INTENSIDAD Y DESPLIEGUE. ESTUDIANTES PUDO JUGAR DE IGUAL A IGUAL FRENTE AL LÍDER
Tras verse superado en el inicio, el León sacó a relucir su personalidad y redondeó un trabajo para el aplauso
Por Nicolas NArdinI - Comentario
Si
el punto de partida del análisis se centra en lo meramente matemático,
la igualdad para el Pincha dejó sabor a poco, ya que de aquí en más será
aún más dura la lucha para asegurarse una plaza en la Copa Libertadores
del año que viene. Ahora bien, soslayar todo lo que dejó el desarrollo
del empate en cero ante el único puntero del campeonato sería caer en
una grosera injusticia para con el equipo de Vivas. Es que el desempeño
colectivo albirrojo, apoyado en una clara idea general y sustentado por
altísimos desempeños individuales, estuvo cerca de erigirse -no lo fue
únicamente por la falta del gol- en uno de los mejores en lo que va del
semestre. La actitud, el espíritu de lucha, la combatividad en las
distintas zonas de conflicto del campo y el corazón cuando las energías
ya escaseaban, fueron la marca registrada del gran trabajo pincharrata
contra un adversario de gran jerarquía, que pareció haberse conformado
con el empate al observar, ya entrado el partido, que si iba por todo,
tranquilamente podía quedarse sin nada.
Si a
todo esto se le adosa un grueso error del árbitro del partido, Silvio
Trucco, que despojó a Estudiantes de un claro penal -no sancionado- que
pudo haber cambiado el trámite del partido, la ecuación para el local
termina siendo positiva. La bronca de Vivas (en un desborde por el cual,
cabalmente, pidió disculpas aunque sin desdecirse de la bronca por el
error arbitral) fue fundada. En un desarrollo sumamente parejo, un penal
pudo haber sido el elemento de quiebre, la oportunidad ideal para
quebrar la paridad.
Con cuatro pibes formados en
la cantera, todos ellos Sub-20 y tres hombres del Seleccionado,
Estudiantes tuvo la personalidad para plantarle cara al puntero, a ese
mismo plantel millonario y plagado de figuras que nunca pudo sentirse a
gusto en el terreno, gracias al colosal esfuerzo pincharrata. Hubo una
idea clara y, detrás de ella, ejecuciones que, en el plano defensivo,
llegaron casi a la perfección y, en el ofensivo, carecieron tan solo de
mayor inteligencia en la última puntada.
UNO PARA TODOS, TODOS PARA UNO
El
inicio fue todo de Boca. El Xeneize desplegó todo su repertorio de
fútbol, con aceleración, cambio de ritmo y pases entre líneas que
dejaron mal parado al Pincha. Sin embargo y aquí radica, quizás, el
mayor mérito albirrojo, Estudiantes supo salir rápidamente de esa
encrucijada. Ajustó las marcas, adelantó las líneas y puso especial
énfasis en la corrección de la presión alta. Con ese antídoto, hostigó
al equipo de los Mellizos en su zona de salida y entorpeció su habitual
salida clara por las bandas.
El módulo táctico
4-2-3-1 funcionó a la perfección tras el errático primer cuarto de hora.
En el fondo Sánchez fue salida clara, Schunke cruzó con orden, el chico
Foyth hizo un partido gigante y Dubarbier supo lastimar con sus
arremetidas sobre la banda.
Es menester
detenerse, de manera puntual, en Juan Marcos Foyth. El central, con sólo
un puñado de partidos en Primera, jugó como un veterano, no perdió un
solo mano a mano y salió con el balón a ras del suelo con la naturalidad
de uno que pinta para ser crack.
Ascacibar y
Cascini se repartieron la zona media y, delante de ellos, Solari en una
banda, Cavallaro en la opuesta, Lucas Rodríguez por el centro y Lucas
Viatri como eje más adelantado, le dieron volumen al León. El Pincha
supo ocupar los espacios, la cuestión más importante en el fútbol
después del manejo de la pelota. Es que para llegar a tenerla, primero
hay que saber cubrir el campo, algo que anoche los de Vivas hicieron a
la perfección.
Todos se desdoblaron en la marca.
Hubo ayudas defensivas para taponar a los mejores del Xeneize, se
observó un juego solidario, los engranajes lucieron más aceitados que
nunca. Tras el golpe en la visita a Medellín, la producción colectiva
albirroja de anoche representa una bocanada de aire fresco para el
ciclo. Fue el reencuentro con la mejor cara del proceso de Vivas, se
vieron cosas de aquel equipo que fue puntero invicto en el tramo inicial
del campeonato, un elenco que sabe cómo hacer sentir incómodo al rival,
aspecto que toma más relevancia si el que está enfrente es el puntero
del torneo en soledad.
ULTIMA PUNTADA
El
descomunal desgaste físico y táctico que realizó Estudiantes no tuvo la
recompensa de la victoria más por carencias propias que por virtudes
ajenas. El Pincha tuvo no menos de tres contragolpes con supremacía
numérica mal manejados por Lucas Rodríguez. Tití, tuvo la virtud para
imponerse en la carrera, pero le faltó claridad conceptual para ceder el
balón en tiempo y forma para alguno de sus compañeros en situaciones
inmejorables para marcar. Fue, quizás, el único punto reprochable para
un Estudiantes que se fue a dormir tranquilo. Y recibió la caricia del
aplauso de su gente.
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