Goles por distintos caminos
Muchos dicen que ayer Estudiantes volvió a ser Estudiantes sobre todo por lo que mostró dentro del campo de juego a la hora de cómo encarar el partido, meter y morder más que jugar. Sin embargo en los dos goles queda de manifiesto un equipo reformulado.
Gabriel Milito reconoció en conferencia
de prensa tras la victoria que ante River había que dejar de lado el
cuidado exhaustivo de la pelota y el juego por abajo, había que ser
vertical y agresivo. Así llegó a los goles pero por caminos distintos.
El del empate es made in Milito. Una linda triangulación en tres
cuartos de cancha entre David Barbona y Gastón Fernández a toque corto
que terminó en los pies de Ezequiel Cerutti. El Pocho dominó la pelota y
sacó un sablazo de zurda imposible de detener para el bueno de
Barovero.
El gol de la victoria fue el de viejos tiempos y batallas. Pelota
parada pegada a un lateral y con todos los lungos en el área moviéndose
para desmarcarse y aprovechar algún hueco que se genere producto del
forcejeo.
Quien se desprendió de la marca fue Sebastián Domínguez que impactó
de primera la pelota saliendo del área grande luego de que rozara en
Israel Damonte y a contrapierna venció la resistencia de Barovero.
Milito reformuló su idea y quizás se vio la mejor versión del equipo
desde que es entrenador. En los goles queda reflejado que los dos
caminos pueden conducir al triunfo.
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