ESTUDIANTES 3 - VELEZ 2
Estudiantes le dio vuelta el partido a Vélez de la mano de un estupendo Carrillo y un notable Correa, la gran promesa futbolística de La Plata. Fue 3-2 al equipo del Turu Flores, que ni con la vuelta Pratto pudo levantar el rendimiento.
Si Estudiantes hubiese sido un equipo un poco más regular le
estaría peleando a River la tapa de todos los diarios. El Pincha juega
bien. Muy bien. El problema es que cambia de pe a pa de un fin de semana
a otro. Le hace un partido brillante a Boca y en la fecha siguiente no
cruza la mita de la cancha contra Newell's. Aplasta a Belgrano en el
Ciudad de La Plata y unos días después no le encuentra la vuelta al
clásico con Gimnasia. Este Estudiantes es así: irregular pero con un
potencial notable.
La clave está en la cantera. De ahí salieron
los Carrillo, los Correa, los Gil Romer, los Auzqui. Todos del club.
Todos con un futuro enorme. El mismo futuro que tienen algunos de los
chicos de Vélez, más allá de que no estén pasando un buen momento.
Porque el Turu también tiene material, lo que pasa es que todavía no
logró ensamblarlo. Mire, por ejemplo, el caso de Romero, un 5 de
Selección que parece no encontrar su lugar en el equipo. Pulula en la
cancha, muestra algún destello de su categoría y vuelve a perderse entre
las camisetas azules. Pratto es el único que sabe exactamente a qué
juega. No es casualidad que Vélez no haya podido hacer ni siquiera un
gol mientras él estuvo afuera por lesión.
Pero el fútbol es un
juego colectivo, y en este Vélez Pratto juega solo. Es lógico, entonces,
que a los del Turu le cueste tanto llegar al arco de enfrente. Más aún
cuando el goleador está bien marcado, como en la tarde de este viernes
en Quilmes, donde salvo por la jugada del penal Pratto no hizo pie. Que
Estudiantes domine a gusto y piaccere el encuentro fue una consecuencia
de aquello.
Vélez aguantó hasta donde pudo Sosa. En cuanto entró
la primera (el empate de Carrillo), el muro se derrumbó y Estudiantes lo
aprovechó a través de los pies de Román Martínez y Aguirregaray,
autores del segundo y el tercero del Pincha. El descuento de Cubero no
hizo más que decorar el marcador. En definitiva, en la cancha la
diferencia había quedado clara.
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