domingo, 24 de abril de 2016

Gran movida en el Country, y mucha gente en las pantallas

LAS VARIANTES DE LOS QUE NO FUERON A LA CANCHA
Sin la posibilidad de ir a la cancha, porque el clásico de anoche fue exclusivo para la parcialidad de Gimnasia, los fanáticos de Estudiantes utilizaron el ingenio para movilizarse y de alguna forma ser también parte de una noche muy particular.
Un grupo significativo eligió trasladarse hasta la concentración albirroja de City Bell para estar con el equipo, en la previa, y despedir a la delegación cuando abordó el ómnibus camino al estadio albiazul del Bosque.
Mucho color hubo en el Country Club, desde la mañana, y el clima ganó intensidad a medida que pasaron las horas. Banderas, camisetas, bombos y mucho grito, para llegar hasta el plantel que a este ritmo empezó a vivir el nuevo clásico platense.
Las emociones alcanzaron su máximo nivel pasadas las 18, cuando empezaron los preparativos para la salida de la delegación camino al estadio.
Los bombos sonaron más fuerte, los saltos ganaron una mayor altura... Gritos, banderas, manos en alto, y cuando los jugadores elegidos por Nelson Vivas para representar al club anoche en 60 y 118 salieron de la concentración para subirse al micro, se escuchó una verdadera explosión.
COMO EN LAS TRIBUNAS
Los hinchas se comportaron como si estuvieran instalados en las tribunas, y la despedida fue verdaderamente impresionante, con una buena parte de los presentes decidiendo acompañar a la delegación en una caravana albirroja que se movilizó desde City Bell en dirección a La Plata.
Hombre, mujeres, chicos, chicas... Familias completas alentaron a Estudiantes en una previa repetida en cada uno de los clásicos que el equipo disputa como visitante, pero que siempre muestra detalles especiales.
Otro fanáticos del Pincha palpitaron el encuentro de anoche contra el Lobo a través de las pantallas gigantes que se instalaron en la filial Miguel Angel Lauri, de Berisso, y en el club 9 de Julio, de Villa Catela, en 123 y 36.
Las camisetas rojiblancas fueron el común denominador, en ambos escenarios, con vecinos que eligieron ver el clásico junto a fanáticos del barrio, que se transformaron en hinchas furiosos cuando la pelota se movió en el Bosque.
Hubo también muchos gritos, de aliento y de reclamos, y una fatiga propia de hinchas que sin la posibilidad de expresarse en una tribuna, una vez más debieron elegir alternativas...
Las reuniones familiares en las que el Gimnasia-Estudiantes fue centro de mesa se multiplicaron a lo largo y ancho de la ciudad en la noche del clásico platense 156 del profesionalismo.

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