Lo ganaba el Lobo 4-2 cuando promediaba el segundo tiempo.
Pero el Pincha mostró grandeza, lo empató cerca del final y se fue más
feliz. Estiró su racha positiva contra su máximo rival y se clasificó a
la Copa Libertadores. El Pulga Rodríguez, Alemán, Del Prete y Díaz,
figuras
Inolvidable. Fue de esos clásicos que no se olvidan más. De esos que van pasando los años y siguen en la memoria colectiva, de unos y otros. Fue un partido que despertó emociones desde el minuto uno hasta los noventa y pico. De esos que valen la pena aplaudir de pie pese a la cantidad de errores defensivos de un lado y otro. Gimnasia y Estudiantes empataron 4-4 en un clásico que ya se ganó un lugar entre los mejores.
Ocho
goles nunca se habían gritado en el derby platense. Nunca un empate
así. Encima un penal errado y la sensación que alguno de los dos podía
llevarse el premio mayor. Aplausos por un partidazo que pasarán los años
y seguirá arriba en cada mesa de debate.
Después, dejando de lado la emoción por los goles llega el análisis y el balance. Y está claro que el empate le cayó infinitamente mejor al Pincha que al Lobo, porque estaba 4-2 en desventaja, porque lo empató y casi lo gana, porque va a estirar a 12 los años sin perder contra su clásico rival y porque, tal vez lo más importante, ya se aseguró un lugar en la próxima edición de la Copa Libertadores de América.
Gimnasia, por su parte, desperdició una chance inmejorable de torcer la racha negativa y para colmo complicó su chance de meterse en la copa Sudamericana 2022: ya no depende de sí mismo. Deberá ganar en Paraná y esperar que alguno de sus competidores pierda puntos como local.
Nadie imaginaba un
partido así. Es verdad que tanto Gimnasia como Estudiantes habían
mostrado en este torneo ser mejores de mitad de cancha para adelante que
en defensa. Pero, ¿quién pensaba que podían hacer cuatro goles cada
uno?
Al minuto llegó el primer pelotazo de Brahian Alemán a espaldas de Rogel que por centímetros el colombiano Johan Carbonero estaba adelantado. Fue el primer aviso de lo que vendría.
Lo mismo pasó del otro lado, porque por las bandas Estudiantes empezó a llegar, aprovechando las dudas en la marca de Nicolás Colazo y Francisco Gerometta, principalmente del primero.
Así se abrió el marcador.
Córner desde la izquierda, Noguera luchó con Morales y la pelota quedó
picando dentro del área. Por la derecha apareció el Tuti Del Prete, que
con olfato de goleador fue más rápido que sus rivales para superar a
Rodrigo Rey. Un gol que en la cancha dio la sensación que podía cambiar
la historia. Error.
Gimnasia no se dejó asustar por los fantasmas y empezó a jugar más. Alemán se hizo el dueño de la pelota, Carbonero fue una pesadilla cada vez que atacó por la izquierda y el Pulga siempre en el lugar indicado. En el momento menos pensado el Lobo se lo llevó por delante y desnudó lo que sería una constante en la tarde: los problemas del Pincha para defender, básicamente por los desacoples de sus centrales y el desconcierto de Kociubinski.
Tres minutos después Rogel le cometió un claro penal a Carbonero que el Pulga ejecutó muy mal y contuvo Andújar. Pero ni así mermó. A los 30 un centro desde la izquierda, defendió mal Aguirregaray y Rodríguez no dudó en cambiarlo por gol. Merecido empate.
Cuando no se apagaban los gritos otra vez el Pulga no dudó en sacar provecho de otro error defensivo dentro del área para el 2-1. Lo festejó con los hinchas a modo de desahogo y disculpas.
Y otra vez lo impensado. Gimnasia no supo capitalizar ese empuje, bajó su presión en el mediocampo y en el primer ataque a fondo volvió a mostrar lo que le duelen las espaldas de sus laterales. Ganó Nicolás Pasquini dos veces para pisar el área y definir de derecha al segundo palo de Rey. Golazo de una de las figuras del partido.
Era 2-2 y final del primer tiempo en cualquier partido lógico. Pero a Alemán lo dejaron avanzar y ver que Mariano Andújar estaba unos pasos adelantado. Desde casi 30 metros clavó un golazo antes del descanso.
El segundo tiempo guardó más emociones. Bajó la intensidad pero cuando Gimnasia se puso 4-2 arriba por otro penal del Pulga tras un error arbitral de Darío Herrera (no hubo falta de Noguera a Ramírez), Estudiantes mostró grandeza para empatarlo. Y el DT acertó con los tres cambios realizados, sobre todo el ingreso de Zapiola.
Primero fue Fabián Noguera a los 20 minutos tras cuatro intentos fallidos luego de un centro desde la izquirda y doce minutos después el Loco Díaz empujó una pelota en el área chica tras un remate de Manuel Castro que le ganó la posición a Colazo y exigió a Rey. En el rebote apareció el Loco.
Quedaron 10 minutos más. Lo buscó el Lobo y lo tuvo el Pincha con otra pelota parada. Pero hicieron pardas porque ya no daban más. Aplausos para los dos. Estudiantes se fue más feliz y los neutrales agradecidos por un partido para la historia.
- La historia lo recordará para siempre por inédito y emotivo como ninguno
︎⚽.- Herrera, dubitativo, no redondeó una buena tarde
︎⚽.- “Este empate lo sufrimos como una derrota”
︎⚽.- Zielinski y las claves: “Entrega, mucho esfuerzo y huevos”
︎⚽.- Luis Miguel Rodríguez cantó tres y no alcanzó; y a Alemán no lo entendieron
︎⚽.- Díaz luchó, peleó y tuvo su recompensa, pero en el final se desbocó
︎⚽.- El clásico fue una gran fiesta, por donde se lo mire, pero la organización quedó en deuda
︎⚽.- Un resultado que dejó una marca, en un rico historial que ya tuvo varias goleadas
︎⚽.- Goleada en Reserva: las claves del repunte Tripero y los nombres a tener en cuenta
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