol al uruguayo Matías
Aguirregaray.
Debió liquidarlo Estudiantes, que tuvo las chances
claras para hacerlo. Pero no pudo y mucho no se lamentó porque Colón
jamás lo puso en aprietos, salvo dos intervenciones de Gerónimo Rulli,
sacándole un tiro libre a Jacobo Mansilla y achicándole el arco a
Gustavo Villarruel.
Ganó Estudiantes y quedó a un solo punto de
Gimnasia (que juega hoy), a falta de dos fechas. Volvió a convertir
después de tres partidos y le sacó un largo invicto al Sabalero, que
desde el año pasado no perdía en su casa. Fue un triunfo memorable, con
otra ropa y con menos lujos, pero que se festejó como los mejores en
este campeonato.
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