ESTUDIANTES GOLEO 3-0 A BARCELONA. LA GRAN VICTORIA NO LE SIRVIÓ PORQUE GANÓ BOTAFOGO Y LO ELIMINÓ DE LA LIBERTADORES
Cavallaro y Sánchez, en dos ocasiones, marcaron los goles. Dubarbier fue la figura de la noche
Por MARTIN CABRERA
GUAYAQUIL, ECUADOR Enviado especial
GUAYAQUIL, ECUADOR Enviado especial
Cuando
parecía que tocaba la lona después del golpe en Medellín, Estudiantes
sacó dos triunfos y algo más de la galera, para seguir trepando en el
torneo e ilusionarse con más partidos internacionales. Anoche, en
Guayaquil y por la Copa Libertadores goleó 3-0 a Barcelona en un partido
que quedará como el reencuentro con su mejor versión, más allá de la
eliminación del Pincha de este certamen por el triunfo 1-0 de Botafogo
ante Atlético Nacional.
Juan Cavallaro en el
primer tiempo y dos veces Facundo Sánchez en el complemento le dieron el
triunfo al equipo de Nelson Vivas, que prolongó su buen momento, tanto
en lo grupal como en algunas individualidades. Más allá del sabor amargo
de la eliminación, fue una victoria con todas las letras.
Fue
emocionante ver a algunos jugadores padeciendo las inclemencias del
tiempo pero corriendo como si tuvieran 20 años. El grupo apeló a su
mística para ganarle al que, hasta anoche, era la revelación del Grupo
1. Lo derrotó, con una dosis de fortuna es cierto, para besar otra vez
ese escudo que varios de los integrantes del equipo defienden como
propio.
No la pasó nada bien Estudiantes en el
inicio del partido. El local le tiró toda la presión y le hizo sentir la
temperatura. No hizo pie y si no quedó debajo en el marcador fue por la
buena tarea de Mariano Andújar y, fundamentalmente, por la escasa
puntería de los jugadores de Barcelona.
Una mala
entrega de Bautista Cascini permitió una contra de Jonathan Alvez que
pasó a centímetros del palo del arco albirrojo. Luego fue el propio
Andújar el que le sacó el gol a Christian Alemán. Y tras cartón el
central Aimar cabeceó afuera desde buena posición. En el boxeo, era
momento para escuchar la campana.
Luego de ese
vendaval amarillo el Pincha empezó a tomar aire. Y a levantar la cabeza.
Entonces en el mediocampo Israel Damonte y Cascini controlaron la
pelota para hacer jugar por las bandas a Solari, Cavallaro y Dubarbier.
Fue éste quien a los 28 minutos vio la jugada y corrió a espaldas del
marcador. Recibió el pase y tras llegar a línea final envió un centro
para Javier Toledo, que erró de manera increíble el gol, al rematar al
palo izquierdo de Máximo Banguera. Por suerte para el equipo en el
rebote apareció Juan Cavallaro, quien con un fuerte remate estableció el
gol. Se gritó en la calurosa Guayaquil y también en La Plata.
Promediando
ese primer tiempo el equipo de Vivas tuvo unos minutos de control e
intensidad. Augusto Solari tuvo el segundo y Facundo Sánchez,
desbordando por la derecha, casi llega al gol. Con mucho oportunismo,
Estudiantes casi saca más diferencia.
También es
cierto que en el final de ese primer tiempo, cuando otra vez el agobio
empezó a pasar factura a la defensa, Barcelona tuvo dos chances
clarísimas de empatar. En una de ellas Jonatan Schunke se jugó la vida
para cortarle la jugada a Alvez y en la otra entre Andújar, el palo y
Damonte le quitaron el gol a Alemán.
En el
complemento el Pincha hizo culto de su oportunismo. En su primera
llegada al arco de Banguera otro centro preciso de Dubarbier terminó en
la cabeza de Facundo Sánchez, que se filtró entre los defensores para
anotar un gol que empezó a liquidar la historia.
Barcelona
intentó reaccionar y tuvo sus aproximaciones, porque si bien tanto el
Vasco Aguirregaray como el propio Dubarbier jugaron un tremendo partido
en ataque, no fueron tan efectivos en la marca. Por eso el local los
desbordó y por momentos, aunque menos que en el primer tiempo,
merodearon el arco de Andújar.
Pero anoche
Estudiantes tuvo “fuerza espiritual”. Tuvo una mentalidad ganadora para
llevarse un triunfo como marca su historia: tercera vez que gana aquí en
Guayaquil y sin recibir goles. Victoria necesaria para ponerse de pie.
Para
el final dejó la frutilla del postre. Fue la contra que encabezó Juan
Sebastián Verón en su rol atípico ingresando en el segundo tiempo. En
velocidad, como hace casi 8 años dejó en el camino a Jonatan Bottinelli
de San Lorenzo anoche lo hizo con un Aimar. Llegó al fondo de la cancha,
levantó la cabeza y metió un preciso centro para que Sánchez, con
esfuerzo, decretara el 3-0 y la victoria.
Lamentablemente,
un rato después, Botafogo derrotó 1-0 a Atlético Nacional y dejó al
Pincha sin chances de acceder al segundo puesto de la tabla, a falta de
un partido. Por tanto, ahora buscará terminar tercero, algo que tiene
casi en el bolsillo, para clasificarse a la presente edición de la
Sudamericana.
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