ANALISIS. ESTUDIANTES Y SU DESPEDIDA DE LA COPA SUDAMERICANA
Le tocó la peor llave. No deslumbró, pero acompañó la rica historia copera del club. Crédito abierto
DIEGO VERA FUE EL GOLEADOR DE ESTUDIANTES
EN LA COPA SUDAMERICANA,
CON TRES CONQUISTAS EN SEIS PARTIDOS
Por MARTIN CABRERA
La
derrota contra River despidió a Estudiantes de la Copa Sudamericana y
el sueño de volver a triunfar en el ámbito sudamericano apagó la luz.
Aunque el camino se interrumpió en cuartos de final, el paso del equipo
será recordado con simpatía con el correr de los años.
La Copa
Sudamericana fue el torneo de la histórica serie contra Gimnasia. El
equipo se hizo cargo del favoritismo y pasó de ronda, con todo el peso
emocional que eso significó. Con lo justo, pero lo hizo.
En
octavos no la tuvo sencilla. Peñarol, aun siendo mucho menos
futbolísticamente, le complicó la vida. La pasó mal el Pincha, en La
Plata y fundamentalmente en Montevideo. Fue aquí cuando empezó a quedar
en evidencia el mal armado del plantel, con una inexplicable falla en el
arco y una carencia en puestos clave de la defensa. Pero salió
victorioso en una dramática definición por penales.
En cuartos se
le vino la noche. Porque la llave le puso por delante al mejor equipo
argentino y, tal vez, del continente. No hay en Sudamérica un equipo
mejor que River, que lleva 30 partidos sin perder y un entrenador con
una racha envidiable: no pierde un partido desde el 16 de abril de 2012,
cuando como DT de Nacional cayó 1-0 contra Vasco Da Gama.
Así
como en 2008 se topó con la mejor versión del Inter de Porto Alegre y en
2009 le tocó jugar la final del mundo ante el mejor Barcelona de la
historia, en la Sudamericana tuvo que bajar a un River en racha, astuto y
ganador. Lo tuvo contra las cuerdas para sorpresa del país futbolero.
Con audacia y fútbol le ganaba en el Monumental. Pero la falta de
picardía, suerte y jerarquía lo sacaron de un escenario que tenía
reservado su lugar para otro equipo.
Este equipo de Mauricio
Pellegrino había apostado todas sus fichas a esta copa, aun sabiendo que
de las tres competencias era la más complicada. Tal vez ese sea hoy el
error para reprocharle al cuerpo técnico y jugadores. Dado el rumbo de
la Copa Argentina y los rivales que clasificaron, no quedan dudas que
debió ser el camino por escogido cuando se bifurcó la ruta. Por eso la
eliminación del jueves dolió un poco más que lo normal. Lo dejó con las
manos vacías con un mes por delante.
Para el futuro, siempre lo
más importante, Estudiantes tiene motivos suficientes como para
celebrar. Este año, como le viene ocurriendo en los últimamente lo
volvió a salvar su cantera. Un par de años atrás fue Duván Zapata el
juvenil importado que explotó y se fue rápidamente por 10 millones de
dólares. Al año siguiente maduraron Gerónimo Rulli, Jonathan Silva,
Gastón Gil Romero y Leonardo Jara. En este torneo el emblema fue, por
escándalo, Guido Carrillo, figura, capitán y goleador. También aportó lo
suyo Joaquín Correa.
Este es el mejor legado del semestre
además de los triunfos conseguidos. Para levantar la copa en el
Mineirao, aquel plantel tuvo que sufrir las eliminaciones en 2006 y
2008. Lo del jueves pudo haber sido el principio de otro ciclo exitoso.
Sólo el tiempo lo confirmará.
www.eldia.com.ar
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