martes, 15 de marzo de 2016

Estudiantes facturó otra alegría y Gimnasia no para de equivocarse

PRONOSTICO ERRADO. EL CLÁSICO FUE PAREJO SÓLO DIEZ MINUTOS

Uno tuvo varios trabajos individuales buenos y el otro, ninguno. El partido “terminó” cuando Auzqui convirtió el segundo gol


La alegría en el final de los jugadores de Estudiantes tras sumar otro clásico para el historial. Lo realizado por Gimnasia, fue muy pobre adentro y fuera de la cancha

La alegría en el final de los jugadores de Estudiantes tras sumar otro clásico para el historial. Lo realizado por Gimnasia, fue muy pobre adentro y fuera de la cancha

Por MARTIN MENDINUETA
OPINION

Las marcadas diferencias entre vencedor y vencido fueron tantas que la incógnita sobre el resultado final duró mucho menos de lo previsto. Parecían llegar emparejados en actualidad (así lo marcaba la tabla de posiciones), pero desde el primer alarido de “La Gata” el trámite se hizo muy accesible para Estudiantes y demasiado adverso para Gimnasia.
Sin haber jugado en un nivel superlativo, fue mucho “¨León” para tan poco “Lobo”. Por eso, los tres goles de diferencia y la firme sensación de que en caso de habérselo propuesto, Estudiantes podría haber ampliado su collar de festejos. Fortísimo resultó el impacto visual de advertir a Gimnasia totalmente abatido muy temprano. Como resignado a que la derrota no tenía remedio después del gol de Carlos Auzqui. Esa macana grande de Enrique Bologna (van unas cuantas en el torneo) significó un mazazo para quien, de todos modos, no estaba encendido ni peligroso buscando el empate.
Los hinchas albirrojos llegarán al viernes por la noche (cuando vuelvan al Unico para el partido ante Defensa y Justicia) debatiendo sobre quiénes fueron los que subieron al podio de los mejores rendimientos. Gastón Fernández, Santiago Ascacíbar, Carlos Auzqui, Jonathan Schunke y Facundo Sánchez quedaron muy bien conceptuados por el tribunal popular, aunque Augusto Solari (gestó el desborde previo al primer gol), Lucas Viatri. Israel Damonte y hasta el lesionado Juan Ignacio Cavallaro también merecieron elogios.
Del otro lado, el panorama fue desolador. Sólo el generoso despliegue de Facundo Castillón y un par de apariciones valiosas del pibe Matías Noble rompieron la paupérrima monotonía del huésped que decidió vestir camiseta alternativa. Así las cosas, nunca hubo olor a milagro. Por el contrario, a los veinticinco minutos del segundo tiempo el equipo de Troglio empezó a jugar sin apuro, como deseando sólo que el partido terminara lo antes posible.
Gimnasia tiene una peligrosa predilección por transitar por los extremos. Su cuerpo técnico pasó, en muy breve lapso, de considerar que Walter Bou todavía no estaba preparado para jugar en Primera, a elegirlo como titular por sobre Nicolás Mazzola. Claro, en el medio de eso anotó varios goles, pero igual llamó la atención el drástico cambio de parecer.
CADA VEZ MAS QUERIDO
Carlos Auzqui va a vivir muchos años como futbolista profesional. Sus tremendas ganas de triunfar, la inquebrantable voluntad y el carácter que gobierna a esos huesos duros como piedras, lo han llevado hasta donde merece. Hoy ya nadie afirma que no puede jugar. Dejaron de ser crueles con él porque se dieron cuenta de todo lo que da. Es así: “Carlitos” da todo. Por eso los compañeros lo adoran, los técnicos tanto lo valoran y los rivales lo sufren.
Evidentemente, tiene muy alto el umbral del dolor. Se la banca. Jugó el clásico porque se moría de ganas. El gol fue su recompensa y los aplausos, ese abrigo que durante años esperó en vano. Todo llega para quien lo busca con perseverancia.
PAPELON EN LAS ALTURAS
La imagen de Gimnasia en el campo de juego fue muy mala, pero aún peor resultó la que brindó desde ese palco vidriado donde hubo gritos, empujones y trompadas. Allí no estaba la barra brava, sólo había directivos e integrantes del plantel profesional. La adversidad deportiva sacó lo peor de ellos. Lamentable. Gimnasia no para de equivocarse. Ha perdido el rumbo nuevamente. ¿Cómo sigue esto? ¿Los jugadores que reaccionaron serán sancionados por los mismos directivos que insultaron a los compañeros que estaban en la cancha?
El replanteo que se impone en el club va mucho más allá de si debió salir Faravelli o Brum para el ingreso de Franco Niell. No confundamos los tantos. Una cosa es perder en el juego de la pelota y otra, muy diferente, extraviar el rumbo en el comportamiento público de los que están representando a la institución.

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