martes, 24 de marzo de 2015

La Copa, el gran sostén para un ciclo que no consigue enamorar

CASI DOS AÑOS. MAURICIO PELLEGRINO TODAVÍA DEBE UN SALTO DE CALIDAD

Estudiantes tiene un agujero negro en el medio. Nadie se hace dueño de la pelota. Sin tenencia, se equivoca y corre detrás del rival. El ingreso de Acosta, a segundos del final, provocó la ira y el rechazo a una manera de realizar los cambios


Ezequiel Cerutti parece ser el jugador más picante del equipo. Pero solo no puede, necesita que lo hagan jugar
Ezequiel Cerutti parece ser el jugador más picante del equipo. 
Pero solo no puede, necesita que lo hagan jugar

Por MARTIN MENDINUETA
OPINION

A mediados del próximo mes, Mauricio Pellegrino cumplirá dos años ininterrumpidos como director técnico de Estudiantes. No es poco. Al contrario, por la locura imperante en nuestro fútbol, concebida a partir de un altísimo nivel de intolerancia a los resultados adversos, este es un ciclo de trabajo que roza lo ejemplar.
Sin dudas, sus modos (educados, pulcros e irreprochables en el ejercicio cotidiano de la función para la que fue contratado) y una estadística global que juega claramente a su favor (dirigió 91 partidos, sumando copa internacionales y torneo local; de los cuales ganó 39, empató 29 y perdió 23) vienen sosteniendo una etapa que todavía no ha podido cautivar, mayoritariamente, el corazón de los hinchas. Hoy la Copa Libertadores de América no sólo es la obsesión popular que mantiene viva la ilusión, sino también el gran sostén de este cuerpo técnico en permanente observación.
Con el equipo bien perfilado para avanzar a los octavos de final de la competencia más prestigiosa a nivel continental, son muchos los que protestan por algunas carencias muy marcadas. El juego no convence y la propuesta asoma inconsistente; aunque todo sigue su curso normal porque “hay vida” en la agenda de mitad de semana.
La falta de elaboración, los alarmantes signos de su precaria tenencia de pelota en la zona media, algunas fallas en el modo de defender y la tan particular manera que tiene el entrenador de realizar los cambios, son temario permanente de los más encendidos debates. Cierta falta de ambición en determinados momentos, ingenuidad en otros así como también rasgos de una personalidad colectiva gelatinosa, a la que le falta un “golpe de horno”, constituyen aspectos esenciales donde el máximo conductor debe bajar una línea definida acorde a su convicción. Que las prestaciones de Estudiantes se vuelvan impredecibles, en cuanto a la consistencia de su juego, es un tema que involucra directamente al hombre que arma el equipo, elige la táctica, dispone la estrategia y, ya con el partido en pleno desarrollo, decide cuándo y cuáles serán las modificaciones.
La falta de tenencia es alarmante. Hoy, Cerutti es una especie de superhéroe del que se espera que aporte todas las soluciones
Las cosas por su nombre. Mauricio Pellegrino es un Señor, genuino caballero que goza del respeto unánime en cada rincón del universo “Pincha”. Todo eso es tan cierto como que no consigue enamorar. A sus buenas intenciones les falta plasmar un salto de calidad contundente. Ahora maneja un plantel muy bueno y, sin embargo, fracasa en la tarea de quitarle de encima el virus de la irregularidad. Los vibrantes choques ante River en la Sudamericana 2014 significaron uno de los puntos más altos de su gestión. Quedó eliminado, es verdad, pero dejando una imagen saludable y ambiciosa que ahora no puede imponer.
JUGO A NADA
El “Chavo” Desábato no exageró cuando vomitó textualmente que “en el segundo tiempo no jugamos a nada”. Banfield resultó un justo ganador porque sí jugó a algo; al ataque. Arremetió con decisión hacia el arco de Hilario Navarro y hasta podría haber llegado al gol bastante antes. Ejecutó acertadamente un plan y obtuvo recompensa. Estudiantes, en cambio, corrió detrás de los rivales que trasladaban o tocaban la pelota. Una vez más, nadie se hizo dueño ni patrón de la mitad de la cancha. Juan Manuel Sánchez Miño, un poco por la posición en la que se lo ubica, y otro tanto por su estilo indulgente, volvió a ser de los más flojos.
La falta de tenencia es alarmante. Hoy, el “Pocho” Cerutti es una especie de superhéroe del que se espera que aporte todas las soluciones. Hace mucho. Corre, encara, gambetea, desequilibra, pero Superman está claro que no es.
LLEGA UNA PRUEBA CLAVE: ATL. NACIONAL
El próximo 9 de abril, cuando el “Pincha” reciba a Atlético Nacional de Medellín, será una jornada decisiva. Ese jueves el cuerpo técnico estará mucho más cerca de cumplir los dos años de trabajo en el club y pondrá en juego buena parte de su continuidad. Si el equipo gana, la actual etapa de trabajo continuará disfrutando de un desahogo fundamental. En caso de no lograr el pase a la próxima ronda (recordemos que también deberá ir a Guayaquil para visitar a Barcelona), el curso de la historia será una incógnita.
Este ciclo necesita más y mejores impactos positivos amparados en un funcionamiento que crezca. Justamente por eso es que Pellegrino no consigue, por ahora, más adeptos en las tribunas. Hay momentos en que al equipo lo atrapa la tibieza. Y al conductor le ocurre lo mismo en la relación con los hinchas. Se queda ahí, a mitad de camino. A veces avanza dos casilleros; y en otras, retrocede tres.

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