Análisis
Estudiantes recibió en el Ciudad de La Plata a Independiente, y, en los primeros 15 minutos de juego, los tuvo a ambos equipos tratando de adueñarse del mediocampo.
Dio la sensación que Independiente con Batión, Defederico y Fredes le ganaban la pulseada a Verón, Braña, Mercado y Jara.
Farías tuvo la posibilidad de abrir el marcador en un avance que la tocaron todos. En cambio, el Pincha se acercó con pelotas paradas, sobre todo de córner.
A partir de allí, el local sintió que le mojaron la oreja y por ello, comenzaron a juntarse un poco más el Chapu, Sebastián, Mercado, Enzo Pérez y los puntas que ganaron en movilidad, la Gata y Boselli.
Y llegó el gol, a los 21. Con ese balón que le quedó en un despeje desde el fondo, y un par de jugadores de Independiente pifiaron le quedó a la Gata, y con gran categoría, primero se deshizo de Milito, y luego fusiló a Hilario Navarro para abrir el marcador.
Esto quiere decir que con levantar un poco el rendimiento, Estudiantes llegó al gol. Habrá que imaginarse, entonces, si pudiese mantener el ritmo por más tiempo.
A partir de allí, el Rojo acusó el golpe. Quiso empatar con más ganas que fútbol, y el Pincha se acomodó, o mejor dicho, se sintió cómodo con el gol y le fue cerrando los caminos a la visita.
Además, salió a presionar más arriba, en tres-cuartos de campo, y a Independiente se le complicó para manejar el balón con tranquilidad.
En el final de la primera etapa, Estudiantes controló las acciones y desactivó todo tipo de intento de ataque de la visita.
El local justificó, con tranquilidad, el resultado a favor y al descanso se fue en ventaja por 1 a 0.
El comienzo de la segunda etapa fue a todo vértigo. En tan sólo 4 minutos, el Pincha llegó al área, y De Federico lo tuvo en sus pies. El Rojo salió con todo, porque de pelota detenida y de cabeza Velázquez estuvo a punto de convertir pero Andújar la sacó.
La respuesta de Estudiantes, ante el intento de Independiente de avanzar y tratar de convertir, fue por medio de la pelota detenida y en los pies de Verón que estuvo a punto de convertir y alejar al Pincha en el resultado.
Un párrafo aparte para el campo de juego. Se lo vió con muchas imperfecciones y con gran cantidad de arena para tapar, parecía fútbol playa.
Luego de los primeros 10 minutos, el Rojo comenzó a jugar más adelantado, metiendo al Pincha en su campo, pero con poca claridad. Los volantes y defensores fueron conteniendo los embates de un equipo urgido por empatar.
Pero, como suele suceder con los grandes jugadores, los grandes ídolos, y otra vez de pelota detenida, JUAN SEBASTIÁN VERÓN (porque va con mayúsculas), lanzó el córner para que Carrillo la peinara en el primer palo y liquidara el partido y los tibios intentos de Independiente que nunca llevó un peligro real al arco de Andújar.
En el final, Estudiantes demostró que recuperó la memoria, maniató a su rival y se llevó el triunfo que necesitaba y hace recordar a aquellos de épocas recientes y gloriosas.
Ahora sí, se puede pensar en un punto de partida. Habrá que ver si sostiene el juego en la próxima fecha, de ser así, habrá que soñar en grande.
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