Mejor resultado que rendimiento
ESTUDIANTES VENCIÓ A ALDOSIVI 1-0 CON GOL DE JONATAN SCHUNKE EN EL FINAL DEL PRIMER TIEMPO
El equipo de Gabriel Milito no jugó para nada bien. Fue sorprendido por el planteo del rival, que ahogó su salida en la gestación del juego. En el descuento casi se queda con las manos vacías, pero el asistente se equivocó al anularle un gol al Tiburón por off side
En el fútbol, ganar es lo más importante. Por eso hinchas y protagonistas se fueron tranquilos del estadio Ciudad de La Plata, luego del 1-0 de Estudiantes sobre Aldosivi, en el inicio de la Superliga. Pero.
No fue buena la actuación del equipo. Nada buena. En eso coincidió la prensa, jugadores, cuerpo técnico e hinchas. Este equipo puede y debe jugar mejor, porque tiene jugadores y trabajo de fondo. Ganó porque acertó una de las pocas jugadas en el área de enfrente. También porque el asistente Manuel Sánchez se apresuró en levantar su bandera en el gol del colombiano Hernán Burbano, en el descuento.
No merecía empatar la visita en la última jugada. Más allá de la queja -válida por cierto- no había hecho méritos como para llegar al empate. Ni siquiera el mal partido de Estudiantes potenció su juego, muy bueno a la hora de recuperar la pelota, pero carente de recursos para inquietar a Mariano Andújar: apenas tres remates al arco.
El Pincha saltó al campo con un 4-3-3. Milito pensó en tres jugadores de recuperación y juego, para potenciar al tridente ofensivo. Pero el rival lo presionó muy arriba, justo en el traslado de Enzo Kalinski hacia Gómez o Estévez. No pudo encontrarle la vuelta en todo el partido a ese obstáculo, en parte por mérito de Aldosivi pero también por un mal partido de sus propios intérpretes,
Demasiadas equivocaciones en los pases, un aspecto en el cual no puede fallar el equipo de Milito. Su juego se basa en eso y si la pelota no pasa de un compañero a otro se le hace muy difícil. No está preparado para dividirla o lucharla en el juego aéreo. No es dónde mejor se siente. Y quedó en evidencia.
Para colmo no aparecieron los laterales. Tanto Facundo Sánchez como Iván Erquiaga no pudieron ser salida por las bandas, también por la presión del rival. Y eso obligó a que retrocedieran demasiado Ángel González y Matías Pellegrini. Estudiantes, para sorpresa de propios y extraños, estaba jugando como local ante Aldosivi de contragolpe.
En ese contexto tuvo en Pellegrini a su mejor hombre. Por la derecha (sorprendió que juegue allí y Ángel González por izquierda) llevó la pelota, atacó y dejó a dos rivales con amarillas: Gil Romero y Acevedo. Pudo abrir el marcador pero Luciano Pocrnjic se lo evitó arrojándose sobre su poste derecho. De una falta recibida llegó el tiro libre que acabó con el gol de Jonatan Schunke.
Fue a los 43 minutos. Un centro desde la derecha de Nahuel Estévez cayó en el medio del área. La rechazó uno de los centrales hacia el lateral. Otra vez el ex Comunicaciones buscó un envío, esta vez pasado. Por el segundo palo apareció Federico González, quien antes de cabecear miró a sus compañeros. Saltó levemente y se la cedió a Schunke, solo y sin marca, en el punto del penal. Gol con un suave derechazo y, en el peor momento del equipo, se puso en ventaja.
LO SALVÓ EL JUEZ DE LÍNEA EN TIEMPO DE DESCUENTO
Poco cambió en el segundo tiempo. Afuera Pellegrini por lesión y adentro Diego García, el uruguayo picante que vino en este mercado de pases. El Demonio se recostó por la izquierda en el nuevo dibujo de Milito, con Kalinski como primer eje de salida y una línea de cuatro volantes por delante bien definida. Tampoco funcionó.
El Pincha no pudo salir de ese asedio al que lo sometió Aldosivi y, si bien no pasó ningún sobresalto, lejos estuvo de controlar el partido. No manejó la pelota y sus ataques fueron esporádicos. Generalmente atacó de contra y tuvo dos disparos desde afuera del área que despertaron de la modorra a los muchos espectadores que fueron ayer al estadio Único, en un horario tan atípico como el calendario argentino.
En la platea los hinchas empezaban a desesperar por el segundo gol, el que les hubiese dado la tranquilidad definitiva, el de la luz verde para dejar el estadio y evitar los 30 minutos de “encierro” hasta la descentración de los hinchas visitantes.
Pero ese gol nunca llegó. Milito, entonces, entendió que debía hacer el último cambio para cerrar el juego. El equipo ya jugaba 4-4-2 y puso a Juan Fuentes, que se paró como un volante de contención. La idea era clara: mantener las acciones en la mitad de cancha para evitar algún disgusto.
Hasta que en el tercer minuto de descuento un centro cruzado del dentro a la izquierda del ataque visitante encontró un jugador sin marca, un centro al medio y gol de Hernán Burbano. Dos segundos de silencio y sorpresa. Hasta que el asistente Manuel Sánchez levantó su bandera. Alivio. Pocos sabían en ese momento que había sido un error del juez de línea. Poco importó de todos modos, pero fue un llamado de atención que pegó fuerte.
Estudiantes comenzó la Superliga con un triunfo. Segundo al hilo si se suma el éxito en la Copa Argentina. Desde lo numérico mejor imposible. Pero tiene un varios aspectos para mejorar. Jugando como ayer no irá muy lejos. Y esta vez, a diferencia del torneo pasado, tiene más para exigirse. Puede y debe mejorar. Y, principalmente, no puede permitirse otro partido tan impreciso como ayer. Pecado mortal.
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