ECOS DE UN ESCANDALO INADMISIBLE. LA BATALLA CAMPAL TIÑÓ DE VERGÜENZA UNA CONTIENDA DEPORTIVA
El bochorno en Mar del Plata tuvo a jugadores, allegados y gente que no tendría que haber estado en el campo, a las trompadas y puntapiés
Por NICOLAS NARDINI
INFORME
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El clásico de nuestra
ciudad sufrió una mancha negra y los ecos de los bochornosos incidentes
protagonizados por jugadores y allegados en el campo de juego resonaron
en todo el mundo. Se trató de un espectáculo penoso, donde los
protagonistas se comportaron de manera lamentable y estuvieron en las
antípodas de lo que marca el accionar de un jugador profesional de
fútbol.
Los futbolistas tuvieron un desempeño inadmisible y
reñido absolutamente con la deportividad. Protagonizaron un pésimo
ejemplo en el marco del flagelo de la violencia que castiga desde hace
mucho tiempo al fútbol argentino. Encima, ingresaron al terreno de juego
personas que no tenían que desarrollar ninguna función allí y que,
lejos de contribuir a calmar los ánimos, agregaron más violencia al
bochorno histórico.
SIN JUSTIFICATIVOS: FUE UN BOCHORNO HISTORICO
No hay arista ni detalle que justifique lo
acontecido en la noche del domingo y que puso al clásico de nuestra
ciudad en los medios de comunicación del mundo entero. Quizás los
jugadores y allegados que terminaron a las trompadas delante de casi 30
mil personas que permanecían casi paralizadas en las tribunas, sin creer
lo que estaban viendo, aún no tomaron consciencia del daño que le
hicieron a la imagen de uno de los clásicos más importantes y
tradicionales del fútbol argentino y sudamericano.
Tras la falta que le valió la tarjeta roja a
Santiago Ascacíbar, se desató una verdadera batalla campal, impropia del
fútbol profesional, con gravísimas agresiones que, de milagro, no
dejaron un saldo de lesiones más severas entre todos los colegas de
profesión, que tuvieron un comportamiento digno de vándalos.
El capitán mens sana, Lucas Licht
, increpó al joven volante albirrojo tras lo cual se produjo un tumulto
general, durante el cual hubo trompadas por todos lados. Un puñetazo de
Medina a Damonte luego de que este agrediera a Rasic, la intervención de Solari con otra agresión, Mendoza a las trompadas con Ascacíbar , luego agresión de Rasic a Pereira , la aparición de Mariano Andújar a piña limpia contra todo lo que se le cruzó por delante y los puntapiés de Nicolás Mazzola
a Andújar cuando este estaba en el suelo. Estos fueron solo algunos de
los hechos puntuales, en verdad hubo muchas más agresiones y empujones.
Al mismo tiempo, intervinieron suplentes y
auxiliares de ambos equipos, que pusieron más leña al fuego y en su
mayoría saltaron al terreno de juego con el afán de pegar y no de calmar
los ánimos, ni de separar.
En un marco general de comportamientos penosos, hubo algunas excepciones, como las de los entrenadores: Troglio se metió al campo de juego a separar, al igual que Vivas .
Otro que tuvo un comportamiento para destacar fue Franco Niell
, quien literalmente se lanzó encima de Andújar, para evitar que las
patadas de sus propios compañeros impactaran sobre el cuerpo
desprotegido del arquero. También intervino separando el Secretario
Técnico albirrojo, Agustín Alayes .
DESDE AFUERA, A LAS TROMPADAS
Otro aspecto grave de lo ocurrido ya en los
primeros minutos del lunes, fue el ingreso al terreno de juego de
personas que nada tenían que hacer en ese sector, como el Jefe de
Seguridad del plantel de Estudiantes, Jorge Menno , que encima de ingre
sar a un lugar para el cual no está autorizado, en lugar de apaciguar o
separar, le dio un puñetazo al arquero suplente de Gimnasia, Yair
Bonnin.
Otro conato violento lo protagonizaron Matías García , que estaba como suplente en Gimnasia, y el preparador físico de Estudiantes, Martín Solé , quienes se trenzaron durante varios segundos a golpes de puño y empujones.
En medio de los graves incidentes, se produjo una situación tan insólita como lamentable. El médico albirrojo, Hugo Montenegro
, intentó correrle la cámara de fotos a uno de los reporteros gráficos
de este diario, al grito de “no saques fotos”, como si no supiera, en
medio de su exaltación, que el bochornoso espectáculo estaba siendo
transmitido vía satélite por televisión a buena parte del mundo y que a
esa altura ya casi no quedaba lugar de la Argentina que aún no hubiera
visto el vergonzoso espectáculo.
Cuando todo parecía calmarse, se vivió un nuevo
momento de tensión. Tras una reunión en la mitad de la cancha entre
ambos capitanes, los equipos se retiraron del terreno de juego, sin la
realización de la ceremonia de entrega del trofeo que en el campo ganó
Estudiantes. Sin embargo, tras entrar a la manga que los depositaría en
el camarín, el plantel del Pincha pegó la vuelta y salió otra vez al
terreno para festejar ante su gente. En ese momento, se produjo una
desbordada reacción de los jugadores de Gimnasia, que se empujaron y
golpearon con los policías para reingresar a la cancha, quejándose y
gritando que habían pactado retirarse al unísono a la zona de vestuarios
y que no se había cumplido con lo acordado.
En ese momento, se exaltó por completo Favio
Fernández, uno de los asistentes de Troglio, a empujón limpio y reclamos
para con los efectivos del orden.
DOCE JUGADORES INFORMADOS
Tras la bochornosa noche, en la tarde de ayer se
conoció que el árbitro del partido informó a doce de los jugadores que
participaron de las agresiones: siete por el lado de Gimnasia y cinco
por el lado de Estudiantes.
Los informados de Gimnasia fueron Nicolás Mazzola, Antonio Medina, Enrique Bologna, Maximiliano Coronel, Roberto Brum, Javier Mendoza y Federico Rasic .
En Estudiantes, fueron informados Israel Damonte, Mariano Andújar, Alvaro Pereira, Augusto Solari y Santiago Ascacíbar.
En ambos clubes reina la preocupación acerca de las
sanciones que recibirán los protagonistas implicados en la gresca y que
fueron informados por el árbitro del partido. No hay que perder de
vista que el reglamento indica que si las penas superan las cuatro
fechas, las mismas deben hacerse efectivas en el campeonato oficial y no
en cotejos amistosos, por lo que se avecina un gran dolor de cabeza
tanto para Nelson Vivas como para Pedro Troglio, de cara al armado de
sus respectivos equipos para el comienzo del certamen local.
Fue una noche negra. Ganó la violencia. Perdió el
fútbol. Y el clásico de nuestra ciudad sufrió una mancha que lo llevó a
recorrer el mundo entero por un bochorno de magnitud histórica.
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