EN EL HOSPITAL SAGRADA FAMILIA
El ex entrenador de la Selección fue sometido a una cirugía donde le colocaron una válvula ventriculoperitoneal
Con 80 años recién cumplidos, y a raíz de los problemas de
salud que comenzaron a aquejarlo desde el jueves 31 de mayo al ser
diagnosticado con hidrocefalia crónica del adulto (síndrome de Hakim
Adams), el doctor Carlos Salvador Bilardo fue sometido ayer a una
intervención quirúrgica que ya estaba prevista y en la que le colocaron
una válvula ventriculoperitoneal, y en su círculo íntimo confían en que
evolucione bien y pueda así retomar sus actividades en poco tiempo.
El ex jugador y entrenador de Estudiantes sufrió una dilatación
ventricular en su cerebro, una enfermedad que es la única relacionada
con el deterioro cognitivo que puede curarse con una intervención
quirúrgica.
Por tal motivo, la operación que se le realizó ayer debería ayudar
ahora a que el técnico campeón del mundo en 1986 con la Selección
Nacional siga recuperándose de la mejor manera.
El “Narigón” fue intervenido en el Hospital Sagrada Familia por el
doctor Mariano Pirozzo, neurocirujano formado en el Hospital de alta
complejidad El Cruce.
Si bien en estos días no hubo partes oficiales, su hermano Jorge
reveló que “el viernes pasado estuvimos muy asustados, tuvo un problema
de presión, le dieron una medicación equivocada porque él es alérgico y
todo se complicó. Tenía la lengua muy hinchada y no podía respirar”.
El hermano del doctor destacó que “todo el sanatorio se portó muy
bien. El presidente de la AFA, Claudio Tapia se puso a disposición, lo
mismo que el presidente Macri, que habló con mi cuñada”.
Los familiares del Doctor reconocieron además que en el último
tiempo, luego de que lo echaran de su histórico programa de radio -lo
hizo por más de veinte años-, el ex Campeón del Mundo “estaba un tanto
deprimido, dado que lo disgustó mucho la forma que tuvieron de
comunicarle la decisión. Fueron muchos años”.
En marzo pasado, de hecho, a propósito de su cumpleaños, el propio
Bilardo contaba que “me echaron mal. Como un perro. Nadie me avisó; ni
una explicación, nada. El portero nomás. Guardia, en realidad. Portero
no, está mal dicho. Es guardia de seguridad. Me conoce de años. Vino y
me dijo: ‘usted, Carlos, no está más’. Chau. Y todavía, te juro, no sé
por qué. No sé qué hice”.
CONFIANZA
En la mayoría de los casos, la enfermedad que padece Bilardo no
presenta causas aparentes, pero los médicos aseguran que podrían
desencadenarla ciertas obstrucciones, traumatismos, meningitis u otras
infecciones o hemorragias.
“Una vez que la afección fue detectada -apunta la neuróloga platense
Diana Cristalli-, el tratamiento consiste en la implantación de una
válvula para derivar el líquido cefalorraquídeo desde el cerebro hacia
el abdomen, donde es absorbido. El paciente puede mejorar
ostensiblemente con el tratamiento específico y retomar sus actividades
cotidianas”.
Los síntomas
Los síntomas de esta enfermedad pueden ser confundidos con los de otras patologías típicas de pacientes añosos.
“Antes -explican los especialistas- era bastante frecuente cruzarse
con chicos con cabezas grandes por hidrocefalia, aunque actualmente no
se los ve porque, precisamente, se les coloca una válvula que les drena
el líquido cefalorraquídeo”.
“En los adultos -añaden- el mecanismo es diferente: la cabeza no
crece porque los huesos están soldados. Y en esta hidrocefalia el
líquido no tiene presión positiva, sino normal, por eso se genera una
disfunción”.
“El síntoma principal que los médicos llamamos centinela es el de
trastornos en la marcha -explica Cristalli- más del 90% de los pacientes
presentan trastornos para marchar, con tendencia a las caídas y a dar
pequeños y trabajosos pasos”.
“Estuvimos muy asustados, tuvo un problema de presión, le dieron una medicación equivocada y se complicó”
Jorge Bilardo, hermano, antes de la operación
“Me echaron mal. Nadie me avisó nada. El guardia de seguridad me dijo: ‘usted, Carlos, no está más. Chau’”
Carlos Bilardo, en marzo pasado, al ser echado de la radio
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