EL PRESENTE DE ESTUDIANTES. JUGADORES SIN ALCANZAR SU MEJOR NIVEL, UN ESQUEMA QUE NO CONVENCE Y AUSENCIA DE VARIANTES EN PUESTOS CLAVE
El Ciclo Matosas arrancó cuesta arriba. Pero tiene cosas a favor como para cambiar. Necesita paciencia y trabajo
Por MARTIN CABRERA
Pasaron poco más de 48 horas de la derrota de Estudiantes ante Defensa y Justicia y no se apagan las críticas de los hinchas a jugadores, técnico y dirigentes. Sí, aunque parezca demasiado apresurado, así está el sentir del hincha que llevó la vara bien alta.
Gustavo Matosas lo dijo el sábado y lo repetirá con seguridad ante cada consulta de la prensa: estará por delante de toda responsabilidad. Por personalidad difícilmente marque errores ajenos más allá de que tiene varios para apuntar.
Lo concreto es que el DT no logró encontrar todavía, en los dos meses de trabajo que lleva, un equipo convincente ni un patrón de juego, con dudas en defensa y descompensado en el medio. No se ve todavía una luz que señale el camino por recorrer. Lo reconoce él mismo y también sus jugadores. Eso es bueno.
En estos primeros partidos se inclinó por un esquema 4-2-3-1, aunque no haya jugadores para interpretarlo de la mejor manera, o todavía no estén en su mejor forma física. Por eso, no sería extraño que más pronto que tarde se vea un 4-4-2 en cancha o un 4-3-2-1, con un doble enganche que tenga a Christian Alemán y Gastón Fernández como enganches.
Lo más criticable del equipo es la falta de tenencia de pelota. Tanto Defensa como Arsenal se la manejaron y sólo con Nacional pudo dominar esa situación.
¿Tiene excusas el técnico? Claro. Que la preparación fue atípica, con viajes, vacaciones y una pretemporada en el medio. Entre su primer entrenamiento y ayer pasaron 72 días, pero muy pocas de prácticas formales, por los viajes a Bolivia y Paraguay, los recesos y las lluvias que castigaron muy seguido a esta región. Más de 10 veces los jugadores se mudaron a una cancha de sintético.
Además, es indudable que el mercado de pases afectó, por la marcada salida y llegada de jugadores. Gran parte de estos últimos lo hizo en el tramo final. Incluso dos de los cinco partidos estuvieron Santiago Ascacibar y Juan Foyth en el equipo. Y Fernando Zuqui llegó tan tarde que hoy no podrá ser tenido en cuenta para la revancha contra Nacional de Paraguay. ¿Fue tan productiva semejante renovación? Nunca es una buena señal, pero sólo el tiempo dará la respuesta.
Entonces aquí asoma otro actor protagónico a la hora de repartir culpas: la dirigencia. Porque además los once refuerzos que llegaron para este mercado de pases no lograr ocupar todas las plazas: no hay un volante por derecha ni tampoco un volante de marca al alcance de la mano.
Como si fuera poco, una variante del técnico en la debilitada banda derecha, Matías Catalán, todavía no se sabe si podrá jugar o tendrá que regresar a México ya que su transfer nunca llegó como para poder ser habilitado.
La tercera pata de la mesa que no está firme es la de los jugadores. Hay niveles por debajo de sus posibilidades, como los de Facundo Sánchez, Leandro Desábato, Israel Damonte, Gastón Fernández y algunos más. Los primeros tres están sufriendo la falta de continuidad (lesiones musculares los sacaron del equipo) y el otro llegó sobre el final del mercado de pases, a pocos días del partido de ida de la Copa Sudamericana.
Los defensores sufren el retroceso de los volantes y los del medio están desconectados entre sí. Pero los nombres del equipo ideal de Matosas son éstos. No se vislumbran cambios compulsivos en lo inmediato y tampoco a futuro, cuando el Pincha tenga que jugar el partido trascendental contra los paraguayos. Como se suele decir, éstos jugadores sostendrán al técnico o el técnico será historia. Sin manotazos.
Expuestos todos los errores, o los más visibles, es importante contextualizar: la Superliga lleva disputadas apenas dos fechas y en la Sudamericana Estudiantes ya superó una fase y la semana próxima definirá como local su pase a cuartos de final. Es verdad que una derrota sería un golpe difícil de asimilar (porque ya no le quedan objetivos por delante al estar eliminado de la copa Argentina) pero también es cierto -mirando la parte más llena del vaso- que está a tres partidos de llegar a una semifinal internacional. Tal vez lo mejor sería esperar antes de ser tajante en cada crítica y andar por la calle pidiendo “cabezas”. Hay errores y culpas compartidas pero también una histeria que sorprende. Y no le hace bien a nadie.
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