ESTUDIANTES DERROTO 2-0 A NACIONAL POTOSI. YA ESTÁ ENTRE LOS MEJORES 16 EQUIPOS DE LA COMPETENCIA
Dos goles de Pavone y no mucho más mostró el equipo de Gustavo Matosas
Por MARTIN CABRERA
Estudiantes
ganó 2-0 y cerró la serie contra Nacional Potosí de manera invicta. Se
clasificó a los octavos de final de la Copa Sudamericana y despidió, en
cancha, a sus dos joyas que se están por ir a jugar a Europa, Juan Foyth
y Santiago Ascacibar. Además, se reencontró con un hijo dilecto:
Mariano Pavone, autor de los dos goles de la noche.
Aun
así no fue un gran partido del equipo de Gustavo Matosas, que en el
primer tiempo le costó encontrar la pelota, controlar el juego y hasta
sufrió en una contra del rival que casi termina en gol. Tampoco mostró
firmeza con el resultado a favor y sólo la enorme superioridad
individual entre un equipo y otro acabó con un resultado favorable.
El nuevo técnico plantó un equipo 4-4-1-1 que por
momentos mutó en un 4-2-3-1. Fue Lucas Rodríguez el jugador que pensó
como nexo entre el medio y el delantero. Lo corrió de la punta, a pesar
de sus palabras en la última conferencia de prensa. No le rindió y tal
vez ese haya sido uno de los motivos del flojo partido jugado por
Estudiantes. Mariano Pavone muy aislado y demasiado imprecisos
estuvieron Sebastián Dubarbier por izquierda y Juan Otero por derecha.
Tampoco aportó mucho Facundo Sánchez.
En ese
contexto el equipo no tuvo la pelota. Se vio sorprendido por la presión
de los bolivianos y, por momentos, quedó como un equipo demasiado largo
entre sus líneas. Enorme. Por eso pasaron muchos minutos en ese primer
tiempo hasta que llegó el primer remate al arco.
EL PRIMER AVISO DEL ELENCO ALBIRROJO
La
primera aproximación del Pincha fue a los 14 minutos y se produjo por
un horror defensivo de la visita. Mal pase de Miguel Hoyos a su arquero
Jorge Ruth, que la tuvo que tomar con sus manos para evitar el gol de
Otero. Tiro libre indirecto en el punto del penal que Pavone no supo
resolver con éxito. A la barrera y luego al córner.
Pero
unos minutos más tarde Nacional atacó por la derecha y Marcos Ovejero
quedó mano a mano con Mariano Andújar. Buscó a su compañero Cristian
Allesandrini, pero la pelota llegó mal, aunque pasó a centímetros del
palo derecho del arquero. Fue un momento de desconcentración peligrosa,
mucho más teniendo en cuenta el flojo rival que tenía enfrente. Luz
amarilla.
Tras ese cimbronazo el local tomó la
posta. Con pocas ideas y demasiadas impresiones buscó el arco de
enfrente. Lo tuvo Otero de cabeza pero definió mal, igual que Pavone
debajo del arco. Finalmente lo salvó Luis Torrico, quien -imprudente
como mínimo- le cometió penal a Dubarbier, que estaba de espaldas y
alejándose del área. Iban 46 minutos. Penal y gol del Tanque Pavone. Y
final de ese primer tiempo, con ventaja 1-0.
No
varió demasiado el trámite del partido en el complemento. Pero Nacional
se cansó, se quedó sin recursos y Estudiantes tuvo más espacios. El
problema, otra vez, fue que no supo manejar la pelota y cada una de las
contras que contó a su favor terminaron en centros sin sentido o mal
resueltas. Hasta tres cuartos de cancha hizo bien las cosas, pero
siempre definió mal.
Matosas cambió a Tití
Rodríguez por Javier Iritier pero la cosa no se modificó. Recién a los
27 minutos, tras un córner desde la derecha de Dubarbier, pudo llegar el
segundo gol. Como en los años 60, Jonatan Schunke peinó en el primer
palo y Pavone empujó de cabeza y de pique al suelo. 2-0 y partido
recontra liquidado. En la plaza, se hubieran ido todos porque el frío ya
era protagonista de la húmeda noche de ayer.
El equipo sigue avanzando en la Copa, ya se metió entre los mejores 16 de la Sudamericana y la ilusión va en alza
Los
minutos finales sirvieron para el merecido homenaje de los hinchas a
Santiago Ascacibar, que asumió y confirmó su venta al Zenit. Matosas lo
reemplazó antes del final para que se lleve en sus valijas una ovación
que no olvidará por un tiempo. Con timidez, levantó sus brazos, la misma
que al momento de irse del campo y ver a su familia, novia y amigos
pegados a la baranda que está pegada a la lengua central del estadio.
Antes, se sacó una foto con sus compañeros en la mitad de la cancha. Ya
no habrá más Ascacibar en Estudiantes. A pesar de su corta edad, es otro
producto de la casa que se marcha.
Ganó el
Pincha. No mostró un juego seductor pero salió victorioso. Se metió en
dentro de los mejores 16 equipos de la Sudamericana. La semana del 22 al
24 de agosto jugará el partido de ida en Asunción, contra Nacional y
definiriá el 19, 20 o 21 de septiembre en La Plata, su último partido en
el Unico. Tiene tiempo para mejorar. Tal vez con más días de trabajo y
algún refuerzo de los tantos que están en la agenda de los directivos
pueda parecerse al equipo que pretende el uruguayo Matosas. El de
anoche, seguramente que no es.
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