ENTREVISTA. MANO A MANO CON NELSON VIVAS, EL TÉCNICO ALBIRROJO, EN MEDIO DE LA PRETEMPORADA DEL PLANTEL
Dijo que este Club le devolvió las ganas de dirigir, recordó a Simeone y elogió a Milito, aunque marcó sus diferencias
Por Martin cabrera
Nelson Vivas está sentado en un sillón blanco. Toma un trago de agua de una botella pequeña. Saluda con amabilidad y agradece la puntualidad. No tiene mucho tiempo porque acaba de finalizar el primer turno de entrenamiento y quiere almorzar junto al plantel. Por eso deja lejos su celular, se relaja y levanta su pulgar. Lo que siguen son 40 minutos con el técnico de Estudiantes para hablar de gustos, esquemas, jugadores y sacrificio.
-Cuando llegaste a la Reserva dijiste que no querías dirigir Primera ¿Qué cambió?
-En este país nadie resiste un archivo y el mundo del fútbol no es la excepción. Muchas veces uno dice una cosa y después no puede cumplirlo. Pero te aseguro que en todo momento fui auténtico.
-¿Qué se modificó para que ahora seas el técnico?
-Cuando vine a principios del año pasado a dirigir la Reserva sentí que era una manera de reinsertarme en esto que tanto me gusta. Venía de una desilusión muy grande como técnico, pero no con lo que habíamos realizado en Quilmes ni con mi propuesta futbolística, estaba desilusionado con todo lo que rodea al fútbol. Por eso me alejé.
-¿Fue tan fuerte la desilusión vivida en Quilmes?
-Sí y encima la fotografía del final, que no justifico para nada. Como técnico le dediqué todo el tiempo que pude y entendí una gran falta de respeto generada alrededor del fútbol. Dormía mal, no comía, había dejado de ir a lugares que habitualmente iba, dejé de pasar momentos con mis hijos, no cobraba... ¿Dónde estaba el placer? Por eso preferí alejarme y busqué mantener la economía de mi casa con otro tipo de actividades.
-Y apareció Estudiantes
-Al tiempo. Me propusieron dirigir la Reserva y me pareció ideal, porque el resultado no es tan determinante y se puede trabajar en detalle la formación de juveniles, algo que me gusta y para lo que me siento capacitado por tantas experiencias vividas. Me resultó tentadora la propuesta. Y por eso aquella declaración, al momento de asumir en Reserva, que no tenía pensado dirigir Primera.
-¿Nunca se te cruzó por la cabeza que podías estar en el lugar que estás?
-No, pero te voy a confesar que en el final del año pasado ya empezábamos a hablar con mi ayudante Leonardo Colombo sobre la chance de que algún día podíamos retomar aquel camino.
-¿Ahora?
-No. Nosotros ya habíamos planificado la pretemporada de la Reserva. Fue sorpresivo lo que ocurrió y mucho más después de la cantidad de puntos que había sacado el equipo. Pero Gabriel (Milito) se fue y Sebastián (Verón) me propuso el cargo.
-Sin ser un hombre nacido en Estudiantes, tanto en 2006 como ahora el Club apareció en momentos clave de tu vida...
-Sí. Estudiantes es un club organizado en todos los aspectos. Trabajar en Primera o Reserva es contar con todos los recursos: materiales, buenos campos, pelotas, indumentaria, alimentación, contención, escuela... Tiene una organización para destacar y que a mí me ayudó para salir adelante.
-¿La buena campaña realizada por Gabriel Milito les deja una vara muy alta?
-La vara en Estudiantes está siempre muy alta, un poco por historia y por lo conseguido a partir de 2006, cuando conseguimos aquel torneo después de 23 años. Siempre destaco de Estudiantes, cuando hablo de fútbol con gente que no es del ambiente, que ahora River festeja su tercera copa Libertadores y acá hay cuatro. Obviamente el proceso anterior al nuestro hizo más del 60% de los puntos y nosotros intentaremos estar a la altura, pero no para que nos comparen si fuimos mejor o peor que Gaby o los anteriores, sino para sentirnos competitivos. Nuestra intención es ser protagonistas.
-Por tu relación con Diego Simeone es imposible que no se te quiera comparar con él. ¿Qué tendrá tu Estudiantes del Cholo?
-Si hay algo que quiero que tenga es el espíritu ganador. Es algo que se retroalimenta. Aquella vez, después de las primeras cuatro fechas sumamos un punto de doce en disputa y se generó un clima denso. Pero ganamos las siguientes diez fechas. Y poco a poco se fue generando una relación especial entre el jugador y nosotros, que potenció a la gente. Eso quiero, pero para que eso ocurra los jugadores primero tienen que entender a qué jugamos y que eso que intentemos hacer se transforme en un hábito que vaya más allá del partido. El anhelo que tenemos es que en cualquier momento del partido, ya sea ganando, perdiendo o empatando, el equipo haga lo que está planificado.
-Simeone decía “El esfuerzo no se negocia”...
-Sí, cada vez que asumía un cargo.
-¿Y Vivas?
-Lo primero que les pedí a los jugadores es que nos exijamos, pero no para un solo partido sino para todos. Es muy fácil motivarse para jugar un determinado encuentro y mucho más difícil hacerlo todos los días. Pero si lográs hacerlo todos los días levantás tu piso, tu nivel y achicás la brecha entre tu piso y tu techo. Es parecido a lo de que “el esfuerzo no se negocia”, pero un poco más desarrollado que aquella frase que, en definitiva, en una presentación no deja de ser una frase hecha. Si lográs explicarla y los jugadores entienden, crecés como equipo.
-¿Qué importancia le da Vivas a la tenencia de la pelota?
-Muchísima, porque en la medida que tengas la pelota te desgastás menos. Porque si hacés un esfuerzo intenso para recuperar la pelota y la perdés rápido no sirve. Tanta intensidad, intensidad e intensidad hace que la fuerza en el final del partido sea menor en comparación con haber tenido la pelota buena parte del partido. Obviamente le damos importancia a la pelota, pero sin fundamentalismo. Habrá momentos que el juego indique un pase largo, de acuerdo al riesgo que decidamos asumir.
-Algo de eso se vio ante Racing de no caer en fundamentalismos.
- Sí, porque creemos que el equipo debe trabajar en relación al lugar en donde se encuentra la pelota de manera conjunto y continua. No quiere decir que eso tenga que ser todo el tiempo intenso. Habrá momentos para presionar bien arriba y otros que no para ceder un espacio y ser directos al recuperar la pelota. Y habrá momentos que tengamos que retroceder conjuntamente y a la velocidad que el rival decida atacarnos. Pero siempre de manera conjunta, porque creo que los esfuerzos individuales no son productivos. Y sí creo en los colectivos. Eso nos dará solidez.
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