ESTUDIANTES. UN EQUIPO QUE SUPO REESTRUCTUARSE PARA CAMINAR FIRME
Los cambios que introdujo Gabriel Milito para enderezar a un equipo que realmente jugaba muy mal

Estudiantes empezó a tener identidad propia. Acierto del técnico en cambiar o hacerles entender a sus jugadores
Estudiantes no es el
mismo de hace dos meses atrás. El equipo ya no se muestra timorato ni
suma puntos por la flaqueza de su rival. Estudiantes, quedó demostrado
el domingo contra River, empezó a mostrar los síntomas de mejoría que
tanto le estaba reclamando el hincha a Gabriel Milito.
El Pincha jugó un muy buen segundo tiempo contra
Lanús hace diez días. Después de unos flojos primeros 45 minutos
entendió que lo mejor era apostar por la contra, pases largos y
profundos y dejar de pasarse la pelota el arquero y los defensores. Esto
generó un quiebre.
Contra River directamente dio un par de pasos para
adelante. Jugó con intensidad los 93 minutos. No aflojó nunca y dio la
impresión, por primera vez, que los jugadores estaban convencidos del
plan a desarrollar. Mucho más valorable que haya tenido que remontar un
0-1 contra el mejor equipo del país.
Líneas más cercanas, menos tenencia y mayor
explosión, apuesta por la segunda pelota, efectivo juego asociado,
concentración, sacrificio y demás virtudes que tocaron el corazón del
hincha. Desde el domingo algo cambió, más allá que los resultados puedan
dejar de acompañar en un futuro cercano.
A continuación, cinco claves para entender este repunte del equipo de Gabriel Milito en comparación con sus inicios.
1.- El esquema
. Estudiantes ya no juega con un solo volante central parado delante de
la línea de defensores. Ahora Israel Damonte tiene la compañía de
Gastón Gil Romero y con marca y tenencia el equipo parece haber
conseguido el equilibrio.
Entre los dos pueden repartirse marca y presión. Y
también rotar. El domingo, por ejemplo, en el peor momento Pincha en el
partido, Milito les pidió que cambiasen. Y Gil Romero, que estaba como
volante centro derecho pasó al otro costado. Y viceversa. Ese cambio le
dio rédito, a tal punto que con el resultado 1-1 tuvo un mano a mano con
Marcelo Barovero que Jonathan Maidana interrumpió con un “tackle alto”.
2.- La salida. Después de
golpearse diez veces con la misma piedra, técnico y jugadores
entendieron que no es el mejor camino insistir caprichosamente con la
salida al ras del piso desde el fondo. El momento de quiebre fue el
primer tiempo contra Lanús, cuando varias veces el balón fue
interceptado y casi termina dentro del arco de Hilario Navarro. Cuentan
que el DT levantó la voz en el vestuario. Y sus palabras se entendieron.
3.- Gastón Fernández . La
llegada de la Gata fue una bocanada de aire fresco para el equipo.
Contra todos los pronósticos mostró una versión mucho más mejorada que
la mostrada al momento de irse. Renovado, picante, rápido de cabeza...
Con una gambeta o un pase de primera le aportó al equipo la cuota de
sorpresa que había perdido. Además, fundamental en este fútbol, les
indica a sus compañeros cuál es el mejor camino hasta el arco. Y prueba
desde media y larga distancia.
4.- La experiencia.
Si bien el Club apuesta a la renovación del plantel, con las
promociones de Lucas Rodríguez, Emiliano Ozuna, Carlo Lattanzio y demás
juveniles, el regreso de Gastón Fernández más los aportes de Alvaro
Pereira y Sebastián Domínguez le dieron esa cuota de picardía a la hora
de manejare los tiempos de un partido. En el caso del central ex Vélez,
fue todo mérito del técnico, ya que desde afuera no se entendía por qué
Jonatan Schunke tenía que pagar los platos rotos.
5.- Mayor solidez . Desde
la llegada de Milito el equipo se plantó mejor en la marca. La mejor
evidencia es que desde su llegada sólo recibió cinco goles y antes lo
había sufrido 15 veces en 10 fechas. Tanto River como Lanús casi que no
le generaron situaciones de gol. El Millonario lo quebró gracias a un
golazo, de lo contrario se le hubiese complicado.
www.eldia.com.ar
No hay comentarios:
Publicar un comentario