Punto de vista
La historia del club volvió a desempolvarse en el
grito de guerra de los hinchas, que quieren que los equipos recuperen
parte de la identidad de juego alcanzada en los tiempos dorados
¿A quién se apunta cuándo se pide por “el equipo del Narigón”?
Estudiantes volvió a perder de local ante Racing y el ciclo de otro
entrenador que no surgió de las entrañas del club se terminó esfumando.
Esta vez, Lucas Bernardi pagó el peso de cargar con una mochila muy
pesada, que en algún momento le colgaron a Gabriel Milito por salir de
Independiente y tener una supuesta inclinación hacia la ideosincrasia de
César Luis Menotti. Pero si no es el Flaco Menotti es el Loco Bielsa, o
si no es cordobés como Pellegrino es rosarino como Bernardi. No hay
horma para este zapato…
El domingo, una vez más, no faltaron aquellos que de forma subliminal
buscaron instalar nuevamente a la figura de Carlos Salvador Bilardo
como bandera de protesta en Estudiantes. Pero la realidad es que ni
Bilardo sería capaz de festejar una derrota del Pincha, ni Verón está
contento con todo lo que está pasando.
Que hay responsabilidades compartidas, nadie lo discute. Pero en el
intento de organizar un club con casi 40 mil socios, que tiene el mayor
caudal de deportistas federados en La Plata y cuyo principal objetivo
institucional es la terminación del estadio, no es lógico pensar en la
toma de decisiones demagógicas, aún cuando tengan un menor costo
político, pero un alto precio financiero a futuro.
La contienda electoral del 4 de octubre del 2014 arrojó un resultado
contundente que marcó un antes y un después en la historia de
Estudiantes: cada diez socios que se acercaron a votar, más de siete
eligieron a Verón, y entre dos y tres a la lista que integraba Carlos
Bilardo.
Los dos son ídolos del club y a ninguno lo pone feliz que el equipo
pierda. Pero las decisiones no pueden tomarse con el termómetro que
marca el ánimo de algunos fanáticos después de un resultado negativo.
Sebastián Verón no solo es el presidente del fútbol de Estudiantes y
por eso delegó confiando en Agustín Alayes y Diego Ronderos, quienes
ocupan cargos rentados. Pero deberá replantear las decisiones de aquí en
adelante para que no se vaya al extremo de poner en riesgo el cariño y
la confianza de muchos que lo votaron, lo ratificaron el año pasado y lo
siguen esperando para terminar la cancha y lograr que en ella juegue un
equipo que pueda aggionarse a los tiempos que corren, sin perder la
mística que acompañó en el pasado a lograr grandes conquistas en todo el
mundo.
Beccacece es la primera opción
Atrás quedó la salida de Lucas Bernardi. La agenda informativa de
Estudiantes pasó por encima el resultado ante Racing, depositó a Leandro
Benítez como el sucesor provisorio y ya se puso en marcha la búsqueda
de un nuevo técnico.
Por su parte, los dirigentes abocados al área de fútbol en
Estudiantes están detrás de dos nombres como posibles sucesores del
rosarino. Sabido es que Gabriel Heinze desvela al presidente Juan
Sebastián Verón, pero tiene contrato en Vélez y para su llegada deben
irse varios referentes.
Por eso, el que viene detrás en
la consideración es Sebastián Beccacece. En este caso, al ex-Defensa y
Justicia le seduce recalar en el Pincha (ya que posee diferencias con
futbolistas, y hasta el propio entrenador de la Selección Argentina),
pero el contrato lo liga hasta después del Mundial. No obstante, los
directivos no pierden la esperanza y por lo pronto apuestan a Leandro
Benítez.
Por su parte, el segundo nombre
es el de Mauricio Pellegrino, quien hace semanas fue cesanteado del
Southampton inglés. El plantel y los dirigentes conocen su forma de
trabajar, pero un exayudante de “Longaniza” le admitió a este medio: “No
creo que vuelva”. Aunque todo dependerá de cómo le vaya al Chino y de
la situación del extécnico de la U de Chile.
En tanto, singuen en carpeta los nombres de Germán Cavalieri, Nicolás Córdova, Fabián Coito, Martín Palermo y Eduardo Berizzo.
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