sábado, 28 de marzo de 2015

A los refuerzos les cuesta mucho

UN PROBLEMA SIN SOLUCION. EN LOS ÚLTIMOS AÑOS POCOS JUGADORES “FORÁNEOS” PUDIERON ASENTARSE EN ESTUDIANTES

Las incorporaciones, otra vez, no pueden aportar ayuda a los problemas del equipo. Errores compartidos


No parece ser Estudiantes un club sencillo para los refuerzos. Al menos así lo marca la realidad: en los últimos años muy pocos lograron consolidarse y ninguno fue un negocio desde lo económico.
Desde el domingo pasado se habla de Luciano Acosta y sus pocos minutos dentro del equipo. El enganche que llegó de Boca a préstamo por un año no jugó muchos partidos como titular pero tuvo un par de ingresos que despertaron expectativa en los hinchas. Carlos Compagnucci, ayudante de campo de Pellegrino, dijo que al chico “le está costando adaptarse”. Claro, Acosta es enganche y el equipo no juega con enganche y entonces la pregunta obvia: ¿Para qué lo trajeron? ¿Lo pidió el técnico?
Algo parecido ocurre con Juan Sánchez Miño , un jugador talentoso e ideal para pararse al lado de un número 5 de marca. Pero para esa función ya estaban Román Martínez y Leonardo Gil... Como al equipo le estaba faltando un carrilero por la izquierda y allí lo tiraron.
Para colmo, dos refuerzos que tuvieron el visto bueno del técnico son Sebastián Domínguez y Alvaro Pereira . Uno se lesionó a las dos semanas y el otro se tuvo que marchar para jugar un amistoso con su selección.
Atrás en el tiempo hay una docena de jugadores que llegaron y se fueron sin aportar nada. Dos casos emblemáticos fueron los ex Colón Gabriel Graciani y Sebastián Prediger . En ambos casos hubo errores compartidos entre Pellegrino y la dirigencia.
Lo mismo pasó antes con Patricio Rodríguez , que llegó a préstamo por un año y nunca fue titular indiscutido. Ni mediapunta ni carrilero por la izquierda. Confirmó en Argentina su mal presente en Brasil. ¿Quién asesoró su llegada?
Un caso similar al de Acosta fue Jorge Luna , un jugador que trajo la dirigencia pasada sin consultar al DT. Semilla, un enganche de los de antes, hizo más banco que fútbol y se marchó por la puerta de atrás rumbo a Chile.
Palote Olivera y Franco Jara llegaron para ser titulares. El uruguayo se fue a los seis meses y el otro estuvo cuatro meses lesionado y cuando se recuperó regresó a Benfica.
El caso de Ernesto Goñi puede enmarcarse en este artículo. Lo contrataron para ser el número 3 pero nunca convenció y para colmo Jonathan Silva le ganó el puesto. Se fue tras un año y medio.
Otro “3” que no arranca es Rafael Delgado , flamante refuerzo que está pagando su inactividad y problemas físicos. A tal punto que se va el titular y el técnico tiene que improvisar en ese puesto a Mauricio Rosales.
A LOS JUGADORES QUE LES FUE BIEN
Si bien la gran mayoría de las incorporaciones del último tiempo pasaron con más pena que gloria por el Club, es cierto que algunos pudieron cruzar esa barrera del éxito.
Por ejemplo un caso visible es el de Ezequiel Cerutti , quien tuvo que adaptarse en los primeros seis meses pero ahora parece estar en un gran momento. Es verdad que para llegar a este nivel tuvo que jugar de volante y ser suplente de Diego Vera , otro acierto más allá de éstos 50 días sin jugar.
Viruta fue el único jugador que llegó, entendió el mensaje y la rompió sin adaptación mediante. Porque hasta Israel Damonte tuvo que remarla, con varios partidos en el banco y con dos mercados de pases en los cuales se habló de otros volantes central.
Y por último uno que rindió a pesar de los comentarios previos fue Hilario Navarro , que llegó sobre la chicharra (y con problemas físicos) hace ocho meses y hoy es el dueño del arco de Estudiantes.
 
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