domingo, 7 de mayo de 2017

El Pincha hizo un esfuerzo colosal y frenó al puntero



INTENSIDAD Y DESPLIEGUE. ESTUDIANTES PUDO JUGAR DE IGUAL A IGUAL FRENTE AL LÍDER
Tras verse superado en el inicio, el León sacó a relucir su personalidad y redondeó un trabajo para el aplauso

Por Nicolas NArdinI - Comentario

Si el punto de partida del análisis se centra en lo meramente matemático, la igualdad para el Pincha dejó sabor a poco, ya que de aquí en más será aún más dura la lucha para asegurarse una plaza en la Copa Libertadores del año que viene. Ahora bien, soslayar todo lo que dejó el desarrollo del empate en cero ante el único puntero del campeonato sería caer en una grosera injusticia para con el equipo de Vivas. Es que el desempeño colectivo albirrojo, apoyado en una clara idea general y sustentado por altísimos desempeños individuales, estuvo cerca de erigirse -no lo fue únicamente por la falta del gol- en uno de los mejores en lo que va del semestre. La actitud, el espíritu de lucha, la combatividad en las distintas zonas de conflicto del campo y el corazón cuando las energías ya escaseaban, fueron la marca registrada del gran trabajo pincharrata contra un adversario de gran jerarquía, que pareció haberse conformado con el empate al observar, ya entrado el partido, que si iba por todo, tranquilamente podía quedarse sin nada.
Si a todo esto se le adosa un grueso error del árbitro del partido, Silvio Trucco, que despojó a Estudiantes de un claro penal -no sancionado- que pudo haber cambiado el trámite del partido, la ecuación para el local termina siendo positiva. La bronca de Vivas (en un desborde por el cual, cabalmente, pidió disculpas aunque sin desdecirse de la bronca por el error arbitral) fue fundada. En un desarrollo sumamente parejo, un penal pudo haber sido el elemento de quiebre, la oportunidad ideal para quebrar la paridad.
Con cuatro pibes formados en la cantera, todos ellos Sub-20 y tres hombres del Seleccionado, Estudiantes tuvo la personalidad para plantarle cara al puntero, a ese mismo plantel millonario y plagado de figuras que nunca pudo sentirse a gusto en el terreno, gracias al colosal esfuerzo pincharrata. Hubo una idea clara y, detrás de ella, ejecuciones que, en el plano defensivo, llegaron casi a la perfección y, en el ofensivo, carecieron tan solo de mayor inteligencia en la última puntada.
UNO PARA TODOS, TODOS PARA UNO
El inicio fue todo de Boca. El Xeneize desplegó todo su repertorio de fútbol, con aceleración, cambio de ritmo y pases entre líneas que dejaron mal parado al Pincha. Sin embargo y aquí radica, quizás, el mayor mérito albirrojo, Estudiantes supo salir rápidamente de esa encrucijada. Ajustó las marcas, adelantó las líneas y puso especial énfasis en la corrección de la presión alta. Con ese antídoto, hostigó al equipo de los Mellizos en su zona de salida y entorpeció su habitual salida clara por las bandas.
El módulo táctico 4-2-3-1 funcionó a la perfección tras el errático primer cuarto de hora. En el fondo Sánchez fue salida clara, Schunke cruzó con orden, el chico Foyth hizo un partido gigante y Dubarbier supo lastimar con sus arremetidas sobre la banda.
Es menester detenerse, de manera puntual, en Juan Marcos Foyth. El central, con sólo un puñado de partidos en Primera, jugó como un veterano, no perdió un solo mano a mano y salió con el balón a ras del suelo con la naturalidad de uno que pinta para ser crack.
Ascacibar y Cascini se repartieron la zona media y, delante de ellos, Solari en una banda, Cavallaro en la opuesta, Lucas Rodríguez por el centro y Lucas Viatri como eje más adelantado, le dieron volumen al León. El Pincha supo ocupar los espacios, la cuestión más importante en el fútbol después del manejo de la pelota. Es que para llegar a tenerla, primero hay que saber cubrir el campo, algo que anoche los de Vivas hicieron a la perfección.
Todos se desdoblaron en la marca. Hubo ayudas defensivas para taponar a los mejores del Xeneize, se observó un juego solidario, los engranajes lucieron más aceitados que nunca. Tras el golpe en la visita a Medellín, la producción colectiva albirroja de anoche representa una bocanada de aire fresco para el ciclo. Fue el reencuentro con la mejor cara del proceso de Vivas, se vieron cosas de aquel equipo que fue puntero invicto en el tramo inicial del campeonato, un elenco que sabe cómo hacer sentir incómodo al rival, aspecto que toma más relevancia si el que está enfrente es el puntero del torneo en soledad.
ULTIMA PUNTADA
El descomunal desgaste físico y táctico que realizó Estudiantes no tuvo la recompensa de la victoria más por carencias propias que por virtudes ajenas. El Pincha tuvo no menos de tres contragolpes con supremacía numérica mal manejados por Lucas Rodríguez. Tití, tuvo la virtud para imponerse en la carrera, pero le faltó claridad conceptual para ceder el balón en tiempo y forma para alguno de sus compañeros en situaciones inmejorables para marcar. Fue, quizás, el único punto reprochable para un Estudiantes que se fue a dormir tranquilo. Y recibió la caricia del aplauso de su gente.

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