El 15 de julio, desde hace tres años, quedó registrado como una de las fechas más importantes en la historia de Estudiantes. El memorable triunfo sobre Cruzeiro como visitante por la final de la Copa Libertadores fue una de las mayores proezas del equipo albirrojo en toda su historia.
Esa noche, ante más de 70 mil hinchas visitantes, el equipo de Alejandro Sabella se repuso ante la adversidad y sacó adelante un partido que parecía imposible. Además, volvió a conquistar el continente después de 39 años.
El partido de ida se había jugado en el estadio Ciudad de La Plata, el 8 del mismo mes, con un empate sin tantos. Por eso, en Belo Horizonte se preparó una fiesta. Nada hacía pensar que el festejo no fuese brasileño. Y mucho menos después de que Henrique marcara el 1-0 para el dueño de casa a los 7 del segundo tiempo.
Pero apareció el Pincha. Empató Gastón Fernández a los 12 minutos. Y Mauro Boselli clavó el 2-1 a los 27. Estudiantes campeón para el delirio de 5 mil fanáticos en Brasil y media ciudad en Argentina.
La noche del 15, en realidad madrugada del 16, coronó al plantel albirrojo en un festejo íntimo y desbordado, que se prolongó en un regreso inolvidable a la ciudad de La Plata.
Muchos de aquellos jugadores que fueron héroes en el Mineirao todavía permanecen en el plantel, como Leandro Desábato, Germán Ré, Rodrigo Braña, Matías Sánchez, Leandro Benítez y la Gata Fernández.
Alejandro Sabella, su técnico, se terminó de consagrar en su rubro y a los dos años fue nombrado como el nuevo entrenador de la Selección.
Salud Estudiantes, a tres años de una gesta inconmensurable.
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