ESTUDIANTES GOLEO 3-0 A TIGRE. LOS GOLES A LOS 44 DEL PRIMER TIEMPO Y AL MINUTO DEL COMPLEMENTO CAMBIARON EL PARTIDO
La pasó mal en el primer tiempo, pero se la bancó. En el complemento se floreó. Bailone, figura
Por MARTIN CABRERA
Ni el más optimista de los hinchas podía imaginar que la tarde iba a terminar tan feliz para Estudiantes. Ni en la previa, pero mucho menos durante el transcurso del primer tiempo, alguien se hubiera animado a apostar por un 3-0 sobre Tigre tan claro y contundente.
Pero el equipo de Nelson Vivas tuvo varios méritos para llevarse semejante triunfo de una cancha hostil, donde ganó apenas dos veces en los últimos diez años y contra un rival que en el pasado reciente se había convertido en una piedra en el zapato. La principal virtud fue saber mantener el equilibrio en los peores momentos, cuando el gol local parecía estar al caer. El otro, fundamental, la contundencia que mostraron sus jugadores ofensivos cuando tuvieron la oportunidad para lastimar.
En el primer tiempo Tigre fue el dueño del partido. Presionó mucho y muy bien en la mitad de cancha. Incomodó a Santiago Ascacibar y a los centrales. Tapó las subidas de Facundo Sánchez y dejó muy solo a Lucas Rodríguez, quien quedó al mando de un colectivo sin gente.
No la pasó bien el Pincha. De arranque Diego Morales le pegó de volea y casi convierte. Lucas Menossi al minuto hizo revolcar a Mariano Andújar. A los 21 minutos Cachete Morales reventó el travesaño en un el tiro libre recto al arco. Y minutos después Lucas Janson simuló un penal dentro del área que pudo haber complicado más las cosas.
Salió indemne Estudiantes de un momento de agobio. A los 24 minutos pasó por primera vez con pelota dominada la mitad de cancha, como avisando lo que se vendría. Israel Damonte fue clave para lograr el equilibrio en la mitad de cancha, los laterales empezaron a encontrar el momento para avanzar. Y por eso los de rojo y blanco se amigaron con la pelota.
El partido se definió en dos minutos. En el final del primer tiempo, un tiro libre de Lucas Diarte que peinó González Pirez le dejó el gol servido a Ignacio Bailone, aprovechando todas las dudas y temores de la defensa local. Y en el inicio del segundo tiempo el goleador ex Lanús desbordó por la izquierda, tiró un centro al medio para que Tití Rodríguez enganchara con derecha, definiera con zurda y sacara a pasear a Adrián Gabbarini. 2-0 y otro partido.
En dos minutos los hinchas de Tigre pasaron de gritar “para ser campeón hoy hay que ganar...” al más hiriente “movete Tigre movete, dejá de joder...”. Dos trompadas al mentón que el dueño de casa acusó, dos trompadas que lo devolvieron a la realidad.
Con la diferencia a su favor Estudiantes sacó chapa. Recuperó el mediocampo, Rodríguez fue el “10” que necesita el equipo y Bailone se agrandó. El ex Lanús se movió por todo el centro de la cancha junto con Carlos Auzqui y Augusto Solari, para provocarle un dolor de cabeza a la defensa de Tigre, que tuvo una tarde para el olvido, lo mismo que su arquero.
El Pincha justificó la ventaja y fue por más. De la misma manera que había llegado el segundo, ya sin lateral derecho, Bailone volvió a desbordar para tirar otro centro al medio. Ahora el que estaba era Israel Damonte, que con un zurdazo preciso -sin parar la pelota- la mandó al fondo de la red. Golazo para cerrar una goleada que sirve para fortalecer al grupo, para seguir por la buena senda y para enterrar un fantasma que cada vez que pisaba esa cancha aparecía para molestar.
Estudiantes arrancó el segundo semestre de la mejor manera: dos victorias por copa Argentina, una por Sudamericana y goleada en el torneo. Cuatro triunfos en cuatro partidos oficiales. Nueve goles a favor y cero en contra. De menor a mayor. El equipo de Nelson Vivas tomó el camino de rosas para transitar una segunda parte del año que lo tendrá con múltiples desafíos. Por ahora todo es motivo de felicidad. Tiene cosas para corregir, pero las buenas son mayoría. Por eso está feliz.
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