El Pincha le ganó 2 a 0 al Tatengue y, en el cierre de la
fecha 26, logró meterse en la zona de clasificación a la próxima edición
de la Libertadores
Tenía que ganar y ganó. Debía superar obstáculos y lo hizo. ¿Cómo
obligar a este Estudiantes a no ilusionarse en la recta final de un
torneo en el que todos se pelean por no ganar?
Ayer, el equipo de Nelson Vivas resolvió muy
rápidamente el pleito con Unión de Santa Fe, que llegó al estadio de
Quilmes con objetivos y ambiciones diferentes.
Amparado en el oportunismo de Matías Aguirregaray,
se puso arriba en el marcador a los 2 minutos, en la primera jugada
clara que pudo generar tras un tiro libre desde la izquierda que llegó a
peinar Lucas Viatri, antes de encontrar al defensor definiendo en el segundo palo.
Aplomado para manejar la pelota, el Pincha controló las acciones,
aunque sufrió la reacción de los visitantes, que chocaron con la figura
de Mariano Andújar.
Con la rapidez de Juan Otero como válvula de escape
al asedio del rival, Estudiantes mantuvo expectante a la defensa del
equipo santafesino. Sin embargo, no serían los delanteros los que iban a
ampliar el marcador: a los 23 minutos, otra vez el defensor uruguayo
llegó a posición de gol y definió entrando por la derecha, desmoronando
las intenciones del Tatengue.
Con algunos suplentes y otros jugadores en posiciones poco
habituales, el Pincha se hizo fuerte a través de la “unión” del grupo,
que se aferró a la victoria.
En la parte final, la necesidad de descontar llevó a los dirigidos por Pablo Marini
a tomar el protagonismo. Estudiantes se defendió y se escudó en los
brazos de Andújar, quien se erigió como una de las figuras con el correr
de los minutos .
Guido Vadalá primero y Franco Soldano
después chocaron contra las manos del arquero del Pincha, quien sacó
todo lo que se acercaba al área, en un trabajo coordinado con Jonathan Schunke y Leandro Desábato.
Ya sin Viatri en la cancha, producto de una dolencia muscular por la seguidilla de partidos, Vivas apeló a la experiencia de Rodrigo Braña para regular los tiempos de un partido que se jugó en un terreno resbaladizo, que le daba paso a las imprecisiones.
En los últimos minutos, Estudiantes aprovechó el desgaste del rival
para dañar de contragolpe, pero en este caso Aguirregaray ya no estuvo
tan eficaz en la definición como en el primer tiempo para ampliar el
resultado final.
De esta manera, el Pincha sumó la victoria número trece en el
campeonato, que lejos de traerle mala suerte lo deja en una posición
expectante para el tramo final.
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