lunes, 22 de febrero de 2016

Diarte, con el aura de Aguirre Suárez y la huella de la guerra marcada en el corazón


Tucumano, hijo de ex combatiente, le tocó ir al banco por primera vez la tarde en que el club lamentó y homenajeóla muerte de Ramón Aguirre Suárez, otro defensor que hizo historia en el club
El fútbol, en ocasiones, resume caprichosamente la pasión del deporte con el fervor de un combate. 
Ramón Aguire Suárez, por ejemplo, fue el defensor Tucumano más importante de la historia de Estudiantes, por todo lo que logró en el club en la década del ’60 y por el temple que mostraba dentro de la cancha. 
De la misma provincia, con algunos rasgos faciales increíblemente parecidos y con una historia conmovedora en sus espaldas, Lucas Diarte se abre camino en la Primera del Pincha. 
El jugador, que se encargó de evitar que se note la ausencia de Alvaro Pereira en los primeros partidos del campeonato, le tocó ir al banco por primera vez el 10 de junio del 2013, justo en el primer partido de local después de la muerte de Ramón Aguire Suárez en el contexto de un sentido homenaje.  
Hijo de un ex combatiente desocupado, que como tantos otros luchó cuerpo a cuerpo con los ingleses en el ’82 y no recibió toda la gratitud que se merece, el menor de los hermanos Diarte es otra promesa que ofrece el Estudiantes modelo 2016 con Nelson Vivas a la cabeza. 
Tal vez sin el carisma que Ascacibar, pero con mucho respeto y más soltura para hablar, el jugador atendió a El Clásico y se prometió no sacar los pies de la tierra pese a todo lo que vivió en las últimas tres semanas cuando empezó a cerrar el lateral en Estudiantes...  
¿Cómo es pasar de jugar en el torneo Federal en un equipo de Santiago del Estero a ser el 3 titular de Estudiantes?
Las cosas se dieron de una manera inesperada. Yo venía jugando algunos partidos en el verano porque Palito (Pereira) estaba suspendido. Pero siempre tuve en claro que tenía que estar listo para cuando el equipo me necesitara. 
¿Cómo recibiste la noticia de que Pereira se iba de Estudiantes y que iba a dejar el puesto vacante?
Me enteré como todos y fue una sorpresa. Busqué mucho esta oportunidad y la verdad es que lo estoy disfrutando con la responsabilidad que se merece esta situación.  
¿Es difícil que te marque off side Desábato o Schunke?
Bueno, yo también jugué de central en un paso por las inferiores. La verdad es que ellos me contienen tanto en los entrenamientos como afuera de la cancha. Con el que más hablo es con el Chavo y por suerte nos entendemos muy bien. Hay mucha coordinación entre la defensa y el arquero, ya sea con Mariano Andújar o ahora el Pepi (Sappa). 
¿Llegaste a debutar en la Primera de la Liga Tucumana?
Si, lo hice con 15 años jugando para Central Norte. En 2011 me vieron en una prueba y vine a jugar a Estudiantes con edad de 5ta división. Después, a mediados del 2014 me fui a jugar el torneo Federal a Santiago del Estero y estuve un año y medio jugando ahí. Me quedaba a dos horas de mi casa y cuando tenía un rato libre me iba. 
¿Acá con quien vivís?
Solo, por ahora. 
¿Te acostumbraste a estar lejos de la familia o igual se sigue extrañando?
Ellos están muy pendientes. Se extraña. Pero con el avance de la tecnología se hace todo más fácil porque estamos conectados casi todos los días. 
¿Hay otro Diarte futbolista en la familia?
Somos cuatro hermanos y los cuatro jugaron en algún momento. Tengo a mi hermano Gabriel que tiene 28 años y dejó el futbol para estudiar y recibirse de radiólogo. Alejandro, de 25, juega en la Liga y es policía en Tucumán. Y Matías de 24 trabaja en un supermercado. Mi mamá es ama de casa y mi papá es ex combatiente de Malvinas y ahora está desocupado. 
¿Se habla de la guerra en tu casa?
Sí. Para nosotros nuestro papá es un orgullo. Cuando se arma un asado o cuando se juntan a comer los amigos de mi viejo salen las anécdotas y las historias. 
Vos conociste Malvinas más por tu familia que por la escuela…
Sí. Cuando se tocaba el tema en la escuela para mí era algo normal. 
¿Es una responsabilidad o un orgullo pensar en poder ayudar a tu familia con el fútbol?
La verdad es que una especie de orgullo y satisfacción saber que puedo ayudar a mi familia. Ellos dieron todo por mí y pensar en que los pueda ayudar es una gran alegría
¿Te contaron la historia de Aguirre Suárez?
Sí, claro. Más que nada el día que me tocó ir por primera vez al banco de Primera porque hacía algunos días que había fallecido y le hicieron un homenaje. 
¿Te entusiasma el hecho de seguir sus pasos en el club?
Ojalá. Yo soy de la idea de ir paso a paso y partido a partido. Creo que con tranquilidad, las cosas me pueden salir bien. 
Te tocó vivir el clásico de verano desde afuera: ¿estás ansioso porque llegue el 13 de marzo?
En el verano tuve buenas experiencias, pero llegado el momento lo voy a disfrutar. En inferiores me tocó empatar dos veces con Gimnasia. Espero que nos vaya bien. 

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