Pagó muy caro sus errores y el Taladro lo llenó de dudas
El rival le arrebató en 2’ los tres puntos que ya tenía en el bolsillo
Por ANIBAL GUIDI
COMENTARIO
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Fue una derrota impropia
de Estudiantes. Que Banfield le haya dado vuelta ayer el partido en los
instantes postreros marca que el equipo se olvidó de todos aquellos
preceptos que parecían ya una marca registrada. Pero para que el
Taladro, para sorpresa de propios y extraños, transformara un 0-1 en un
2-1 en algo así de dos minutos, convergieron en el Estadio Ciudad de La
Plata una serie de circunstancias. Estudiantes no solamente padeció que
la tozuda actitud ofensiva del Taladro sino que, además, no pudo
soslayar la clara merma física que arrastran muchos de sus jugadores
(factura que le está pasando la doble competencia), falencias
individuales y colectivas muy marcadas y yerros garrafales en lo que
hace a las variantes tácticas que fue manejando su entrenador a lo largo
del partido. Leandro Desábato, con un cabezazo (el Nº 18 que marca por
esa vía en primera división), había puesto en ventaja a Estudiantes en
el final del primer tiempo, y Lucas Viatri y Juan Cazares, ya sobre el
cierre del partido, marcaron los dos tantos de Banfield y le dieron un
cambio rotundo al partido.
Estudiantes (10) lleva ahora tres partidos sin
halagos, con dos derrotas al hilo como local, mientras que Banfield (10)
sumó su segundo éxito consecutivo, mientras que como visitante se
impuso en dos de las tres últimas salidas.
Ni aún en aquellos momentos en que pareció estar
mejor parado y predispuesto, Estudiantes pudo hacer diferencia clara en
el juego sobre Banfield, a despecho que en los primeros 15’ de juego la
visita le otorgó ventajas defensivas notorias, con desacoples notorios,
que el local no pudo explotar a fondo. Lo suyo fue más efectista que
efectivo, con la salvedad que cuando ya se iba el primer tiempo, tras un
córner que ejecutó Cerutti desde la derecha, Desábato fusiló con un cabezazo a Bologna , colocando la pelota en el ángulo superior derecho.
El 4-4-2 de Estudiantes parecía que podía desbordar el 4-3-3 de Banfield, ya que el equipo de Almeyda asomaba tan errático como impreciso, por momentos hasta que desequilibrado, pero aún así tuvo un remate de Bértolo que pegó en el palo derecho de Navarro , que luego tuvo que revolcarse para atrapar un tiro largo de Noir y otro desde más cerca de Bértolo.
El conjunto de Pellegrino dio
esperanzas solamente en el primer cuarto de hora, comenzó a enredarse en
el segundo tiempo y perdió los papeles por completo en el tramo final
en el que se vio absolutamente desbordado por un Banfield dinámico, con
el acierto que tuvo su técnico de apostar a jugadores ofensivos y
rearmar sus líneas ( Domingo fue a la derecha para volantear y Erviti
se paró como volante central, y se paró de cara al arco rival y
desbordó por los costados y tuvo presencia por el medio, haciendo
también un aprovechamiento de la más absoluta flacidez defensiva
pincharrata. También la visita tomó nota del cansancio de los jugadores
albirrojos ( Desábato, Auzqui, Aguirregaray, Carrillo , éste entró y se lesionó) que le quitó reflejos y reacción. Pellegrino
hizo una mala lectura de la situación y los cambios que ensayó
apuntaron más a lo ofensivo que a apuntalar la contención ya que el
rival se le venía casi sin solución de continuidad. Está claro que el
banco no le daba muchas alternativas, pero lo cierto es que hubiera
resultado más beneficioso agregar velocidad en lugar de potencia.
Claro que en ese final nadie contaba que Pereira no cerrara mejor en esa pelota que le cayó a Cuero por derecha, quien metió el centro al área para que Viatri , con tiro corto, pusiera el 1-1. Enseguida Bértolo construyó una gran maniobra por izquierda, fallaron Auzqui y Aguirregaray y Cazares entró libre por ese costado para cruzar un tiro al palo derecho, imposible para Navarro .
Dos goles en poco más de un minuto, y en el final
de un partido que estaba ganando en los papeles, está claro que con
dificultades. Pero que le hagan dos goles así resulta algo impropio de
Estudiantes.
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